El pasado 6 de febrero se cumplieron 100 años del fallecimiento de Félix Rubén García Sarmiento (1867-1916), poeta, periodista y diplomático nicaragüense más conocido como Rubén Darío y también como el “Padre del Modernismo literario” y el “Príncipe de las Letras Castellanas”.
Su exégesis fue espectacular. En su país natal, la Asamblea Nacional declaró solemnemente al poeta “Héroe Nacional”; en la ciudad de León, donde trascurrieron sus primeros y sus últimos días, fue inaugurado un “Parque de la cultura y dignidad: centenario Rubén Darío”; en la catedral de esa ciudad -dode reposan sus restos- se realizó una magnífica ceremonia, a la que asistió el presidente de la república, Daniel Ortega, más un conjunto tan selecto como nutrido de personalidades invitadas y público en general. El Banco Central de Nicaragua emitió dos monedas conmemorativas, en oro y plata, con un valor de 100 córdobas, la moneda local, cuyo anverso muestra la figura del bardo y su firma, con la inscripción de “Príncipe de las Letras Castellanas”, mientras que el reverso ofrece el lado de una pirámide y un texto conmemorativo del centenario. Amén de lo antedicho, los actos escolares y universitarios, los discursos, las ofrendas florales, las exposiciones de obras literarias y pictóricas, más la reedición de varios de sus libros.
El fervor dariano no quedó limitado a su país de origen: la Organización de Estados Americanos (OEA) organizó un agasajo continental en el que participó la representación de Nicaragua; en Venezuela el viceministro para América Latina y el Caribe, Alexander Yánez, el embajador de Nicaragua acreditado en esa nación latinoamericana, Ramón Enrique Leets Castillo; la cónsul general, Bettina Rodríguez y el coordinador de Centroamérica, Luis Eduardo Rondón, depositaron una ofrenda floral en el Panteón Nacional, en Caracas, como parte de las actividades programadas en honor del insigne nicaragüense. La Casa de América en Madrid presentó su fachada teñida de azul, en la víspera del día del aniversario, para sumarse a la conmemoración del centenario. En la Argentina, en marzo pasado, se concretaron las cuatro jornadas previstas para el desarrollo del Congreso Internacional “Rubén Darío. La sutura de los mundos”, auspiciado por el Programa de Estudios Latinoamericanos Contemporáneos y Comparados de la Universidad Nacional de Tres de Febrero (PELCC-UNTREF).
Señala la página de la Real Academia de la Lengua Española (RAE) -ver: http://www.rae.es/noticias/edicion-conmemorativa-del-centenario-de-ruben-dario- que en el marco del VII Congreso Internacional de la institución, celebrado en Puerto Rico entre el 15 y el 18 de marzo, se ha presentado en el Antiguo Casino del Viejo San Juan el volumen titulado “Del símbolo a la realidad. Obra selecta, de Rubén Darío”, edición conmemorativa del centenario de la muerte del poeta. La obra, con la que la RAE y la Asociación de Academias de la Lengua Española (ASALE) homenajean al autor, tuvo en calidad de coordinador a Francisco Arellano Oviedo, director de la Academia Nicaragüense de la Lengua, y en sus páginas se incluyen tres de los libros más señaladamente importantes de Darío: Prosas profanas y otros poemas (1896), Cantos de vida y esperanza. Los cisnes y otros poemas (1905) y Tierras solares (1904).
Entro otros oradores, tomaron parte del acto conmemorativo Darío Villanueva, director de la RAE y presidente de la ASALE; José Luis Vega, director de la Academia Puertorriqueña de la Lengua Española; Francisco José Arellano, director de la Academia Nicaragüense de la Lengua; Sergio Ramírez, escritor y académico nicaragüense, y Pilar Reyes, directora editorial de Alfaguara.
Siempre según la misma fuente, durante la velada expresó Vega que “Rubén Darío trasladó a la lengua española el afán de transcribir mediante la poesía el lenguaje del mundo (…) lo más notable de la obra de Rubén Darío representa una de las últimas líneas de resistencia a lo que se avecinaba: el fin de la poesía como posibilidad de vislumbrar la palabra que sustenta el mundo”. Por su parte, declaró Arellano que “Darío persiste porque fue un renovador de prosa y verso; su advertencia aún suena clara: ‘mi literatura es mía en mí’; su poesía ha perdurado porque ese fue su gran afán: ‘como poeta, siempre he tendido a la eternidad’”. Por su lado, afirmó Sergio Ramírez: “Rubén Darío era, en realidad, producto de esa rica mezcla racial: mulato, indígena, español mestizo, tal como se prueba en su genealogía; y sería desde esa periferia bastarda, falta de prestigios, que entraría a saco en las rigidices de una lengua exhausta proponiendo novedades que causaban admiración a veces, y otras desdén, o espanto”.
Cerró la evocación de Darío el director de la RAE, quien manifestó que: “los clásicos perduran porque nos imitan, porque siguen diciendo con las palabras mejores, en el orden mejor, aquello que el resto de los mortales experimentamos con nuestros sentidos y albergamos en nuestra más profunda intimidad sin que seamos capaces, como ellos, los poetas, de expresarlo cabalmente (…) Rubén Darío fue un auténtico escritor cosmopolita, pero a la vez su biografía acredita un panhispanismo vital que aureola con una indiscutible impronta novelesca de su vida”.
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Luis Benítez nació en Buenos Aires el 10 de noviembre de 1956. Es miembro de la Academia Iberoamericana de Poesía, Capítulo de New York, (EE.UU.) con sede en la Columbia University, de la World Poetry Society (EE.UU.); de World Poets (Grecia) y del Advisory Board de Poetry Press (La India). Ha recibido numerosos reconocimientos tanto locales como internacionales, entre ellos, el Primer Premio Internacional de Poesía La Porte des Poètes (París, 1991); el Segundo Premio Bienal de la Poesía Argentina (Buenos Aires, 1992); Primer Premio Joven Literatura (Poesía) de la Fundación Amalia Lacroze de Fortabat (Buenos Aires, 1996); Primer Premio del Concurso Internacional de Ficción (Montevideo, 1996); Primo Premio Tuscolorum Di Poesia (Sicilia, Italia, 1996); Primer Premio de Novela Letras de Oro (Buenos Aires, 2003); Accesit 10éme. Concours International de Poésie (París, 2003) y el Premio Internacional para Obra Publicada “Macedonio Palomino” (México, 2008). Ha recibido el título de Compagnon de la Poèsie de la Association La Porte des Poètes, con sede en la Université de La Sorbonne, París, Francia. Miembro de la Sociedad de Escritoras y Escritores de la República Argentina. Sus 36 libros de poesía, ensayo, narrativa y teatro fueron publicados en Argentina, Chile, España, EE.UU., Italia, México, Suecia, Venezuela y Uruguay