¿Quién?
¿Quién inventó la ternura
de esa luz cuando amanece?
¿Quién da ese valor que crece
y alimenta con dulzura?
¿Quién con su mirada pura
da fuerza desconocida?
¿Quién —crepúsculo en caída—
nos torna el alma violeta?
¡Es Amor, magia secreta
para eternizar la vida!
Madre
I
¡Ay, madre!, poema alado,
superior y diferente
eres el soplo creciente
de un beso multiplicado;
aliento vital amado
eres a mi alma si gime,
cuando soledad me oprime,
si angustia sella mi boca,
al silencio que te invoca
vuelas con tu paz sublime.
II
Vuelas con tu paz sublime.
al silencio que te invoca
si angustia sella mi boca,
cuando soledad me oprime,
eres a mi alma si gime
aliento vital amado;
de un beso multiplicado
eres el soplo creciente
superior y diferente,
¡ay, madre!, poema alado.
Dialogando con María
—María, ¿por qué dejaste
crucificar a Jesús?
¿por qué en lóbrego capuz
también te crucificaste?
¿por qué no lo rescataste
de las garras de codicia,
de la falaz inmundicia
de aquel imperio pagano
que te clavó cada mano
sobre la cruz de injusticia?
—Porque el designio
era fuerza superior
y abrigaba su interior
obediencia a su destino;
Él bebió el ácido vino
de suprema voluntad
y se entregó con bondad
a la barbarie traidora
porque llegaba la hora
para su inmortalidad.
—Dime, ¿comprendió la historia
su entrega sin rebeldía?
¿por qué oscureció aquel día
si él alcanzaba la gloria?
¿no se negaron las flores
a derramar sus matices?
¿en tu entraña no maldices
a sus verdugos traidores…?
—Bebo del cáliz divino
del Dios que todo lo puede
y a los humildes concede
resignación a su sino.
Fue su corona de espino
dejando mi pecho inerte
y aún, sin entender su suerte,
me deslumbró tanta luz;
y exclamé a mi Dios: ¡Jesús,
salva al hombre con su muerte!
© All rights reserved Elsa Rodríguez
Elsa Rodríguez (Cárdenas, Matanzas, Cuba) (1935-2017): Poetisa de fina inspiración, se caracterizaba por la sensibilidad y profundidad de sus versos, cultivó la décima con acierto. Trabajaba en Planificación y Finanzas. Fue miembro del taller literario Fray Candil y se destacó dentro del mismo. Fue premiada en diferentes concursos, y en algunos de ellos usó el pseudónimo “Mariposa de amor”. Inteligente, amorosa, aguda y paciente, educó a sus tres hijos —junto a su esposo— en los valores cristianos.