Si, historias que asoman a través de sus calles, sus edificios, su gente… Cada nuevo día una nueva historia ve la luz en tu ciudad y tú eres parte de esa historia. La llamada ¨Street Photography¨ es la categoría fotográfica que se encarga de inmortalizar estas historias y sus personajes.
Hoy en día con tanto movimiento en las ciudades, atrapar en una imagen el tiempo y el espacio en los cuales transcurre la vida diaria, es algo mucho más fácil. Las calles, los parques, las plazas… Todo cobra vida y permite que aflore nuestra creatividad; nos dejamos llevar por estos paisajes citadinos, sus historias y personajes.
El fotógrafo se transforma en cazador de sueños, un cuenta cuentos ambulante, es objeto y sujeto al mismo tiempo, pues no solo atrapa las escenas, sino que las vive. Toda la realidad dormida en una imagen…
Sin embargo, esta visión idílica del fotógrafo bohemio con su cámara en mano explorando las ciudades, es sólo el comienzo de una aventura que requiere especial preparación.
He pasado las noches leyendo libros sobre Street Photography en compañía de cafés y recibiendo las apreciaciones de maravillosos fotógrafos y amigos, que se dedican a tomar con sus cámaras estas historias citadinas. Debo decir que estoy sorprendida, cuando comencé mi investigación pensaba que la interacción entre el fotógrafo y el público era uno de los elementos fundamentales dentro de esta categoría. Quizás porque aquí donde estoy el derecho a la intimidad y la imagen esta en algunos lugares muy sobrevalorado. Sin embargo a través de mis pesquisas he descubierto que esta interacción fotógrafo-público es casi inexistente. Si usara el método cuantitativo de investigación metodológica podría decir en términos matemáticos que, de un 100% de los fotógrafos a los que pedí su opinión, un 96% contestaron que en ningún momento interactúan con las personas en la calle mientras toman sus fotos. ¿Y ustedes están sorprendidos?
Tomando historias en la distancia
Para muchos fotógrafos el contacto directo con el público se hace difícil, unas veces el pedir permiso a las personas antes de tomar la foto es una situación embarazosa ya que el artista se siente intimidado ante la posible reacción del público. En otras ocasiones, luego de preguntar si aceptan o no ser fotografiados, el público está en todo su derecho a negarse y el fotógrafo pierde así una buena foto. Sin embargo, cuando las personas amablemente aceden a ser parte de la fotografía, ante el conocimiento de que serán fotografiados, adoptan poses poco naturales como si se tratara de una foto de cumpleaños. De este modo, según la opinión de muchos fotógrafos, la foto pierde su espontaneidad, esa dinámica natural de la escena pierde su ritmo y ya no sería Street Photography, sino un retrato al aire libre o un posible reportaje truncado.
Ante estas disyuntivas, los fotógrafos eligen varios métodos de captura que les permiten relatar sus historias, ¨con la presencia de los personajes, pero sin los personajes¨. Algunos de estos fotógrafos optan por planos a distancia, donde el público es sólo un elemento más del paisaje citadino. Los fotógrafos, permanecen en la distancia, como franco tiradores esperando el momento idóneo para disparar. De esta forma las escenas son todo un conjunto de historias que se entrelazan entre sí y donde el público queda mostrado dentro del paisaje urbano.
Otros fotógrafos que desean tomar planos más cercanos y que se enfrentan a estos avatares, utilizan otras técnicas de capturas distintas y hasta arriesgadas. Durante mis charlas con algunos de estos artistas, descubrí que como un guerrero debes de tener la cámara siempre preparada para la batalla. Pasas entre las personas, caminas entre los edificios, te sientas a beber un café… No importa donde, sólo dispara lo más que puedas y para planos más cercanos, dispara desde la cintura. Esto requiere discreción y practica ya que muchas fotos pueden quedar movidas, desenfocadas, o las personas pueden darse cuenta de que les estas tomando fotos sin su consentimiento. Sin embargo, con mucha preparación adquieres la experiencia necesaria para captar de forma rápida las historias y sus personajes. Los planos tomados desde la cintura pueden darte nuevas e interesantes perspectivas, además de captar los gestos espontáneos de las personas, la interacción entre ellas, la sensación de una instantánea robada… Al final del día te sorprenderás de cuantas fotos interesantes y divertidas haz capturado.
