Autor. Federico García Lorca.
Dirección, Adaptación e Interpretación. Audrey Gutiérrez Alea
Dirección de arte. Lianetta Perello.
Representada internacionalmente y en especial querida por el pueblo cubano por la proximidad, visita a la isla y el simbolismo que tuvo para la revolución la figura del malogrado autor, Federico García Lorca, Yerma 1934, ha sido, es y será un símbolo histórico de la lucha de la mujer allá donde se exhiba. Perteneciente a la trilogía que el poeta hizo sobre su tierra andaluza La casa de Bernarda Alba y Bodas de sangre, ha tenido a cuatro grandes actrices a lo largo de la historia que han marcado la personalidad de una joven que, bajo la desesperación, lucha contra la esterilidad de su esposo para poder ser reconocida como una más por el resto de mujeres de su entorno rural. Estas intérpretes fueron Margarita Xirgú, Aurora Bautista, Núria Espert y María Casares con respecto al teatro español.
A partir de aquí ¿Cómo Audry Gutiérrez Alea ha visualizado a través de un monólogo este personaje en su interpretación de la protagonista?
Decir, antes que nada, que nuestra actriz invitada por Art Spoken sigue bajo el mismo tono la tragedia y el dolor que transpira la obra, si bien elimina a Víctor y a María, amigos de Yerma como coprotagonistas presentes –sí que los cita en el texto- Juan, su marido, queda simbolizado en escena por una mecedora vacía. A partir de ahí se origina un diálogo frente a él y todo lo acontecido sobre ambos “¿Sabe usted por qué estoy seca?” le espeta varias veces al fantasma de su esposo. A medida que crece el rencor irá subiendo el tono de sus reproches “Quiero que sepas que no estoy vacía… porque me estoy llenando de odio”.
La concepción de Audry con unos pocos elementos escenográficos y bajo la oscuridad que da la noche permiten a través de la luz de unas pocas velas y una iluminación a mi entender demasiado baja –hay veces que se pierden hermosos sentimientos de venganza o aflicción en su rostro- un sentir bastante completo de lo que es, en sí, la síntesis de la obra. Las metáforas del río, la roca o las rosas por ejemplo están bien escenificadas a través de la canción o de la misma fuerza en que aparecen en los labios de Yerma. A destacar la dirección de arte (Lianetta Perello) por su simplicidad e impacto escénico en la distribución de los elementos objetuales, sobre todo una red que se desprende casi al final como símbolo de la desesperación y la trampa donde se encuentra atrapada.
Si bien pienso que veintitrés minutos se quedan cortos para un monólogo basado en una pieza de esta importancia, no voy a negar la fuerza y la potencia representacional que crea Audry Gutiérrez en el escenario y la buena traducción pasional que hace del teatro lorquiana. Como final, la voz de Lole y Manuel Molina en su famosa bulería Tu mirá.
Y tu “mirá”
Se me clava en los ojos como una “espá”
Se me clava en los ojos como una “espá”
Se me clava en los ojos como una “espá”
De amores llora una rosa
De amores llora una rosa
Y le sirve de pañuelo
Una blanca mariposa
Al final, unas rosas rojas de un admirador las recibió en sus propias manos. ER