Moisés Naím es un escritor venezolano cuyas columnas semanales sobre temas de actualidad internacional son publicadas por un gran número de diarios de todo el mundo. Ha escrito más de diez libros, varios de los cuales han sido best sellers traducidos a decenas de idiomas. En 2011 obtuvo el premio Ortega y Gasset por su trayectoria periodística, y como director de la revista Foreign Policy, entre 1996 y 2010, recibió tres veces el premio de excelencia editorial otorgado por la Sociedad Americana de Editores de Revistas. En 2018 su programa de televisión Efecto Naím ganó el premio Emmy. Antes de dedicarse al periodismo Moisés Naím fue académico y luego ministro de Fomento de Venezuela en el gobierno que Hugo Chávez intentó derrocar. Dos espías en Caracas es su primera obra de ficción.
SOBRE DOS ESPÍAS EN CARACAS:
En una Venezuela convulsionada por la revolución de Hugo Chávez, Moisés Naím teje una novela de espionaje y amor que nace de dos décadas de minucioso trabajo de documentación.
A través de las historias de Eva, espía de la CIA, y Mauricio, agente del servicio de inteligencia cubano, el lector se sumerge en una adictiva trama de thriller que es, al mismo tiempo, la crónica de una realidad que, a veces, supera a la ficción.
EN CONFERENCIA REMOTA TUVIMOS EL PLACER DE CONVERSAR CON MOISÉS NAÍM SOBRE SU PRIMERA NOVELA DOS ESPÍAS EN CARACAS.
OMAR VILLASANA: Usted cuenta con una amplia trayectoria en la no ficción, sobre todo de análisis político relacionado con el régimen de Hugo Chávez ¿porqué abordar este tema desde la ficción?
Moisés Naím: La novela fue el producto de una gran frustración y un acto de liberación. La gran frustración es que Yo llevo más de veinte años haciendo la crónica periodística, el análisis académico, la discusión sobre la Venezuela de Hugo Chávez y después la de Maduro.
Tengo un libro que se llama Tigres de papel en Minotauro, que es un libro de 1993 y alerto sobre temas de Chávez. Yo para tratar de entender y explicar la Venezuela de Hugo Chávez eché mano de todas las ciencias sociales: la economía, las ciencias políticas, las relaciones internacionales, el periodismo y siempre tenía la sensación de que me quedaba corto, de que no le estaba contando a mis lectores, todo lo que estaba pasando en Venezuela.
Que había una parte importantísima que era como clandestina, furtiva, escondida, que no la estábamos diciendo ni entendiendo y eso se refiere a la ascendencia, a la prácticamente ocupación de Venezuela por parte del Gobierno Cubano. La creciente importancia del Gobierno Cubano en el funcionamiento del Estado Venezolano. Básicamente yo trataba de encontrar esto, lo veía, pero no lo podía corroborar, no me cumplía con los requisitos de las ciencias sociales ni del periodismo. Yo urgía a los corresponsales extranjeros que iban a Venezuela, muchos de ellos venían a conversar conmigo, para que les diera sugerencias, tips y a todos los empujaba a que trataran de documentar y verificar la presencia cubana en puntos álgidos de decisión del Estado Venezolano y regresaban con las manos vacías.
Entonces llegué a la decisión que Yo lo iba a contar como creo que sucedió pero que no lo podía verificar, tenía fuentes pero no eran confirmables, eran anónimas. Entonces decidí en un acto de liberación escribir la Venezuela de Chávez en un libro que comienza con el golpe de estado fallido el 4 de febrero y termina con su fallecimiento el 5 de marzo del 2013.
OV: ¿Al escribir la novela Dos espías en Caracas ha logrado llegar a otros lectores diferentes a los que lo leían desde la no ficción?
MN: Absolutamente sí, yo escribí esta novela, no es un manifiesto ideológico, no es un texto político, no es didáctico ni pedagógico, me alejé de todo esto, no quería escribir manifiestos ni textos académicos, quería escribir un libro divertido, donde el lector que leyera la primera página, tuviera muchas ganas de saber que pasaba en la segunda, en la tercera y así leerlo todo, quería escribir un thriller, una novela de ficción que agarrara al lector y tengo evidencia de que le llegué a una audiencia muy superior a la que normalmente he tenido con mis libros de no ficción, a pesar de que todos ellos han sido best-sellers.