Una de las claves fundamentales para contar estas historias citadinas sin tener que interactuar con el público es la discreción. Muchos fotógrafos aseguran que ser discreto juega un papel esencial a la hora de retratar al público. Para esto no debes bajo ningún concepto hacer que las personas se sientan amenazadas con tu presencia, respeta su espacio. Es importante vestir de forma natural, no cargar con un equipo excesivo, nada de trípode, flash, reflectores, focos… sólo tú y tu cámara, no ponerte a configurar demasiado la cámara y cambiar de lente todo el tiempo, además evitar el contacto visual, puedes fingir que estas interesado en otro objetivo y no en las personas que tienes delante. El fotógrafo debe ser un personaje más dentro de la escena, historia e historiador al mismo tiempo.
Otros fotógrafos tienen una forma peculiar de empatizar con el público, esto me llamó mucho la atención durante mi investigación. Sé que tener una explicación bajo la manga por si alguna persona se siente ofendida al ver que le estas tomando fotos es algo usual. Muchos fotógrafos les dicen que se trata sobre un reportaje de la ciudad, un trabajo para una empresa, fotos para ilustrar una noticia… En cambio, este grupo de fotógrafos tiene una forma muy especial de interactuar con el público, ellos primero observan las escenas, luego tratan de imaginar y de sentir lo que las personas están viviendo en ese instante, recrean la historia en su mente y después toman la fotografía. Pero lo más curioso es que una vez tomada la foto, muchos de ellos se acercan al público para confirmar la historia. Estos fotógrafos son como narradores de cuentos, tratan de expresar sentimientos, expresiones, actos, vivencias, la lucha diaria de las personas desde un ángulo muy íntimo y descriptivo.
¿Pero qué sucede si prefieres tomar la historia de cerca?
Como mencione anteriormente, hay un grupo, aunque no muy extenso, dentro de los fotógrafos que entrevisté, que prefieren tomar planos cercanos e interactuar con el público. Les gusta crear un vínculo de cortesía y confianza con las personas que van a fotografiar. Son fotógrafos que se centran en planos más detallados de la vida diaria y sobre todo en los personajes como sujetos principales de la composición urbana. Utilizan el retrato y el reportaje no como categorías fotográficas en sí mismas, sino como herramientas para relatar los avatares de la vida diaria a través de sus personajes. Para ellos las historias quedan reflejadas mediante las expresiones, los sentimientos, sueños, vivencias… de cada uno de los personajes que se encuentra en la escena, sus fotografías muestran una perspectiva más humana de las ciudades.
Por supuesto que estos fotógrafos deben enfrentarse al igual que el otro grupo a las disyuntivas mencionadas antes. Pero ellos afrontan esta interacción de una forma distinta, sin pensar en sentirse intimidados por la reacción del público o en las respuestas negativas de las personas, y sobre todo, con métodos diferentes donde tratan de que el público no adopte poses antinaturales. Al igual que los demás fotógrafos buscan capturar momentos únicos, espontáneos y naturales dentro de las historias citadinas. Desean tomar instantáneas que reflejen la forma de vida en las ciudades, con sus problemáticas sociales, sus atracciones, sus distintos momentos históricos, su cultura y sobre todo su gente, esa gente que le da vida a las ciudades.
Para alcanzar esta perspectiva fotográfica donde el hombre es el motor que mueve las ciudades, muchos fotógrafos aseguran que la amabilidad y la cortesía forman un binomio indisoluble y esencial. La mejor carta de presentación es siempre una sonrisa, una sonrisa les dice a las personas que eres amable, inspira confianza y respeto en las personas que te están observando. Sonreír muestra que tus intenciones son sanas. El respeto a la intimidad de los personajes y la buena comunicación son también elementos claves para que fluya la escena y tú puedas tomar un plano más cercano sin ningún obstáculo. En primer lugar, muchos fotógrafos se mezclan con los sujetos, establecen una conversación y crean una atmosfera de complicidad, luego piden permiso para hacer tu foto, puesto que se trata de un plano no sólo más cercano, sino cálido en cuanto a interacción y simpatía. Si la respuesta es negativa, tratan de explicarle lo que están haciendo, ofrecen enviar la foto por correo electrónico a la persona, intentan hacerles comprender de forma cordial que se trata de un trabajo artístico y no de una vulgar invasión a su intimidad. Si la negativa persiste sólo sigue tu camino y piensa que te esperan mejores escenas por delante, no entres bajo ningún concepto en polémica con las personas.
