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Diciembre 2024

SAMPOONG. Lluvia H. Manzano

Cuarto piso. 29 de junio 17:55

A esa velocidad es apenas un destello blanco y rojo. Será lo último que vean las meseras del restaurante americano que acaba de abrir.

El sonido de cada pisada resuena en el piso de abajo. Nadie en la cabina de seguridad lo mira. Existen otros asuntos más importantes. A cada metro presume su cabello amarrado en una alta coleta tipo pasarela Versace. Se regodea en la idea de que, a lo lejos, lo puedan confundir con una chica. Aún tiene en los tímpanos la melodía de las sirenas y los gritos de la cajera que dijo a los guardias por dónde se había metido y qué llevaba debajo de la playera.

Todas las caras con las que se topa son manchas blancas y grises. Lo serían a cualquier velocidad. Corre igual que en sus mejores días. Cuando percibe sobre la frente el recorrido de una gota extraña eleva la mirada, nota las grietas que se dejan ver en el techo paso a paso. Caerá el cielo sobre el infierno.

En la universidad había sido el capitán del equipo de carreras de relevos. Las Olimpiadas pasadas lo seleccionaron para debutar como atleta juvenil. Entrenó. Se miró desnudo. Supo que tenía un cuerpo hermoso. Y que la belleza suele ir más deprisa que la gloria. Claudicó dos semanas previo a la inauguración argumentando tener cosas mejores que hacer: robar cosméticos y ropa interior de mujer.

Planta baja. 29 de junio 20:35

Nabo. Algas. Res. Cartón de huevo. Nabo. Algas. Res. Cartón de huevo. Nabo. Algas. Si no se dan prisa allá arriba, no llegaré a tiempo para la cena. Mamá tendrá que conformarse con un plato de su propio kimchi. Res. Cartón de huevo. Cuando ya no pase más luz por ese orificio que ha estado rostizando mi ojo izquierdo sabré lo que es morir. Nabo. Algas. Res. Cartón de huevo. Morir será mejor que aparecer en el canal de las noticias siendo rescatada. Verme cubierta de polvo, pipí y sangre en televisión sería vergonzoso. Además, saldré con el uniforme de la escuela. Las chicas lo sabrán todo. Oh Dios. ¿Qué hacías tú en Seocho? ¿No estabas estudiando para la clase de historia? ¿No se supone que odias cruzar el río?  Diré, estaba comprando nabo, algas, res y un cartón de huevo. Pienso que Dojun aún tiene hambre. Pobre. Llegué a casa más temprano. No quise ir a comer helados al río como todas mis amigas. Hay que pagar por dos boletos de tren, la entrada al parque, el helado y una botella de agua que, adentro del parque, costará el doble. Sería exactamente lo mismo que comprar nabo, algas, res y cartón de huevo. Mamá estaba murmurando en la cocina. Olía a chile y ajo crudo. Supuse que estaría haciendo sus encurtidos para la venta de fin de semana. Cuando se trata de hacer dinero sé que también estará su novio en la ecuación. Ese cabeza de nabo, algas, res. Vi cómo le tocaba los muslos a mamá. Yo tampoco los había visto. Él pensará que es poca cosa y que puede faltarle el respeto por ser madre soltera. De la peor clase. Dojun y yo tenemos padres distintos. Se ha dicho que Dojun tiene un semblante de extranjero y eso ha levantado rumores alrededor de nosotros. Yo no lo creo. Ama, de verdad, el sabor del bulgoggi y no se diga los tazones de bibimbap con trozos grandes de SPAM asado. Azoté la puerta. Ni siquiera me quité los zapatos en la entrada. Fui a la cocina a ver los muslos de mamá. La mano seca y avejentada de su novio. Las chicas dicen que tengo los ojos idénticos a los del novio de mamá. Y el mismo lunar sobre el labio. No me gusta que digan eso. Él tiene una cabeza de nabo, cabello de algas y aliento de res. No quiero parecerme a él. Los interrumpí en la cocina mientras preparaban la venta del kimchi. Nos miramos todos al mismo tiempo. Cuando Dojun hablaba, él se ponía a leer el periódico a propósito. Incluso se daba el lujo de salir a la calle a fumar. A mí sí me ve. A veces con ternura. Pero mamá me mandó al mercado a comprar nabo, algas, res y cartón de huevo. Dojun no ha comido nada, ve a hacer la compra. Tomé el dinero del tazón de frutas vacío, me subí a la línea 3 y vine hasta Sampoong segura de encontrar un mercado abierto. Las chicas tocaron el tema de mi verdadero padre. Se me quitaron las ganas de salir con ellas a comer helado. Creo que corrí tan deprisa que me dolieron las plantas de los pies, pero yo ni siquiera sentía el suelo. Ay. El nabo, algas, res y cartón de huevo me ayudaron a extraviarme para siempre. Para siempre. Recuerdo la estampida de empleados gritando y yendo en la misma dirección. Salí con ellos sin preguntar a nadie qué pasaba. Un aire acondicionado cayó desde el quinto piso, luego se quebró una columna y todo se volvió oscuro. Qué gracioso, ahora ya no siento ni mis muslos ni mis piernas ni mis pies. Al principio la presión de los bloques me tuvo resoplando de dolor. Después de un tiempo me acostumbré. Ahora siento que puedo soportarlo casi todo, hasta las malas noticias. Escucho las voces y sirenas de afuera. Vendrán a buscarme. No debo olvidar nada de la lista: nabo, algas, res, cartón de huevo.