OV: Cuando otros escritores escriben sobre novelas con trasfondo histórico requieren realizar un profundo trabajo de investigación. En su caso que conoce ampliamente sobre la Venezuela de Chávez ¿cómo usó este bagaje? ¿Fue una ventaja? ¿Digamos un día se sienta y de corrido se pone a escribir?
MN: Excelente pregunta, es exactamente como lo estás diciendo. Yo empecé con una gran ventaja en términos de tener la información histórica de los hechos y una gran desventaja de no haber escrito nunca ficción. Entonces la ventaja me permitió escribir muy rápido la parte más analítica o la parte de los hechos que sucedieron, pero fue mala, esas primeras versiones fueron malas. Yo he escrito muchos libros, ninguno de los libros que he escrito ha tenido tantas versiones como este, porque eran malas. Se las mandaba a mis amigos y amigas que saben de esto y me decían “esto está malísimo”, “esto no se puede publicar”, algunos me dijeron que me olvidara, que mejor me dedicara a lo que sabía hacer, que no inventara escribir ficción. Yo en parte por irresponsabilidad, en parte por tenacidad, por vanidad, decidí que esto no me iba a derrotar y seguí escribiendo nuevas y nuevas versiones, hasta que algunos editores importantes pensaron que lo había allí era digno de ser publicado.
OV: ¿En algún momento consideró que requería distancia histórica para abordar un tema como el régimen chavista?
MN: No, nunca. Primero porque decidir eso quiere decir que no voy a escribir, porque estoy muy cerca y eso no es una opción para mi. Y lo otro es porque hay hechos concretos que la historia no va a cambiar, la debacle económica que legó Chávez, lo que estamos viviendo hoy en día en Venezuela, es producto de Chávez, no hay ninguna duda, esto no es materia de debate histórico lo que está ocurriendo es el mayor colapso que ha tenido una economía en el mundo, en Venezuela. La tragedia humanitaria que está viviendo el país que es tan rico en petróleo, en minerales, en todo, allí no hay duda que eso está ocurriendo. La manera autoritaria en la que Chávez gobernó disfrazado de demócrata, es también una realidad indiscutible para mi.
OV: Quisiera replantear la pregunta anterior, sobre todo al retratar la figura de Chávez ¿era posible humanizarlo a pesar del legado que ha dejado?
MN: Tienes razón, Yo nunca he tratado de decir que soy imparcial con respecto a Chávez, yo soy un profundo crítico de Chávez, le he reconocido y en la novela intento mostrarlo no de una manera maniquea de blanco y negro sino mostrar un ser humano con todas sus características, pero él es ciertamente el responsable de esta tragedia histórica en Venezuela, es responsable del sufrimiento humano de millones de personas que él decía representar los más pobres, lo más vulnerables, los niños, los ancianos, las mujeres. Chávez yo lo llamo una oportunidad perdida, él tuvo un cheque en blanco por parte de la población que harta del pasado y miope le dijo ven y haz lo que tu quieras con el país, tuvo un cheque en blanco financiero por el mercado petrolero y porque endeudó al país como nunca se había endeudado. Tuvo un cheque en blanco institucional, tenía control de todas las instituciones, las fuerzas armadas, el poder judicial, de la asamblea, de los gobernadores, la empresa petrolera, del banco central, no había un solo centro de poder en Venezuela que no fuera absolutamente controlado por Chávez. El tenía todos estos cheques en blanco: el institucional, el financiero, el político. Mira había podido hacer un país maravilloso, había podido hacer un cambio para hacer un país más justo, más decente, más próspero y mira lo que nos dejó, así que la única manera de explicar a Hugo Chávez es como una oportunidad perdida.
OV: En todo caso habría que decir que realmente el protagonista de la novela no es ni siquiera Hugo Chávez es Venezuela ¿no?
