UNA ORACIÓN
De pronto, en medio de la noche, una oración.
Me tenía prohibido a mí misma comenzar cualquier cosa
con esa frase de pronto,
sin embargo ahí, en medio de la noche,
algo peor que de pronto,
estaba aquello, una oración.
En la cocina llené mi copa,
el agua tenía escarcha así que fue interesante sentir
esos cristales descendiendo por la lengua.
Era el calor, y estaba, como una absoluta apropiación
de todo el ser y el estar juntos
allí, en ese espacio y en ese tiempo, una oración.
Era el dolor, también, más de frente que de cabeza,
hacía casi una semana.
Y era el veneno de plátano, medicina natural compuesta
por alcohol y plátano.
Había una pobreza a mi alrededor que yo no podía
creer pero sí identificar.
Como tantas otras noches coloqué el doble candado,
bebí otra copa pensando en los cristales,
derretidos y tibios, a esa altura.
Fui apagando cada luz, cada bondad .
La oración se quedó para después.
EL GRAN ARQUITECTO
Con esta frase no me refiero a Dios
ni a mí, en particular, que publiqué aquel volumen en el año dos mil trece
con el asombroso título de La gran arquitecta.
Mi homenaje en el poema es para Oscar Niemeyer sagitario como yo del mismo día quince
del mismo mes diciembre la misma cara de yonofuí.
Para él estas palabras,
escritas como si nada sobre un hormigón armado que fue su obra y su pensamiento:
Es importante que sepas que estoy bajo los efectos de frutas desconocidas.
Hace tres días llegué a este país y quien me trajo me dijo come. También el internet se ha convertido en fruta.
Lo que te den, cómetelo.
Me veo a mí misma en una pantalla mirando una puesta que vi hace diez horas.
Se acabó el tiempo. O mejor dicho, empezó.
Por eso estoy escondida tecleando en mi habitación. Me escondo del internet y de todas esas frutas.
En la boca solo me cabe una fruta
pero ten la seguridad de que lo intentaré con dos. Lo que escribo no es fruto de la creatividad.
Es fruto de la debilidad. En la unión está la debilidad
y en la separación está la fuerza.
FUNCIÓN GRAMATICAL
¿Cuál es tu función en la tierra?
Pelar ajos.
¿Por qué?
Las cáscaras hacen un nido que pareciera un estómago.
¿Para qué?
Forman la paja idónea donde poder recostar el óvulo.
El óvulo o
protuberancia localizada hacia la nuca.
Debajo del cerebro y antes del pescuezo exactamente ahí.
Hay un pozo y es la zona que recuesto sobre el lecho.
El hombre que es mi papá volando
semeja cáscaras apisonadas.
BACHILLER
Ayer se habló en titulares sobre la arquitectura vernácula,
forma de vivienda que abriga
techos de cinc y paredes de madera.
Me quedé pensando en ello toda la noche y parte de hoy
mañana fresca y propicia para el descanso, la teoría.
Es martes y aunque ovulando
me siento sobria, insensible,
un estado de relacionamiento
entre mi yo exterior y mi yo interior
que pudiera acoplarse a la ciencia, o por qué no,
a la arquitectura.
Nacida y criada en diseño indígena,
sentí vergüenza del hecho de no saber al respecto
sino la angustia que ofrecen,
fuera de lugar,
dos planchas bajo la lluvia.
Lluvia arrolladora, convertida en vendavales,
ciclones, huracanes,
descrita por hombres, mujeres y niños,
con la siguiente expresión:
llovió más adentro que afuera.
Catástrofe, vacío, va sucediendo
en las casas aledañas a mi casa.
Los mayores te preguntan qué quieres ser al graduarte,
y tú dices sin dudarlo: carpintero.
MENTIRA MÁS GRANDE
Aquellos escritores de clase media alta y revolucionarios
y viejos y pedófilos, me miraban así como una fruta
sin jugo ni masa y sonreían cautelosos de mí,
pequeña sabandija lengüilarga:
la honestidad solo existe en tus pulmones.
He besado a muchos hombres y no me costó nada
besarlos también a ellos, por fin sabría
cómo huele, en realidad, la poesía, y qué significa,
qué mueve al universo, a veces lo detiene,
momentos mínimos. Por desgracia no lo supe.
Aquellos pómulos verdes, peludos o lampiños,
que besé con tanto amor, lo juro,
con tanto asco y deshonra,
sabían a hierba fresca, a flores de verano y sol,
y esa es la mentira más grande del mundo.
35 MILÍMETROS
Para discutir el hecho de la existencia de un tipo
de poema documental,
he visto el impacto de dos aviones
contra dos torres gemelas, un suceso ocurrido el once
de septiembre del año dos mil uno,
y que alcanzara en su momento gran popularidad.
Viéndolo así, después de más de una década,
sigo indiferente respecto a ello.
Sigo imperturbable y linda. La butaca es roja.
En mi comprensión solo hay edificios
destruidos con violencia por aviones,
gracias a los cuales murieron muchos hombres.
Me sumo al pésame de la muerte. Lo siento
tanto. Ofrezco mi condolencia pero no me duele nada,
levanto los ojos y los brazos y no me duele nada.
© All rights reserved Legna Rodríguez Iglesias
Legna Rodríguez Iglesias (Camagüey, 1984). Obtuvo el Premio Iberoamericano de Cuento Julio Cortázar 2011. Sus últimos libros publicados en Cuba hasta la fecha son El arroz de la locura, novela, Gente Nueva 2015; La mandarina mecánica, literatura infantil, Reina del Mar editores, 2015; y No sabe/ no contesta, cuento, Colección G, Editorial Caja China, 2015. Mereció el Premio Wolsan-Cuba Poesía 2013 con La Gran Arquitecta, poesía, Colección Sur, 2014. Ha publicado los libros: Chicle, poesía, Colección Limón Partido, Proyecto Literal, México, 2013; Chupar la piedra, poesía, Casa Editora Abril, 2013; Tregua Fecunda, poesía, Ediciones Unión, 2012; Mayonesa bien brillante, novela y El momento perfecto, poesía, ambos Editorial Matanzas 2012; Dos uno cero, selección personal de poesía y cuento, Thesaurus Editora, Brasilia, 2012; ¿Qué te sucede, belleza?, cuento, Editorial Sed de Belleza, 2011; Ne me quitte pas, cuento, Casa Editora Abril, 2011; y Los Mágicos, literatura infantil, Editorial Cauce, 2008; entre otros. La Editorial Bokeh, Leiden, acaba de sacar Hilo+Hilo, poesía, 2015; y su segunda novela Las Analfabetas, 2015. Acaba de obtener el Premio latinoamericano Casa de Las Américas, en la categoría de Teatro.