Lectura en vuelo de American Airlines. Trayecto. Barcelona–Miami, 22 de marzo del 2013 / Miami–Barcelona, 2 de abril 2013.Lectura coincidente con la primera Semana Santa del Papa Francisco.
La fidelidad en el siglo XXl es una virtud moral anacrónica que algunos homínidos, en fase involutiva, practicamos. Reconozco que soy fiel al peluquero, la frutera, al hombre que no me paga con la misma moneda y a mis escritores fetiche. Uno de ellos es Michael Connelly, autor de excelentes novelas negras que recomendaba fervientemente, Poesía cruel:
“Adoro este libro. Es un billete de acceso privado a un mundo secreto de deseo, sexo, y la cruda línea que separa ambas cosas. Lo leí con la frase del adicto. “
Sugestivas palabras para un libro que además tenía como escenario, Miami, ciudad que visito en estado de enajenación mental y en la que todavía no consigo integrarme.No me atreví a empezar la lectura en el autobús porque estudié en un colegio de monjas y Sor Antonia me inculcó que la concupiscencia en una niña es un pecado terrible. Me comporté con la dignidad de una hembra post-católica y no abrí la novela hasta llegar a casa.
Preparé un café con leche hirviendo, dispuse la mecedora al lado del balcón, corrí las cortinas para conservar cierta intimidad y abrí la novela. La autora,Vicki Hendricks, agradecía en la página cuatro a Harry Crews, el hecho de permitirle utilizar la siguiente frase extraída de su novela, “The Gypsy´s Curse:
“que encuentres un coño a tu medida”.
No entendí el alcance metafísico de esta frase vulgar y corriente y, aunque parezca absurdo, despertó en mí un recelo punitivo hacia la autora. Volvió Sor Antonia para recordarme que perdonar es un acto cristiano y en un acto de contrición disculpé a la autora.
En la primera página de la novela se yergue la verga de Francisco, el chulo de Renata, prostituta/protagonista y en la página veinticinco mi temperatura corporal era idéntica a la de los cocodrilos de los Everglades. La frialdad sanguínea, frustró las expectativas de ser una lectora excitada.
Intenté “visualizar” a los personajes en los bajos fondos de un hotelucho de Miami Beach y desfilaron ante mí. Renata, la hermosa y fría protagonista. Jules, una escritora voyeur que recibe la inspiración a través de un agujero en la pared que la comunica con la habitación de Renata. Francisco, un chulo-héroe del lumpen. Richard, profesor-poeta universitario, cliente-enamorado de Renata. Y Pepe, la serpiente que se enrosca sobre el cuerpo de la prostituta.
La autora estructura el libro en capítulos que introducen el tiempo y espacio en el que se desarrolla la trama. A modo de ejemplo les muestro la copia literal de algunos capítulos:
Capitulo 18. 5: 30 PM. LUNAS TROPICALES, HABITACIÓN 2-B RENATA.
Capitulo 16. 30 DE SEPTIEMBRE, 12:15 PM. LUNAS TROPICALES, HABITACIÓN 2-A JULES.
Capitulo 17. 2:30 PM, UNIVERSIDAD ATLANTIC SHORES. RICHARD.
Capitulo 19. 7:30 PM, SOUTH MIAMI. CASA DE RICHARD Y SU ESPOSA LINDA. “
El Hotel Lunas Tropicales y las habitaciones 2-A y 2-B son el hábitat natural de los personajes principales y el lugar en el que intercambian fluidos, cometen asesinatos, descuartizan cadáveres, escriben una novela y mantienen conversaciones dignas de un culebron tropical. A estos escenarios tenemos que añadir el asesinato de mafiosos en los Everglades, los servicios sexuales que Renata y Francisco ofrecen a una pudiente pareja en la mansión de Coral Gables y el bar de Miami Beach en el que Renata, sin ropa interior, y una Jules pendiente del pezón de su amiga, ahogan sus penas.
Poesía cruel conserva los elementos tradicionales de la novela negra, pero no despertó en mí, la curiosidad malsana que la espectacular agente rubia del CSI en Miami mantiene en los capítulos de la serie que triunfa en España. Quizás llamó mi atención la particular tortura que Renata aplica a Richard por haber abandonado a su esposa y vástagos. El castigo consiste en meterlo en un baúl para que reflexione y regresé con su esposa. Como buena profesional le practica una felación a través de uno de los agujeros del mueble carcelario. Sí desean puede añadirlo a su colección de objetos eróticos, sección sado.
Si alguna mujer lee esta insulsa reseña y está en una época de sequía erótica le recomiendo el primer tomo de las Sombras de Grey. Importante: olviden los prejuicios pseudo intelectuales y cierren las cortinas si recelan del vecino. Listo.
Ángels Martínez.