Piedras
ahora…
sin saber qué quiero decir cuando digo Ahora
y no hay espacio posible sobre la cuestión
tu voz me llega como el murmullo
pies de chicos que corren por un camino de piedras
está de más que diga que la grava es roja
porque a quién interesa si sólo es un lugar en el imaginario
/mío
y pienso en mi voz un reverbero de tantas
que no acierto a encontrar
sólo se que ahí están que han hecho lo suyo y te digo
te miro a lo ojos y te digo
digo unos ojos en los que clavo los míos para perderme
digo perderme por ir más allá de mí
en el fondo lejanísimo y próximo de no se qué cielo –diría
y repito “próximo del silencio” que yo no sé
que no tengo que acaso nunca tuve una voz
que las palabras en este poema
(¿puedo llamarlo así, llamarlas así?)
las piedras de grava de lo imposible
del camino por donde corren esos chicos
hacia la ninguna parte de así es esta imaginación
porque los chicos corren por sólo correr
es de nadie la grava y el sonido
aves de nuestras correrías por ahí
como de nadie la voz la que no tengo
y llama o no tendré
son estas piedras
los murmullos
de Ahora…
Vientos
bajo el sol pálido en un mes avanzado la palabra simún
suena como cualquier otra en el medio de un movimiento
que no es un fenómeno climático sino una persistente señal
pero decime
para qué te pido lo que vos y yo sabemos desde muy atrás
decime
cuáles creencias no son ruinas en este cielo decorado
con matices donde todo alberga el derecho a su perfume
un estúpido pedacito del no se sabe qué de cada uno es decir
abrazarnos para buscar signos de alguna certeza
como la que vos y yo no queremos en este preciso abrazo
porque nada sostiene cada día sino cada día de no saber
ahora por ejemplo
pienso en el movimiento que nos arrebata y evoca un espacio
que agitado pareciera guardar sin saber un algo de vos y yo
/queriéndonos
no es para eso que aquel viento pone arena entre los dientes
ni penetra en las cosas con ruido de alambres que se funden
pero hay quienes lo tratan de pura música como animales
de algún soplo que nos eligiera por presa
no se detiene la vieja costumbre que tapiza el mundo
ni la melancolía de los malos poetas y los tristes amantes
recuerdo una mirada mía en la matanza de las reses
carne derrumbándose bajo los martillos neumáticos y la
/hendidura precisa
curva matemática la del chorro en la mañana templada
el sol dibuja la sombra de las mismas cosas como cada día
/soleado
tiene su chorro de sangre
(nada se pierde dijo la voz del experto debajo del barbijo)
las cosas tibias entregan su vapor al frío de los mataderos
rosas encarnadas y alientos en la entropía del mundo
las matanzas y los besos
pero el sol no dibuja la misma sombra de las cosas cada día
sino las ideas y el deseo que congelan las cosas en una
/porfiada efusión
las masacres planificadas y estos colores de vos y yo
que no piden inventar su perfume de otoño
en una tarde con olor de hojas que se queman
Del Poemario ESTACIÓN DE NOSOTROS publicado por Buenos Aires Poetry que será presentado el 23 de septiembre de 2014 en Buenos Aires, Argentina
© All rights reserved Alberto Boco
Alberto Boco. Nació en la Ciudad de Buenos Aires, en 1949. Obra poética: Arcas o Pequeñas Señales (Buenos Aires, 1986); Galería de Ecos (Bs. As., 1989); Ausentes con Aviso (Bs. As., 1997); Cartas para Beb (Bs. As., 2007) y Riachuelo (Bs. As., 2008). Entre otras distinciones: Primer premio en el Concurso Nacional de Poesía César Domingo Sioli, Premio Ciudad de Juní”, 2005. Primera mención del jurado en el VII Concurso Nacional de Poesía – Tandil 2003, auspiciado por la Subsecretaría de Cultura de la Provincia de Buenos Aires y la Secretaría de Cultura de la Nación, 2003. Mención de Honor del jurado en el IV Concurso Nacional de Poesía La Luna Que, 2002. Mención del Jurado del Premio Provincial de Literatura Dr. Carlos Auyero, Cámara de Diputados de la Provincia de Buenos Aires, 1999. Sus trabajos han sido publicados en revistas literarias (tanto virtuales como en papel) de la Argentina y de otros Países. Mantiene inéditos doce libros de poemas concluidos entre 1998 y 2010.