Letras bajo el volcán
Bajo el volcán es la novela que convirtió a una región de México en un hito literario. Cuernavaca, en particular, y Morelos, en general, se reconocen en ese Quauhnáhuac donde Malcolm Lowry sitúa su narración. Pero en ese mismo territorio, a medio camino entre la historia y el mito, personajes como Hernán Cortés, Alexander von Humboldt, Maximiliano y Carlota, Ignacio Manuel Altamirano, Alfonso Reyes, David Alfaro Siqueiros, Tamara de Lempicka, Pablo Neruda, Elena Garro, Gutierre Tibón, Erich Fromm, Iván Illich, Manuel Puig, entre muchos otros personajes, hallaron un espacio de sosiego y libertad que enmarcó sus proyectos.
Siguiendo esa tradición cultural, desde las últimas décadas del siglo XX, oriundos y residentes de la región —no hay distinción entre unos y otros— han nutrido un diálogo literario en el que se reúnen diversas voces, géneros y promociones. La sección “Letras bajo el Volcán” en Nagari Magazine busca precisamente tender un puente intelectual entre este fluir artístico de Morelos y el movimiento literario en español de Estados Unidos. Mes a mes se presentará una escritora o escritor morelense cuyas letras gozan de luz propia. El objetivo es claro y único: que en la literatura nos reconozcamos como parte de esa patria grande y transcendental que es el castellano en el Mundo.
Xalbador García
Textos del libro La infancia es la certeza de las cosas sucias, rotas y muertas (2019)
Taxonomía infante de un retrato de familia
fragmentos descarnados de los cuerpos que la agrupan.
Todo padre se pronuncia con el mismo tono agónico.
Toda madre trae consigo la rebelión de las bondades.
Se le dice infancia al rostro del ciempiés de dos cabezas
que camina húmedo en la columna vertebral.
Niña, al sabor de un racimo de uvas en la boca de un anciano.
Padre, a las manos filicidas de un espantapájaro.
Parto, al ejercicio de arrojar con dolor, una bolsa de carne con sistema nervioso blando.
Esposo, al cuervo moribundo que renace en el centro de otra boca.
Familia, a los dos pares de apéndices en forma de dedos
alrededor de la mandíbula de los escarabajos.
***
Un pájaro no siempre es un pájaro,
a veces es un fantasma
el espacio quieto donde habitaba un abrazo
el rumor transparente de una promesa.
Una niña no siempre es una niña
salvo por las alas que le brotan de las manos
para guiar con migajas de hambre
su ejército de minotauros.
Una hermana no siempre es una hermana
Es un terror nocturno
donde otros, imaginarios
nos arrancan los dientes mientras soñamos.
Una madre no siempre es una madre
es una palabra roja en la nieve
un vaso de agua a mitad de la noche
una entraña donde acurrucarse.
Un padre no siempre es un padre
también es la oscuridad que nos llama
desde su lengua de barro.
La incertidumbre que chilla
cuando el infierno se abre.
Una casa no siempre es una casa
es la nostalgia del caracol
las vértebras de una rama,
los doce rostros del silencio
la boca vacía donde anida el amor.
Un nombre no solo es un nombre
También es una astilla, un espejo
la tibia estancia de los desterrados
de aquellos pájaros que nunca fueron pájaros
En cambio, un muerto siempre será un muerto
desposeído de olvido
con sus mandíbulas abiertas a donde cree que sale el sol
y a veces, sueña,
que no solo es un muerto
es una niña
es un espejo
es un pájaro
una canción.
***
Infancia ataúd de pájaros
nauseabunda
roja
áspera como las patas de las arañas
siniestra como los besos de las cuijes.
Infancia, palabra y aliento.
Los años se coagulan en el fondo de la herida
suspiro
poblada de silencios.
Infancia, papel picado,
árboles como estampidas,
el cri-cri de los grillos
en la agonía de la lluvia.
Infancia, pecho tierra
serpiente de dos cabezas,
sisea, carnosas cavidades.
Infancia líquida,
el cuerpo del padre
agrieta el cuerpo de la hija.
Infancia intercambiable por una bolsa rota de canicas.
