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Puede 2016

UN POEMARIO LLENO DE FORTALEZAS A LA GRUPA DEL QUIJOTE. (SOBRE EL POEMARIO AL PIE DEL ESTRIBO, DE A. P. ALENCART. EDIFSA, SALAMANCA, 2016). Juan Mares

Portada“La poesía tal vez se realiza cantando cosas humildes”

Miguel de Cervantes Saavedra

 

Hay libros para todo y muy pocos para todos. Singular paradoja que se me antoja luego de leer un texto fortificado, lleno de referencias y reverencias a lo humano, a lo divino, a Cervantes y a los personajes del Quijote: a todo un enjambre de espíritus de este mundo y del otro.

 Hablo de “Al pie del estribo”, texto del poeta Alfredo Pérez Alencart, texto que lleva a evocar páginas imbatibles de Walt Whitman, es un texto rollizo puesto que la cantidad de páginas no son las que dicen de un  poemario fortificado  o no. Es la pasión allí percibida como una ebriedad con el temblor del colibrí frente a la flor.

Hay novedades en la forma, como un ritual del posmodernismo tributado a la esencia modernista de quien se devanó los sesos hasta perderse en la locura de las transfiguraciones palimsésticas, de un autor contado que contaba sus andanzas ya soñadas y recreadas por Cervantes con el escudo de Cide Hamete Benengeli que al final fue Don Alonso enajenado en Don Quijote, truco memorioso de donde se debe haber nutrido un numen como el de Borges, ese otro inventor de personajes.

Y valga la pena, sin que esto implique vergüenza literaria sino aprendizaje para tratar la vida narrándola con todas las herramientas de la literatura, o parafernalia como argüirían los dramaturgos y para ello el Alonso Quijano como alter ego de nuestro Manco de Lepanto; motivo para un canto ponderado de nuestro poeta Alencart. Y cuando digo “nuestro” no lo digo porque sea americano de ascendencia el autor de estos versos, sino por ser este caballero un ciudadano Universal. Un autor traducido a más de unas tantas lenguas no puede ser gratuito.

El poemario está constituido sobre el andamiaje de una estructura propia de quienes se aventuran a la búsqueda de nuevas formas visuales para llevar los contenidos a la retina de los lectores. Se combinan literales con numerales para asignar las mancornas de poemas, que simbólicamente van apareados cara contra cara. Los breves, van desde la perspectiva del ojo izquierdo al abrir la página, algo así como Don Quijote representado en esos versos de manera estética, la sobriedad de las flaquezas tras el escaso sueño y poco que yantar. Semiótica de la forma que nos habla desde lo profundo del arte del poema.

Al otro lado los de versos mayores, los numerados con romanos, es la evidencia de Sancho Panza ponderado y rollizo, de hombre leal que a lo último solo espera que su amo se levante y salga de nuevo a andar, y en Cervantes por la prosa y por el verso. Ambas partes son motivo para salir a cervantear.

(Algo se camufla aquí de James Joyce, de Cortázar y de Saramago, de Guimarães, pues dentro de los sincretismos literarios algo nos permea). En los poemas flacos a la manera quijotesca, los literales son un homenaje al abecedario y a Cervantes, intensión latente en todo el texto. Además, es también una celebración a Salamanca en gratitudes, como lo hizo el de Lepanto con el Lazarillo, La Celestina, a Colón (un poco camuflado).

En cada literal está inmersa una intención, una alusión a alguien desde la transparencia que permite el poema tras sus versos. Miremos:

En el literal (d), el motivo es Jacqueline ; en la (f) se pueden ver desde una polisemia semiótica a Colón, la gran ciudad y por supuesto a los migrantes que han atravesado el océano en cualquier dirección; Literal (h) se evidencia la divinidad como fuego del espíritu; el correspondiente a la letra (I) es la continuación del anterior y donde se plantea la poesía como un camino a Dios, el libro es la biblia : “Contiene historias de luz y sílabas de sangre”.

