Vivo rumiando mi vida
Nada se soporta a sí mismo
Abrir lo abierto, no en sus límites pero en su centro
Mi cabeza es un abismo blanco
He perdido. Me he perdido. ¿Soy; perdido?
Me duelo
Libro: campo de luz
Poeta: Shamán de si mismo
¿Hacia dónde escapa un hombre en el medio de todo, incluso en medio de sí mismo?
Me vive lo que escribo
El poeta es inferior a su proceso creador
He sido menos que mi vida, seguro seré menos que mi muerte
La lucidez embriaga
La sombra, al igual que la luz, es una apetencia tentadora
Le quise gritar a mis sombras ¡En la poesía pierdo el miedo!
pero ya no estaban en su sitio
En este Libro cada epígrafe y palabra es equivalente a cada epígrafe y palabra
Sólo con lo (in)finito podemos medir a lo (in)finito
De “NYX”
I
He de creer que sucede un circo
totalmente estruendoso
de morados, vinotintos, purpúreos de neón,
perlas destellando debajo de la luz
como una rotonda carne riendo sin vientres u óvulos
sino una panza infinita de viento puro
gozándose en el último horizonte de su grito
son suaves y ondulados rituales grotescos incendiándose,
rituales de payasos desfigurados empedernidamente líricos,
rituales de la música más negra que talló formas, masas, muslos,
claroscuros a las sillas, las poltronas, los sillones monumentales,
las convulsas nubes epilépticas del mundo
eyaculando grandes plumas de algodón
aliviando al aire, al fin, aliviándole moléculas o memorias
dejándole ser un crudo trozo de nada al lado del océano
la música más negra, la más negra, canto,
cuya luz cauterizó de santidad la patética fiebre de la tarde
inmersa en la más cruel, vagabunda y enfermiza indiferencia
cuya luz rompió la paralítica resaca de la historia,
cuya luz le dio a la tarde un hueco anal del tiempo
o al menos un útero caliente donde sea el sueño de olvidarse;
una tarde, por supuesto, escondida en la noche eterna
que no ha pasado del todo todavía
así, como el canto debajo de los años, la fiesta del caníbal es un jardín terrible
donde las flores explotan de belleza y la lujuria es la liturgia
que se ha olvidado de los idiotas asentando como ganado a los idiotas
hasta el fondo mayor, donde es el delirio del exceso
aquello, aquello, aquello, susurro invicto, polvo etéreo,
aquello que ha logrado saturar las sinfonías deteniéndolas
como una llama exacta en el centro implacable del vacío
De “Del tiempo”
III
El holograma de habitar el tiempo
llena el camino entre uno y uno mismo
para ver
que quizás no debería haber caminos
porque al final
sólo lo infinito ve infinito
es decir
sólo lo fugaz ve lo fugaz
se trata de sentir girar la doblecara
de una misma moneda absurdamente utópica
se trata de ir corriendo loco de la risa
por ese largo pasillo de cuartos alineados
redoblando un carnaval de fotogramas
donde coloreamos nuestro bullicio
felizmente ignorantes de las líneas
cada uno es otro ritmo
y no hay eternidad sin ritmo
cada uno es otra música
y no hay música sin silencio
¡Tiempo!
olvídate de mí que así te olvido
El resto de tus días comienza en tu mano abierta
El horizonte está a un bocado de distancia
Mis palabras son de humo. Y el humo no atrapa a la luz, tan sólo
la delata. Y el humo no atrapa al humo, tan sólo lo subraya. |
Mientras más me acerco a las auroras más me alejo del día a día
La intemperie como el lugar donde no hacen falta explicaciones
Lo más bello del parque lo vi, acá, fuera del parque
Quisiera ser, solamente, un poco más nómada que el viento
De tantas cosas he sido, sobretodo, mi abundancia
Todo límite lacera
¿Cuántas sílabas posee este silencio, tan lleno de palabras?
Cabalgaba una espiral multicoordenada
Un amor como el centro del fondo del cuerpo, algo parecido al infinito
A veces decir: ya entendí, se pareciese a decir ya recuerdo
Quizá un día pase una brisa como pasa el fuego. Quizá un día una brisa borre todo. Quizá un día la ausencia de todo llenará la nada. Quizá un día la nada borrará la nada. Quizá un día todo será como una brisa. |
El Uno de Todo y lo Todo del Uno. (ejemplifique al gusto)
La palabra “vivir”, dentro del sentido común, no significa nada. “Vivir”, cuando significa algo, no cabe ni en el sentido común, ni en las palabras |
© All rights reserved Francisco Catalano
Francisco Catalano. Caracas, 1986. Lic. en Comunicación Social y Letras, donde investiga la Poesía Vertical de Roberto Juarroz (UCAB). Publicó en Caracas “l” (Libro 0 y Libro 1, 2010), la primera entrega de su obra poética que consta de un solo volumen; ha publicado el “Libro 2” (2016) también en Caracas. Ganador del Premio de Poesía Fernando Paz Castillo en su XXI edición con el “Libro 3” (2016). Posee una propuesta personal de recital poético multimedia llamada REVITAL y fue seleccionado para el laboratorio de Artes Vivas EXPERIMENTA/SUR VI en Bogotá en el 2017 patrocinado por MAPA TEATRO y el Goethe Institute. Se encuentra antologado en 4M3R1CA 2.0 (Liliputienses, 2017), “Nuevo País de letras” (Banesco, 2016); Destinos Portátiles (Vallejo & Co, 2015); Jamming (Oscar Todtmann editores, 2014); Voces Nuevas 2005-2006 (CELARG, 2007); La Imagen, el Verbo (UCAB, 2006), y además de Papel Literario, Tal Cual, Revista Ojo, Revista Muu, Las Malas Juntas, Círculo de Poesía, Gentemergente, entre otros. Ha participado y organizado recitales en Venezuela desde el año 2005 y fue parte de los talleres literarios del poeta Armando Rojas Guardia, CELARG y UCAB. Actualmente vive en Buenos Aires y su web personal es www.Franciscocatalano.net
twitter: @catalanofran
website: www.Franciscocatalano.net
Veredicto Libro 3
“tiene un giro silogístico, lúcido y experimental uso del lenguaje, coherencia discursiva que sostiene su voz, al igual que el juego espacial entre el poema y la página en blanco. Su diálogo interno es conmovedor y auténtico, que ofrece al lector una propuesta dialógica y visual del trabajo escrito con audacia creativa. Aborda el manejo de la duda permanente en el hecho poético y alcanza lo trascendente por su voz íntima, sostenida y profunda”.
Ingris Chicote, Astrid Lander, Jairo Rojas Rojas