Urbe de la nada
A Javier Marín.
Ninguna ciudad se parece a ésta,
me ha dicho el visitante.
En los atardeceres amargos,
fachada por fachada se sobrepone
de un todo que destiñe
y emerge sobre las olas,
como buen arcoíris
después de tanta lluvia.
La ciudad de las nostalgias,
y de los nostálgicos que la habitan,
ha dejado de existir.
Una parte de sí ha huido
tras el recuerdo
de lo que fue.
La otra se resignó con
lo que sueña ser.
Este ir y venir entre la realidad y la fantasía
la hace humana, luego ninfa,
hasta volverla diosa.
Y un día cualquiera de no sé qué año,
te sorprendes adorando
la criatura de tu propio engendro.
Cuando te acercas a ella,
atraído por el influjo marino que despide,
eres sólo un soñador errante.
Pero cuando te arrastras
a refugiarte en su seno,
sorbido violentamente
por sus afrodisíacos vahos,
eres ya un perdedor,
un torpe enamorado de la nada.
Ninguna ciudad se ama como ésta,
concluye el visitante.
Y se marcha alucinado.
Breve historia del tiempo
Con permiso de Mr. Hawking.
de los fluidos, la luz
de las magnitudes, el tiempo
de las fuerzas, la gravitacional
de los agujeros, los negros
de las teorías, la de cuerdas
de las paradojas, la del gato
de los planetas, el nuestro
de los cuerpos, el tuyo
de los flujos, el pre seminal
de los efectos, el de resonar
de los instantes, esequetúsabes
de lo que fuimos, nada
sí, el universo
es un gigante
nosotros
una milésima
despreciada
que no cuenta más
que en el recuerdo
que es a la vez
otro dado
que lanza
Aquél que juega
por jugar
Sutil hilo casi
“Un pez es un deseo que formula tu corazón”
Proverbio chino
Ah qué escondido dentro de una cueva bajo
altas montañas reposas pez del hilo dorado
invención casi mía de la lejana provincia de
Sichuan. Si antes de que supieran mis genes
del llamado ya eras y
poblabas
el obscuro lugar
cómo es que no me contó nadie de tu noche
sin rumbo ciego de soledad y de silencio
tu angustia de vagar solo
sin
ser vagabundo.
Y dónde fue que supe de tu trance rebelándote
contra la sombra y tu
transparente
piel de seda
invisible decidida a brillar y a conminar la sangre
para crear horizontal hilo tibio de imperceptible
aureola. Nada
ser único
entre la vasta estirpe
intensamente deseado. Temeraria la búsqueda
por entre lo recóndito tras de ti
sutil
el hilo casi.
Solo para probar que existes fiel pez de dorada
marca transversal de Sichuan lejana provincia
de mis ancestros. Milenario fantasma diminuto
persistiendo en ser por
desde
pese a la bruma
todo el deseo y más latiendo en la oscuridad.
Del Poemario TALUD Ekelecuá Ediciones, 2018
© All rights reserved Aleisa Ribalta
Aleisa Ribalta. (La Habana, 1971). Nacida en Cuba. Reside en Suecia desde 1998.
Es ingeniera de profesión y actualmente se desempeña como docente de asignaturas demasiado técnicas y no directamente relacionadas a la literatura como: Diseño de Interfaces Gráficas, Diseño Web y Programación de Aplicaciones. Escribe desde muy joven mayormente poesía. Alega que los lenguajes de programación son también un modo de entender la comunicación y hasta de saborearla. Para la autora, en esos símbolos para algunos incomprensibles está también la literatura como forma vital de expresión. Talud es su primer poemario. Aquí conmina sus miedos, convoca también a sus demonios y más que nada, rumia sus lecturas en un ejercicio de humildad. Este poemario propone, lúdico, un pacto entre el lector y esa voz desde el otro lado que le dice, no sin cierta lascivia: “¡Salta!”