MN: Eso es correcto, esa es excelente precisión. Yo siempre trato de explicarlo, la gente no lo ve, pero acabas de dar en el clavo, exactamente Yo no escribí una novela sobre Chávez, Yo escribí una novela sobre la Venezuela de la época de Hugo Chávez.
OV: Hay un aspecto muy interesantes sobre el manejo de los personajes y me refiero a uno de ellos en particular a la espía de la CIA ¿porqué decide al momento de construirla que su origen sea de un inmigrante indocumentado?
MN: Hay una parte del libro donde Yo la describo a ella, se llama Cristina, su verdadero nombre, su nombre falso es Eva. Es mexicana, fue una inmigrante ilegal entró con su familia siendo muy chiquita, caminando por el desierto guiada por unos coyotes, ella desde muy temprano aprende, es muy peligroso en ciertas partes y cada vez más en Estados Unidos, ser inmigrante ilegal, es muy importante pasar desapercibido, no llamar la atención, ser casi invisible a plena vista del todo el mundo, ella aprendió eso desde muy chiquita y eso es un talento y una destreza indispensable para un espía.
OV: En la novela se plantea que el fenómeno venezolano toma por sorpresa a dos agencias de inteligencia, la cubana y la estadounidense, sin embargo, la primera parece estar en mejor posición que la segunda ¿la inteligencia cubana está por encima de la inteligencia estadounidense? ¿O es acaso de que Latinoamérica no le interesa a Estados Unidos?
MN: Allí hay dos preguntas muy interesantes. La primera es la calidad y eficiencia de los servicios de inteligencia cubano y la otra pregunta es la política de Estados Unidos hacia América Latina. Hablemos de los servicios de Inteligencia Cubano, Fidel Castro y su gente, El Ché Guevara, comenzando la Revolución se dieron cuenta de que eran David enfrentando al Goliat Estadounidense, que los iban a tratar de eliminar, los invadieron con Bahía de Cochinos y se dieron cuenta que la inteligencia no era una función más del Estado. Todos los gobiernos tienen agencias de inteligencia, de espionaje, todos. Pero en todos los demás esa es sólo una de las múltiples agencias del Estado, al igual que la agencia de la agricultura, de la educación, de la sanidad. En Cuba no es así, en Cuba los servicios de Inteligencia fueron primordiales, porque Fidel y su régimen le dieron al espionaje un rol fundamental, tanto que operaban internacionalmente, esa relativamente pequeña isla del Caribe, en bancarrota económica, lograba operar en África, no había revolución o golpe de estado en América Latina donde los cubanos no tuvieran cierta presencia o inclusive cierta influencia, lo mismo ocurría en Sudáfrica. Si uno quería hacer carrera y era un joven cubano o cubana con ambición, no te ibas a ir a trabajar al Ministerio que se ocupaba del racionamiento de alimentos, te ibas a ir a trabajar a la agencia de espionaje donde de paso ibas a poder conocer el mundo y manejar fondos y dinero que no se manejaba normalmente en Cuba. Eso le dio a esta agencia de inteligencia que en su momento se llamó G2 y ahora y no se llama así, pero que es el Servicio de Inteligencia Cubano, unas capacidades enormes para su relativamente pequeño tamaño.
Sobre la segunda pregunta, quien tiene que ver mucho con esto de manera indirecta es Osama Bin Laden. Osama Bin Laden hace los ataques del 11 del septiembre del 2001 y genera una reacción inmensa de parte de la superpotencia Estadounidense que declara la guerra al terrorismo islamista como su principal prioridad, y enfoca toda su atención sobre eso, lo defina como una amenaza a sus intereses vitales, lo que no fuera terrorismo, yihad, o asuntos islámicos, importaba menos, tenía la guerra andando en Afganistán, tenía la invasión de Irak, tenía todo lo que sabemos. Mientras tanto América Latina no tenía armas atómicas, no tenía programas nucleares, guerras religiosas, ni terrorismo islámico, no calificaba para llegar a las listas de prioridad de los servicios de Inteligencia de los Estados Unidos.
