La narrativa visual tiene una gramática propia para relatar lo sucedido, cada creador escoge sus sintaxis. Cuando lo que ocurre está frente al lustre de lo oculto, las historias toman dos caminos: el de la pregunta o la constatación de los hechos bajo la luz del instante.
Cristófol Casanovas y José Luís Secorún omiten esta disyuntiva y participan de ambas definiciones.
Discurrir junto a ellos, a través de las páginas de este libro de imágenes, tiene sólo un beneficio: Ver sentado desde la butaca de tu casa, la verdadera Barcelona de hoy con un sinnúmero de contenidos desde la diversidad. Los relatos que unen a esta comunidad están aquí. Entiendes por qué hay que detener a una metrópoli en una época (2016) y por qué hay que acotar a los sujetos -…casi siempre en singular- en una escena determinada.
Como elementos de escenografía: El patín. El patinete. El sol radiante de la una. El teléfono móvil como espejo. Las sombras en la pared de cualquier edificio blanco. La bicicleta aparcada en un árbol.. El vidrio delantero roto de un auto. El mercado y su ritual de mercaderes y curiosos. El maleante. El pedigüeño bajo la súplica… Los plátanos de la ciudad frente a sus sombras. Sus grafitis…La catedral, junto el acoso turístico y la sonrisa de una mujer retratándose desde un smartphone.
Los habitantes circulan por un itinerario hacia la derecha o lo hacen solitarios. Cargan sus herramientas de labor o acopian metales en un carrito de compra para sobrevivir. El mantero recoge su mercancía de abanicos a 1 euro, en las Ramblas. El ayudante que lleva las maletas entra indiferente a su destino de trabajo en un hotel. El barrendero parece un poeta captado en plena soledad y atención al pequeño desperdicio que recoge.
La calle es, principalmente, el entorno de la acción de esta obra. Diáfana siempre en su relación de grises, blancos y negros. Nítida.
(Nota: voy a pensar que han puesto “ocultos” en el título como una provocación o una metáfora para acompañar a “relatos”).
No hay ningún interior. Todo está a la vista del verbo. En todas las fotografías sucede algo. Aunque se quiera evocar el silencio del atardecer en Barcelona, desde la colina del monte Carmelo con un individuo circulando por la arista de un muro
Siguiendo la usanza de los maestros que en su generación influyeron en el modo de ver la ciudad (Pere Catalá Roca, Xavier Misercachs, Joan Colom…), es decir, algo que se llama la espera y el momento oportuno. Deduzco que, ambos autores, no dudan en más de una ocasión, escoger aquella perífrasis de todo creativo que se llama: ir-a-buscar-el-motivo.
La Barcelona bajo sus cámaras: está como registro. El año 16 y la condición de sus personajes en las fotografías de este siglo, hacen de ello un documento imprescindible. Tal como dice el poeta JM. Marín Rubio en uno de sus versos que cierran la última página del libro.
La vida es en color/La foto en blanco y negro
Esta aparente y sencilla evidencia poética, encierra dos miradas de ver una ciudad que está sumergiéndose en el éxito en busca de una nueva definición de sí misma. RELATOS OCULTOS, más que evocar lo escondido de esta metrópoli, nos narra lo que hay que rescatar de las vivencias en su naufragio. ER