La (j) es dedicada a la familia: “Heredas el amor del ancestro: guárdalo bajo llave.”; en la (k) está la fe; la (l) es la poesía dando testimonio de los días; la (ll) es un caso especial, me trae a memoria un verso del poema más famoso –de todos los tiempos- del parnaso colombiano: Canción de la vida profunda. Veamos: “el escudero” “ve opacas las monedas del daño”- dice el verso de Alencar-, en el otro de Porfirio Barba Jacob Dice: “…en rútilas monedas tasando el bien y el mal” y dejemos que esto viene a cuento pues en el Quijote la línea de sentido religioso es fornida y sustanciosa y sigamos con el alfabeto y sus múltiples representaciones sintetizadas en clave poética.

La (n) representa el entrañamiento por lo conquistado en franca lid: un lugar en el mundo luego de deambular y ser éxodo. Y digamos que en la (o) es un poema de secretos, de signos encriptados, de metáfora encantada, de equilibrio para el eufemismo delicado, pero es el hombre el que está allí dando el testimonio de su visión del mundo como un consejo contra los afanes, pues todos los males están dentro del que los padece y no nos podemos acostumbrar al dolor pues llega entonces el pusilánime, el enajenado y es mejor rascarse la conciencia, sanar la herida y llegar al perdón luego de no “ perseguirse a sí mismo”. Así se va desglosando cada instante del poema alfabetizado en un rasgo de la condición humana, en un axioma. El poemario es denso y de cada texto se puede llenar una cuartilla de observaciones para degustar con un buen vino, en un ritual del intelecto.

El texto opuesto como unidad bipolar de dos en uno para un mismo homenaje, un mismo dolor, una misma reconciliación con el mundo y una misma alegría. Contiene 20 poemas y una ñapa o breva en el pináculo del cucurucho de chocolate: el dedicado a Jacqueline, la esposa del poeta. Al igual hay un poema dedicado en especial a su amigo de colores, trazos, fondos, volúmenes y difuminaciones hasta lograr las transparencias él, el románico IX: Miguel Elías.

Con el manejo del lenguaje ocurre lo evidente de la evolución del mismo dando origen a muchos términos que de sustantivos pasan a verbos en infinitivos y sobre todo cuando de nombres propios se trata. Es claro -¿a quién no le gusta dulcinear? Verbo dulce en todo sentido para paladementizar ideales de ensueño. Rezagos del amor cortés. Y que tal eso de “migueleando quijanamente”, toda una belleza de malabarismo lingüístico que da embrujo al poema y trasciende al homenajeado en sus andanzas y que aún está “Al pie del estribo”.

Aparece en uno de los poemas, no menciono cual, un hermoso oxímoron que se suma al inventario lingüístico que se puede sacar de todo el texto como una línea de sentido para el divertimiento de nuestra lengua castellana: “Mentir siempre con la verdad”. Y ya es una máxima como perla para que perdure en el tiempo y evocar la sentencia de cervantes: “La verdad anda sobre la mentira como el aceite sobre el agua.” Un símil que canturrea para una clase de química.

En el capítulo XII tenemos una definición que enmienda el alma para purificar el rito: “La poesía es levadura para el anticuerpo litúrgico del que ama la vida y se hospeda en la muerte.” Es la severa advertencia de nuestro transito efímero dando conciencia de ello. La poesía amaina los temores a la muerte, da fe de su transcurrir ineludible y nos reconcilia con la vida como unidad social. Y si no, veamos en el capítulo XI esa recriminación a los gentiles, a la gente que dilapida sin conciencia social, sin amor por el próximo, por el prójimo. Da testimonio de esa aventura: “…Mi brújula es una memoria que tiene / la edad de Cristo y por eso me voy a cruzar las noches / con un puñado de luciérnagas…/. O esta otra de verdadera decantación literaria: “…un exorcismo donde mi lengua vive el Verbo / no a las diez ni a las tres / sino a las veinticuatro del páramo de todos los cánones /…” Donde este verbo con mayúscula le da una polivalencia al término de tal manera que adquiere el valor de lo divino y lo humano.

Aquí son muchas Las líneas de sentido para profundizar un estudio del poema, aquí, a vuelo de golondrina veranera dejo constancia de una lectura casi salteada como para ir, como el lazarillo, de piedra en piedra cruzando el Tormes.

Cuando en uno de los poemas finaliza con su presente agradecimiento y dice: “Salamanca hermosa luciérnaga de piedra”. No solo es el lugar es todo lo allí acontecido incluyendo allí la posible estadía de Cervantes, Juan de Yepes, Teresa de Ávila y de carambolas al iniciador del ordenamiento de la sintaxis castellana: José Antonio Martínez de Nebrija.