Cuando el presidente de los Estados Unidos todas las mañanas el jefe de la CIA le da el informe secreto de lo que pasó las últimas 24 horas, muy pocas veces califica lo que pasa en Venezuela comparado con lo que pasa en el resto del mundo, y los retos que tiene en estos momentos tienen que pensar sobre Corea del Norte, Irán, lo que está pasando con Rusia, la Guerra Económica con China, en fin, los temas que tiene que manejar el gobierno Americano son muy grandes y bueno calificar en esa liga es muy difícil para muchos países latinoamericanos.
OV: Eso me recuerda cuando los carteles colombianos en los 80 echaron balazos en Miami, solamente así volvieron la mirada a Latinoamérica.
MN: Claro. Lo que sucede con estas redes es que no tienen domicilio fijo, ir a la guerra contra ellos no es fácil porque están en todas partes.
OV: Sobre este tema usted lo maneja de una manera muy amplia en su libro de no ficción: Ilícito.
MN: Absolutamente y hablo en ese libro la aparición de lo que estamos viendo. Una de las conclusiones de Ilícito es la aparición de huecos negros geopolíticos, los huecos negros en el espacio son estos lugares de alta gravitación que no dejan que escape la luz y que todo es muy oscuro, entonces creo que hay un equivalente geopolítico, son espacios no gobernados donde pasa de todo, yo creo que lo que pasa en Venezuela califica como un hueco negro geopolítico.
OV: Sobre este tema hay una convergencia entre Ilícito y en su novela en la relación de Hugo Chávez y grupos del crimen organizado, ¿cómo es que países Estados Unidos quedan aparentemente fuera de los huecos negros geopolíticos? Cuando es el país con mayor consumo de drogas, tráfico de armas, lavado de dinero.
MN: Bueno creo que hay partes en la frontera entre Estados Unidos y México que no es gobernada, que es tierra de nadie, pero te hago notar que Estados Unidos no es inmune a todo esto, la crisis de los opioides que hay ahora esta diezmando a una parte importante de la población, es una verdadera crisis nacional.
OV: Pero la crisis de los opioides no comenzó con el tráfico ilegal
MN: Bueno claro comenzó con los laboratorios pero en estos momentos, muchas de las materias primas vienen a través de mercados ilícitos que tienen que ver China.
OV: Y sin embargo el primer Narco-Estado fue Inglaterra con la Guerra del Opio en China.
MN: Absolutamente…
OV: Incluso en alguna biografía sobre Franklin Delano Roosevelt leí que su abuelo materno hizo su fortuna con el tráfico de opio en China.
MN: Que interesante, no lo sabía.
OV: Siendo Nagari una revista que se publica y lee dentro de Miami, ¿puede darnos sus impresiones acerca de la ciudad?
MN: La principal es la sorpresa. Yo durante muchos años no tuve interés en Miami, no me interesaba como ciudad. Hoy en día me gusta mucho, entre otras razones porque muchos amigos míos viven allí, gente que estudió conmigo en la universidad, en el colegio, gente de mis afectos, gente nueva interesante que conozco cada vez que voy para allá. Miami ha cambiado de una manera espectacular en todos los sentidos, en el arte, la gastronomía.
Sigo odiando las distancias y el tráfico. Para disfrutar a Miami hay que ser muy cuidadoso que lo saquen a uno de su pequeño barrio, porque tarda uno cuatro horas, dos en ir y dos en regresar.
Si uno aprende a manejarse con el tráfico y las distancias, Miami es una ciudad muy agradable, cada vez más llena de gente más interesante.
OV: ¿Tiene pensado escribir otro libro de no ficción?
MN: Voy por el capítulo seis de mi segunda novela.
OV: ¿Se puedes saber el tema? ¿De que va la novela?
MN: No.
OV: Jeje. Pero es suficiente saber que ya le quedó la espinita… el gusanito…
MN: No, pero mi futuro no es ser novelista. La gente dice que soy economista y no lo soy, que soy científico político y no lo soy, yo lo que soy es columnista. Mi verdadera identidad profesional es escribir una columna que se lee todos los domingos en una gran de periódicos en una gran cantidad de países, eso es lo que soy desde el 2009 y lo que seguiré siendo.
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