Cuando la respuesta de las personas es positiva, todo cambia, pues los fotógrafos deben de explicarle cómo funciona la dinámica y que desean captar en la escena. Es difícil no adoptar una pose determinada cuando sabes que alguien está a punto de tomarte una foto, creo que es un reflejo incondicionado, ya que desde niños nos dicen ¨sonríe, ponte la mano en la cintura, mueve la cabeza a un lado, cruza la pierna…¨ en fin, es realmente difícil no sucumbir a la tentación de quererte ver bien en las fotografías. Sin embargo, estos fotógrafos tienen métodos para transformar esta situación y tomar fotos naturales, espontaneas y sinceras de los personajes. Algunos después de pedir permiso, les explican cómo funciona esta interacción, les piden que continúen haciendo sus labores de forma normal sin posar. Por ejemplo, si se trata de un vendedor ambulante, pues que continúe pregonando y ofreciendo sus productos a la gente sin mirar a la cámara, como si el fotógrafo no estuviese presente. Así sacan varias tomas cercanas del personaje desempeñando sus funciones diarias y luego eligen la que más natural y espontanea se vea. Como dije antes es difícil lograr que el sujeto no pose, pero de esta forma tienes la posibilidad de hacer varias planos cercanos desde diferentes ángulos sin verte implicado en situaciones desagradables. Luego puedes elegir la foto que más refleje naturalidad, que exprese ese devenir de los personajes dentro de la dinámica citadina.
Otros fotógrafos en cambio optan por un método distinto y que puede reflejar una instantánea llena de matices. Ellos primero piden permiso, hablan con los sujetos y se involucran en los que este está haciendo. Luego continúan como observadores durante unos minutos y cuando el personaje ya se ha olvidado de la pretendencia del fotógrafo y de la fotografía que le iban a tomar, pues en ese momento inadvertido por el sujeto, los fotógrafos disparan. Un tiro inesperado pero con el consentimiento del personaje. Es como un giro inesperado dentro de una historia que pensabas iba a ser la misma de siempre, pero de momento todo cambia y tú querido amigo quedas sorprendido.
Sinceramente, tantas formas distintas de hacer Street Photography son para mí fascinantes. Cuantos métodos divertidos, arriesgados, dinámicos, cuanta variedad de perspectivas, cuantas leyendas narradas desde diferentes visones, llenas de sueños y realidad al mismo tiempo. No importa que método uses, si prefieres la distancia o la cercanía, si interactúas o no con los personajes, creo que cada uno de estos fotógrafos tiene una forma peculiar y mágica de contarnos estos relatos urbanos, de mostrarnos cuanta vida encierran las ciudades, la riqueza de sus personajes, los matices de la existencia diaria… Estos fotógrafos nos invitan a divertirnos, a disfrutar, vivir, sentir y amar este tipo de fotografía. Pero sobre todo, nos enseñan que cada nuevo día una nueva historia ve la luz en nuestras ciudades y que nosotros somos parte de esa historia.
©Mia. M Photography and Writing
Muchísimas gracias de todo corazón a los maravillosos amigos y excelentes fotógrafos que amablemente compartieron conmigo sus experiencias, opiniones, métodos y consejos para inmortalizar en una fotografía esas historias citadinas.
Mario Bunčuga, Noorhadi Saleh, Le Tanguerrant, Diego Gigante, Henry Wang, Tony Liviero, Emanuele Dello Strologo, Rui Lopes, Teddy Gonzalez Rodriguez, Anita Chung, Antonio Sarno, Simone Vivaldo, Stradi Corleone, Miguel Angel Ramos, Rech Nicoletta.