Exterior. 30 de junio 12:18

¿Acaso ustedes no dejarían sepultada a la mujer que lleva diez años haciéndoles la vida imposible? El destino me ha dado una revancha verán llevo tanto tiempo sin dormir  sin habitar tranquilo mi hogar las moscas entran por la mañana cuando ni mi esposa ni mis hijos están y es culpa de ese olor a curry e incienso de sándalo que flota día y noche en la atmósfera del barrio antes sí conocíamos la paz y la decencia la pobreza tenía su carácter imperativo pero nos manteníamos solidarios y congruentes con nuestros valores ah pero ésta y esos que ni siquiera se han enterado de que su abuela o madre o lo que sea se halla aplastada por cinco pisos de concreto y toneladas de alambrón varilla asbesto qué van a saber de honestidad u orgullo cómo se enterarían de esto si ni siquiera hablan nuestra lengua cómo se enterarían si su jornada laboral consiste en sentarse en una de las paradas de Seuncho para obtener algo de caridad  extendiendo las manos así con tanto descaro así seguro los han visto mi esposa dice que debe ser algo cultural una costumbre difícil de borrar los niños no asisten a la escuela y no conviven con otros niños creo que seguirá siendo así porque con mis hijos no jamás tampoco jugarán ni una mierda cuando yo he ido a su puerta ¿saben? a pedirles que bajen el volumen que sean precavidos con su higiene  y más modestos con los cultos que rinden a su tropa de demonios caras naranja la señora de la casa agita las manos así y emite unos sonidos raros con los que explica no entender nada de lo que digo miente le encanta hacerme la vida imposible con su cítara infernal y su comida que hiede a kilómetros de distancia ¿no lo han olido? dejen esas piedras en su lugar no haremos gran cosa aquí sin una grúa o palas o una razón sólida para trabajar por las vidas de esos apestados nuestros compatriotas seguro están muertos y nadie que fuera en verdad importante para la sociedad trabajaría en Sampoong ella atendía el local de alfombras y lámparas hindúes del primer piso ella era de Bangladesh y la escuché hablar en inglés con un grupo de turistas conmigo todo era pataletas y no no no ahora seremos nosotros los que digamos no no no en mi país no con mis impuestos no quién sabe si no me hubiera echado alguna maldición porque créanme ese enjambre de moscas no podía provenir de ningún otro lugar que no fuera el infierno me sobrevuelan sobre la cara y el zumbido es idéntico al de su música folclórica se ofende si me ve perseguirlas con el matamoscas mi esposa dice que en cualquier momento podrían acusarme de xenofobia porque la ofendo matando los insectos que anidan en mi casa por su culpa mi esposa dice que la vecina cree que son sus tíos que murieron en la lancha en que viajaron para llegar aquí la verdad es que sólo la odio a ella y su estirpe no a Bangladesh y no he hecho más que exigirles que respeten mi forma de ver la vida y lo que quiero que sepan mis hijos del mundo yo sé que el comité de vecinos nos reunió a todos en el parque infantil porque las autoridades no se daban prisa para resolver este accidente y  nosotros debíamos ayudar aunque fuera sólo para hacer ruido y que los sobrevivientes pudieran escucharnos para tener algo de esperanza yo de verdad pensé ah Sampoong qué barbaridad el mundo que conozco se cae a pedazos primero el muro de Berlín ahora mi pobre Sampoong qué sigue la estatua de la libertad qué tragedia aunque al ponerme la chaqueta noté que ya no había polillas metidas en los bolsillos de mi ropa y las moscas de hecho se habían desvanecido entonces supe que esto podía ser una buena noticia obviamente es imposible saber dónde está ahora la tienda de alfombras o dónde podría hallarse mi vecina o el cadáver de mi vecina pero tener  la oportunidad de retrasar el rescate poniéndome a parlotear con cada voluntario que intenta hacer excavación con el único el fin de que hacer que su muerte sea cierta  me reconforta ah ustedes… a dónde van con esas palas suéltenlas no vamos a hacer nada aquí nadie ayuda ni ayudará es claramente un plan de nuestro gobierno que pretende limpiar nuestra raza de los ciudadanos de tercera clase lo sé todos se reproducen como moscas no muevan nada así como nosotros no me miren así! ¿acaso ustedes no dejarían enterrada a la mujer que lleva más de diez años haciéndoles la vida imposible?

