La Fototeca Cubano Americana de Miami está presentando la muestra Havana Hidden City del artista cubano Yunior Yanes, -quien fuera aceptado en el selecto grupo de artistas en la Colección Permanente de la Fundación en verano del 2013-, y que regresa ahora con este solo, su opera prima que presentara anteriormente en La Habana.
La Capital que ofrece Yanes proviene de los registros que obtuvo en su documentación inicial del entorno, y que mediante las diferentes interacciones del autor con los recursos digitales a su alcance se nos muestra inimaginablemente brillante y liberada, marcando el final de la fotografía tradicional editorial como único medio para documentar la ciudad. Lo anteceden las tendencias que predominaron en décadas anteriores, y que produjo un énfasis en las esferas de la fotografía documental y el fotoperiodismo. En los años 60 y 70 recibíamos en las páginas de revistas y periódicos la imagen oficial de la ciudad-emblema, y pocos anticipaban que la captura digital de registros impactaría la fotografía artística con un viraje tan marcado. Actualmente, el número de fotógrafos independientes con posibilidades de auto-publicación y mercadeo, como es el caso de Yunior Yanes, -ingeniero de profesión-, crece y se manifiesta.
Por consiguiente, la obra se Yanes se inserta en las escuelas de la fotografía artística contemporánea que imita las convenciones de sus predecesores analógicos desde los contextos de la fotografía digital. Sin embargo, Yunior no parece particularmente interesado en descifrar lo que serían las características singularmente digitales, solamente utiliza el medio como su canal de difusión. El fotógrafo ejerce una especie de periodismo ciudadano, siendo esta fotografía su forma de activismo y práctica social, para presentarnos la ciudad que lo cautivó cuando logró emigrar desde su Sagua La Grande natal a la capital de la Republica.
Mucho más interesado está el fotógrafo en descifrar paradigmas de la problemática cultural y social que lo rodea, y que es lo que le da sentido a su práctica fotográfica. En su caso, se trata de una genuina preocupación de ciudadano común por la ciudad en la que vive y por las condiciones en las que sobreviven sus habitantes. No obstante, muchos de los temas que aborda se pueden extrapolar, y son preocupaciones generales de nuestra gran aldea global en el siglo XXI casi recién iniciado.
Es así que Somos números, la imagen escogida para la cubierta del catálogo, sugiere la falta de privacidad y manipulación del ser humano atrapado en espacios cerrados donde los ciudadanos devienen números en una ecuación que no les pertenece. La presencia de la bandera entre los elementos de la imagen no debe obligarnos a hacer una lectura local de un fenómeno que va más allá del tema cubano.
El Puente, fotografía en blanco y negro a partir del original en la Tribuna antimperialista José Martí, -un artefacto construido frente a la Oficina de Intereses de Los Estados Unidos, y que ha sido un lugar con mucho simbolismo político en años recientes-, es paradójicamente una representación del éxodo de la población. Para muchos cubanos el viaje se inicia en ese mismo lugar donde largas colas esperan pacientemente una oportunidad de solicitar visa. La emigración es también un fenómeno universal, y el drama de los desplazados no termina en el Malecón Habanero.
De la misma manera, Buen día al Gran Hermano tiene múltiples niveles de lectura, que trascienden el fisgoneo del ojo curioso del fotógrafo a través de una ventana, para insinuar el poder que la tecnología le da al Estado que quiera controlar la vida de sus ciudadanos.
Por otra parte, la pieza Esperanza no es ajena a la extrañeza fascinante que conserva hasta nuestros días la obra de Walker Evans, el padre de la fotografía documental. Como en muchas de las fachadas y vidrieras de Evans, en esta imagen de Yanes los elementos que la forman conversan entre sí. Nada ha sido alterado en la escena original y el encuadre reitera la construcción de puntos de vista fotográficos clásicos, donde únicamente el uso del color y su saturación nos recuerda que no estamos en los tiempos del Farm Security Administration.
En conclusión, este creador ha encontrado su equilibrio en la aproximación háptica y social de la fotografía, con imágenes que nos envían señales sensoriales surgidas de su propia experiencia en los entornos reales que dan origen a su obra. El autor no se permite pensar que la fotografía debe adoptar los valores de otras formas de arte y negar al mismo tiempo su dinámica para tener credibilidad. Yanes registra sus espacios integrándolos a las nuevas tecnologías de la fotografía como arte contemporáneo, lo que le ha permitido insertarse dentro de los discursos culturales actuales del medio.
Un verdadero placer tener esta muestra en nuestra sala.
Isabel Sierra
Art director
Cuban American Phototheque Foundation
La Fototeca Cubano Americana de Miami es la única institución de su tipo en el sur de Florida, al ser un banco de imágenes dedicado a recuperar, clasificar y preservar la Fotografía artística que refleje la visión de los creadores que viven y trabajan en la zona, asi como a contribuir a la educacion visual de sus habitantes. En 2012, la Fundación Fototeca Cubano Americana de Miami se incorporó y organizó su primera Junta Directiva. La CAPF, – por sus siglas en ingles-, fue reconocida oficialmente como una institución 501 (c) (3) sin fines de lucro. Como organización sin fines de lucro de la Fundación se apoya en donaciones, subvenciones, ventas de impresiones fotograficas, membresías, servicios de apoyo a artistas emergentes, programas educativos, talleres y el importante Miami Photo Salon Festival.
Cuban American Phototheque Foundation
4260 SW 74 Ave. Miami, FL, 33155
© Roberto Koltun, cortesia de El Nuevo Herald
ISABEL SIERRA EE.UU., b. La Habana-Cuba, 1958 Prepara una Maestria en Educación de Arte y tiene una Licenciatura en Bellas Artes en Arte con mención en Historia del Arte por la Universidad Internacional de la Florida. Anteriormente ha recibido un Asociado en Ciencias -en Diseño Gráfico- del Miami Dade College.
Barrio Chino, 1981-1987, – que es un ensayo fotográfico sobre un área inmigrante China en La Habana-, fue la primera vez que la artista combinó la estética formalista del medio con las preocupaciones sociales de la fotógrafa.
Sierra ganó el Premio de Fotografía Nacional 13 de Marzo de 1987, y Barrio Chino fue seleccionado finalista en el Premio de Fotográfica Latinoamericana, – Casa de Las Americas, La Habana, el mismo año. Isabel todavía está trabajando en su tema principal, sus problemas con los procesos de migración e identidad. Varias galerías y museos de Europa, América del Sur y EE.UU. han mostrado y coleccionan sus imágenes, entre los cuales se destacan el Patricia and Phillip Forst Museum, el Museo de Arte Contemporaneo de Caracas, y el Museo Nacional de Bellas Artes de La Habana. Sierra es la Directora de la Fototeca Cubano Americana de Miami desde 2012.
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