North Side
In Chicago, in the year’s first snow
The tracks of a rabbit run across
The sidewalk. Automobile exhaust
Hangs in the air like a bridal veil
On a consignment shop mannequin.
White mist embraces the tenements,
The grime-darkened brick of factories,
The fogged, lit windows of restaurants—
The wind is just the air shivering.
Later, by January, most of
The rabbits will have frozen to death,
Their rigid brown corpses discarded
By the curbs and alleys, garage doors,
And brittle hedges. In the dim spring,
The survivors, coats molting thin, will
Furiously mate by the same curbs
And alleys, beneath the same hedges,
Driven by their own fragility.
After the snow has melted part way
And frozen again, I watch as one
Leaps down a path by a chain-link fence,
Ears alert, claws scratching at the ice.
El norte de la ciudad
En Chicago, en la primera nevada del año,
Las huellas de los conejos recorren
Las aceras. Los gases de los automóviles
Flotan en el aire, como el velo de una novia
En un maniquí de almacén de segunda mano.
La niebla blanca envuelve los edificios
De apartamentos, el ladrillo oscurecido y siniestro
De las fábricas, las ventanas empañadas
Y encendidas de los restaurantes.
El viento es solo aire que tirita.
Pronto, en enero, la mayoría de los conejos
Habrán muerto congelados, sus cuerpos pardos,
Rígidos, desechados cerca de las cunetas,
De los callejones, las puertas de garajes
Y de los setos quebradizos. En la primavera sombría,
Los sobrevivientes, con el pelaje escaso por la muda,
Se aparearán con furia cerca de las mismas cunetas
Y callejones, debajo de los mismos setos,
Impulsados por su propia fragilidad.
Después de que la nieve se ha derretido en parte
Y se ha congelado otra vez, miro a uno saltar
Por un sendero, a lo largo de una cerca de alambre,
Sus orejas alertas, sus uñas arañan el hielo.
The Mole
Through oaks, morning shadows, speckled light.
On the golf course next door, lawnmowers
Swoop and retreat like low-flying planes—
A pilot-view: brown rooftops mottled
Green, the neighbor’s dog a moving dot.
Black pavement winds a long curve around
Apartment buildings, the white lines of
A parking lot. Blake understood what
The eagle misses the mole perceives.
And me? My glasses are smeared and damp.
El topo
A través de robles, sombras de la mañana, puntos de luz
En la campo vecino de golf, cortadoras de césped
Arremeten y se retiran como aviones que vuelan bajo.
La vista de un piloto: tejados pardos moteados
De verde, el perro de un vecino: un punto en movimiento.
El pavimento negro serpentea en una curva larga
Alrededor de edificios de apartamentos, y de las líneas blancas
De un estacionamiento. Blake lo entendía:
Lo que el águila no ve lo percibe el topo.
¿Y yo? Mis anteojos están embadurnados y húmedos.
Abandon
Whoever I thought I was I’m not,
And what we did with our lips is not
Called kissing. There is some other word
For that—our mouths pressed together,
Struggling for breath, a tourniquet tied
Around our lungs, desperate for each
Other’s skin, the taste of salt and faint
Smell of sweat, the texture of your hair
In my shaking hands, your pupils, mine,
Staring, words coming out of our mouths
That are not words, sounds that could be pain
Or some other thing, a language too
Intimate to be spoken by our
Tongues—if shadows could speak, their voices
Might cry out like this, bodies pressed hard
Against each other without boundaries.
If I was a person, now I’m not.
Abandono
No soy quienquiera creí ser
Y lo que hicimos con los labios
No es besar. Hay cualquier otro nombre
Para eso –nuestras bocas unidas se oprimían,
Luchaban por inhalar aire, un torniquete atado
Alrededor de los pulmones, ávidos
De la piel del otro, el olor a sal y el olor
Levísimo a sudor, la textura de tu pelo
En mis manos trémulas, tus pupilas, las mías,
Se miraban, salían palabras de nuestra boca
Que no eran palabras, tal vez sonidos de dolor
O cualquier otra cosa, un idioma demasiado íntimo,
Para ser articulado en nuestra lengua.
Si las sombras pudieran hablar, sus voces
Gritarían así. Cuerpos apretados con fuerza
El uno contra el otro, sin límites.
Si fui una persona, ya no lo soy.
© All rights reserved George Franklin
© All rights reserved regarding translations Ximena Gómez
George Franklin Además de escribir poesía, es abogado y da clases de escritura en cárceles del estado de la Florida. Recibió un grado de maestría en escritura creativa de la Universidad de Columbia, un doctorado de la Universidad de Brandeis y un doctorado en derecho de la Universidad de Miami. Sus poemas han aparecido en Salamander, The Threepenny Review, Verse, The Ghazal Page, Vending Machine Press, y Matter y su crítica literaria se ha publicado en ELH. La revista Alastor ha publicado en versión bilingüe de algunos de sus poemas.
Ximena Gómez Poeta, narradora, traductora, profesora de español como segunda lengua y psicóloga. Poemas suyos han aparecido en medios digitales e impresos como Nagari, Conexos y Círculo de Poesía. La editorial española Torremozas publicó su libro de poesía Habitación con moscas (2016). Uno de sus cuentos ha aparecido en la Nueva Antología de Poesía y Narrativa Hispanoamericana, publicada en Madrid España por la editorial Lord Byron Ediciones, en junio de 2017.