Pollo frito, col rizada y té dulce
les veo comer. Y mientras conversan,
ellos gritan, ellos azotan.
¡Plas! ¡Plas! ¡Plas!
Es el sur azotando sus puertas.
¡Plas! ¡Plas! ¡Plas!
Se escuchan otra vez.
¡Plas!
Recalcando sus fronteras, sus costumbres.
Y todo el tiempo se les escucha decir:
¡Ladrón! ¡Ladrón! ¡Ladrón!
No trabajes. No en mi campo, ladrón.
No en donde los aventureros y bribones
trabajaron alguna vez bajo el sol.
No donde resuenan los cánticos
de esos negros que tanto masacré.
¡No aquí, ladrón!
¡Plas! Otra más.
¡Amenaza! ¡Amenaza! ¡Amenza!
No te superes. No en mi tierra, criminal.
No en donde puedas desafiarme con tus ideales,
no con tu intelecto disfrazado de terror.
No en donde pretendas un cambio verdadero,
–¿qué es el “cambio”? ¿Un desprecio más, una hora menos?–,
el progreso que mi nación tanto necesita.
¡No aquí, criminal!
¡Plas! Y la azotaré aún más fuerte.
Y ellos lloran, suplican:
¡América! ¡América! ¡América!
¿Para qué abrirle las puertas?
No te despliegues a los buenos,
hermosura estrellada, bandera sagrada.
Somos el seno de donde viene el mal
de aquellos países, el mal del inmigrante.
¿Para qué abrir la puerta del remedio?
Para qué si son el colestero de nuestras venas,
si nuestro oxígeno es demasiado puro para sus traqueas polvosas
¡Plas, plas, plas!
Puertas llenas de pánico que de genenorisad.
¡Terror! ¡Terror! ¡Terror!
¡Él! El mulato. ¡Fuera!
¡Ella! La que viste el hiyab. ¡No!
¡Ustedes! Los del tatuaje de la virgen morena. ¡Lárguense!
Resguárdense bajo el manto de su “madre”.
No más plegarias.
¡Plas!
Ese es el llanto. Yo resisto.
Sonny Pimentel. Mexicana, inmigrante y estudiante de fotografía y periodismo en Atlanta. Su fotografía ha participado en exhibiciones por parte de su universidad, Georgia Perimeter College, así como en su última colaboración “El Astillero de Artistas” con la revista Domingo de El Universal. Actualmente colabora para la revista digital Cultura Colectiva.
twitter: @piimco