En nuestros extraños tiempos, la sucesión de horrorosas noticias parece no tener fin. Desde masacres concretadas por civiles y militares en los más diversos puntos del globo, hasta crímenes sangrientos a escala individual, se suceden día a día en las páginas informativas, tanto impresas como electrónicas. La seguidilla alcanza tales proporciones que termina generando una suerte de “anestesia” emocional, donde los horrores parecen competir por el impacto mediático a fuerza de mayor número de víctimas o de detalles más estremecedores. Eso contribuye en gran medida a lograr que un hecho espantoso termine pasando inadvertido o se convierta apenas en una noticia de segunda o tercera línea, meritoria apenas para ser informada brevemente y para ser suplantada en la memoria rápidamente por la primera catástrofe que se presente. Su destino, como el de otras barbaridades de mayor o menor tenor, termina siendo el enorme Alzheimer de la historia.
Así, ya casi no sorprende –eso es lo escalofriante- que un crimen de las dimensiones que tiene la profanación y el sórdido saqueo de los restos mortales de alguien parezca casi no importarle a nadie, así se trate de alguien ilustre.
Al parecer, este ha sido el caso, aún confuso y sin resolver, de lo sucedido el 16 de junio del corriente año –sí, hace apenas 5 meses- en el Cementerio General del Sur, ubicado al oeste del municipio Libertador, en pleno Distrito Metropolitano de la ciudad de Caracas, Venezuela, en el mausoleo de la familia Gallegos, parcela 1 Sur, según informa el diario español ABC, entre otros medios que se ocuparon del caso. Entonces el sepulcro del insigne autor venezolano fue profanado por sujetos aún desconocidos, referidos en la jerga del hampa como “paleros”, y robada su lápida así como sus restos y los de su esposa, Theotiste Arocha Egui. Globovisión suministra detalles todavía más horrendos: señala que las macabras actividades de los referidos “paleros” son cosa habitual en ese cementerio metropolitano y que el fin que alienta su proceder es la comercialización de cadáveres y/o sus partes para ser utilizados en ceremonias de brujería. Sí: en pleno siglo XXI. El canal informativo caraqueño agrega que en 2015 no menos del 40% de las tumbas del referido osario fueron violentadas para extraer de ellas los restos con este cometido y que, según de qué porción del esqueleto se trate, el valor en el mercado de la superstición puede alcanzar hasta los 100 mil bolívares (aproximadamente 10 mil dólares estadounidenses).
Rómulo Gallegos Freire nació en la ciudad donde tenía sepultura el 2 de agosto de 1884 y en ella falleció el 5 de abril de 1969. Es el narrador venezolano más descollante de todo el siglo XX y sin lugar a dudas uno de los primeros nombres de la narrativa americana. Su obra maestra, la novela Doña Bárbara, publicada en 1929, es un clásico del realismo hispanoamericano. El premio internacional de novela más importante de América latina y uno de los más destacados de la lengua castellana, instituido por el gobierno venezolano en 1964, lleva su nombre. Los ganadores –entre ellos estuvieron Gabriel García Márquez, Mario Vargas Llosa, Carlos Fuentes, Roberto Bolaño, Enrique Vila-Matas, Julián Marías, Fernando Vallejo, y cierro aquí la nómina para no abundar- reciben una medalla de oro, un diploma y un premio en efectivo de 100.000 dólares. Aproximadamente el valor de 10 de los huesos del gran autor americano, para los profanadores de su tumba.
Estos son los hechos. ¿Cuánto vamos a tardar en olvidarnos?
© All rights reserved Luis Benítez
Luis Benítez nació en Buenos Aires el 10 de noviembre de 1956. Es miembro de la Academia Iberoamericana de Poesía, Capítulo de New York, (EE.UU.) con sede en la Columbia University, de la World Poetry Society (EE.UU.); de World Poets (Grecia) y del Advisory Board de Poetry Press (La India). Ha recibido numerosos reconocimientos tanto locales como internacionales, entre ellos, el Primer Premio Internacional de Poesía La Porte des Poètes (París, 1991); el Segundo Premio Bienal de la Poesía Argentina (Buenos Aires, 1992); Primer Premio Joven Literatura (Poesía) de la Fundación Amalia Lacroze de Fortabat (Buenos Aires, 1996); Primer Premio del Concurso Internacional de Ficción (Montevideo, 1996); Primo Premio Tuscolorum Di Poesia (Sicilia, Italia, 1996); Primer Premio de Novela Letras de Oro (Buenos Aires, 2003); Accesit 10éme. Concours International de Poésie (París, 2003) y el Premio Internacional para Obra Publicada “Macedonio Palomino” (México, 2008). Ha recibido el título de Compagnon de la Poèsie de la Association La Porte des Poètes, con sede en la Université de La Sorbonne, París, Francia. Miembro de la Sociedad de Escritoras y Escritores de la República Argentina. Sus 36 libros de poesía, ensayo, narrativa y teatro fueron publicados en Argentina, Chile, España, EE.UU., Italia, México, Suecia, Venezuela y Uruguay