El parque se prendió fuego
cuando el cáncer de la abuela
hizo metástasis en la resbaladilla.
Infancia costurera,
muñones como bocas
las muñequitas rotas se volvieron laberintos.
Infancia – destino
Aquí rasga la memoria de los gritos.
Infancia ¿qué recuerdo?
siete rostros del espanto
babean el rostro del amor.
Infancia i n t e r m i n a b l e
hormigas quemadas vivas,
mis dedos jugaron a las canicas
con los ojos de la madre.
Pendiente
mi vientre ha devorado
todo lo que ahí crece.
Infancia,
análoga,
estampa repetida,
memorama de las alcantarillas.
Infancia transforma este ser en decadencia en una hija bien amada.
Eterna invertebrada,
interrumpida infancia,
la tristeza de los floripondios
arrulla el llanto de las guayabas.
Infancia la forma de las nubes,
papalotes al vacío
Uno, dos, tres
por todos mis domingos
de futbol y ritos patriarcales.
Infancia
trenes como laberintos,
pájaros derritiéndose en mi vientre
sin espada del augurio.
Infancia
el azar y sus costumbres,
mírame:
declaro la guerra en contra de nuestro peor enemigo
¿qué es?
infancia
***
Tu única vocación fue el hambre
un hombre que no entiende el rito
es sólo un animal doméstico
quizá por eso no me amaste
¿Qué haces? ¿Le hablas a las cosas que no vemos?
El día que moriste llovieron buganvilias
fui el único ser vivo en tu entierro
llevé inscrita en mis costuras
tus rojas enseñanzas
:mi boca mordiendo el polvo y sus misterios.
Cerré tu féretro y se abrió la noche
regresé a mí por los pasillos de la infancia
no hubo nada sagrado en tu silencio
¿Sabías que la piel memoriza las heridas del miedo?
Fuiste un animal doméstico,
nunca fui tu hija
solo tu alimento.
***
Aquí comienza un recuerdo
(inserte usted la fecha)
Allá cae herida una gaviota
(Anote usted la coordenada)
Aquí los niños se quieren casar
(Con una señorita que sepa coser,
Que sepa bordar
Que sepa abrir la puerta para ir a jugar)
Es su mano derecha está escrita
la palabra que nos salva del olvido
(léala en voz alta)
Allá la pesadilla cancerbera
(descríbala)
Aquí el retrato de familia
y su animal doméstico
(Rómpase en caso de incendio)
© All rights reserved Denisse Buendía Castañeda
Denisse Buendía Castañeda (Cuernavaca, Morelos). De-generación 79 donde los columpios eran cohetes espaciales. Activista, escandalosa, feminista, escritora y cafetera.
Premio de Poesía Dolores Castro, 2016; Premio de la Juventud, 2004. Autora de los poemarios. Los besos que no se dieron (UNICEDES, 2004). Días animales (Universidad de Guanajuato, 2007). Mujer bronce; habitada por besos (Astrolabio, 2010). Poemario “El terror del hallazgo” (Edit. Romina, León Gto., 2013). La física de la orfandad (Aguascalientes, 2016). Trisom Poemario a tres manos. Kenia Cano, Ricardo Ariza, Denisse Buendía (Edit. Lengua de Diablo, Morelos 2017). Antología de poetas mujeres de Morelos Aquí se las llevan (Lengua de Diablo, 2018 y 2020). II Antología argonautas (España, 2016). La infancia es la certeza de las cosas sucias, rotas y muertas (FEDEM 2020).
Guionista de las novelas gráficas Tetelcingo: fosas del olvido (UAEM, 2017), Nepomuceno, la memoria habita (Morelos, 2018) y Justicia para todos. Multifeminicidio y Homicidio Caso Narvarte (México 2019). Colaboradora de la Sistematización de la experiencia de exhumación e identificación de personas inhumadas en las fosas de Tetelcingo, Cuautla, Morelos (UAEM, 2017). Coautora con Alma Karla Sandoval de Feministario (una breve genealogía de los feminismos en la historia) y Vocabularia (diccionario feminista) (Edit. Infinita, 2019). Es fundadora del colectivo feminista Lunámbulas y de la revista Ovarias.