Al pie del estribo es un breviario de la palabra sacra del poema breve que aliviana el viaje y del poemario del chorro fértil donde danzan las palabras como sacadas de una mina de ellas. Por último, digamos, Al pie del estribo, tributa aprecios que generan encantamientos por la lectura, nuestra lengua, las  amistades, la fe y el compromiso social del poeta.

Poema épico para múltiples interpretaciones con la densidad del uranio para ionizar cada pensamiento, cada palabra, cada sílaba y cada letra y genere la energía suficiente que ilumine todo espíritu y lo llene de bondades.

***

Con permiso del autor reproduzco el primer poema del libro que rinde homenaje al Quijote.

EL PIE EN EL ESTRIBO

 

I

No soy el enajenado sobreviviente disfrazado de risas

ni el que se pudre en un escorial cualquiera

dolido en la punta del cráneo

escribiendo despreñadas palabras sobre la piel

del gigante desfallecido que vestigia su peso

si multiplicas tres dígitos del alma

proceso y magnitud de la secreta estatura

de los encantamientos   cintilaciones     fantaseos

del lamedor de azafranes escudando fuegos

de variados flancos omnívoros de honradez

No me confundas   no olvides mi costumbre vertical

por muchas lunas sin meterme en un caja

galopando chacachap trapp trapp chacachap

con la última bandera que tartajea en el aire

pretendiendo honor en vez de monedas lloviznadas

en el propio enclave donde se oxigenan mis pulmones

molineando pródigamente por tantísimos terruños

que brotan de la ínsula firmamento de mi aquí

de mis ancestros   de mi lámpara divina

de mi allí que impulsa a abotonarme al idioma

ya aliento de páramo y saudades de selvas

No partas sin gestarte dentro de mi lengua o en la tutoría

de imágenes que son mordeduras fabulosas

velas y dulces violines   tramos largos de un viaje

a lo mucho interior que al ojo abierto embaraza

 © All rights reserved Juan Mares

JJuan Maresuan Mares (Guatapé, Antioquia, 1951. Seudónimo de Juan Carmelo Martínez Restrepo). Licenciado en Español y Literatura por la Universidad de Antioquia. Desde 1968 vive en Apartadó, donde fue profesor y director de la Casa de la Cultura. Actualmente es profesor de cátedra en la Universidad de Antioquía (Sede Urabá). Entre sus libros publicados están: Poteas y pirantes (1987); Voy a ver pantalla chica (1989); El árbol de la centuria (lª ed. 1996, 2ª ed. 2004, 3ª ed. 2011). Es coautor de Entre la savia y la sangre, recopilación poética de Apartadó (1996), Kalugrafías del instante (2009), Ritmos del equilibrista (2011); Hojas de caladio (2013) y Policromías literarias (2013). Ha participado en diversos encuentros literarios, como la Feria Internacional del Libro (Bogotá), el III Festival de Poesía Salvador Díaz Mirón (México, 2013) o el XVII Encuentro de Poetas Iberoamericanos (Salamanca, 2014).

Felicitaciones a Juan Mares por su brillante comentario.
Alfredo, enhorabuena por las reflexiones sobre tu libro; muy interesantes.
Esta es la manera de degustar la poesía. Gracias, Juan Mares.
Me alegra que la poesía de Alfredo tenga tan buenos comentaristas.
Vayan mis felicitaciones por tu nuevo libro, amigo Alfredo. Estupendo lo escrito por Mares.
Juan sigue su travesía hacia lo desconocido dentro de lo que él sabe, sigue el camino que lo hace sentir como si volara y mientras tanto se acomoda a las circunstancias para decir en palabras lo que su alma quiere gritar. Sigue dando lidia al compás de lo mejor que tiene, su pluma y su humildad. Un abrazo a un maestro del que voy tomando trozos de su saber y una vez más ¡felicitaciones! a tan gran aporte a la obra Al Pie del Estribo.
La lectura de esta reseña invita a leer el libro de Alencart. Un buen homenaje al Quijote.
Mi enhorabuena al peta Alencart y al autor de este deleitoso comentario.
Un excelente trabajo sobre un gran poeta como es Alfredo Pérez Alencart. Felicitaciones.

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