En los estudios de grabación de la KBS. 30 de junio 02:35

El dueño del complejo comercial sale a dar la cara a los medios.

Respecto a los acontecimientos sucedidos en las últimas horas en el distrito de Seocho quisiera expresar mis más sinceras disculpas además de mis condolencias. No somos indiferentes a los comentarios y súplicas de rescate. Quisiéramos actuar cuanto antes, pero la magnitud de esta catástrofe y su cualidad sin precedentes nos obliga a tomar decisiones que exigen mayor concentración. Cada paso debe ser documentado para que en el futuro sirva como un antecedente en los libros de historia y como un manual de apoyo para este tipo de crisis.

Un grupo de voluntarios conformado por vecinos de la zona han estado dando rondines entre los escombros y nos han hecho saber que sería un desacierto comenzar con el rescate en este momento, suponiendo que haya víctimas en estado de inconsciencia que sean incapaces de gritar auxilio. Nuestro equipo de expertos está de acuerdo. Afirman que debe haber más sobrevivientes de los que estimábamos en un principio. En beneficio de su rescate y garantizando la protección de los intereses de nuestros socios, hemos decidido dar inicio al Plan Maestro al amanecer.

Entendemos la gravedad del asunto y pedimos comprensión para darle la resolución que amerita la ocasión. Anticipamos una disculpa para quienes se vean afectados por el ruido de la maquinaria y el tráfico que ocasionará las labores cerca de la autopista. Redoblaremos esfuerzos para reanudar las actividades comerciales cuanto antes. Como signo de arrepentimiento adelantaremos la Semana de los descuentos especiales. Todo en liquidación. Una verdadera caída de precios. Gracias. Buen día Seúl.

© All rights reserved Lluvia H. Manzano

Lluvia H. Manzano (San Luis Potosí, 1996)

Estudiante de Ciencias de la comunicación en la UNAM. Ha participado en distintos talleres literarios: CEART (2012), G_lfa Lab (2014) y Taller Abismos, dirigido por Xalbador García. En 2022 fue publicada por primera vez en la revista Nagari de Miami.  Mención honorífica en el Premio Municipal de Literatura en la categoría de cuento “Raquel Banda Farfán” en la edición 2023. Forma parte del segundo volumen de la antología de escritoras potosinas 28 voces en el desierto. Actualmente se desempeña como Community Manager para una agencia de publicidad, se especializa en la escritura persuasiva y la redacción de artículos para medios digitales.

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