A Mario Diament

Hechos

8 septiembre. 6.30pm. Palacio de Buckingham.

Comunicado. La Reina Isabel II murió pacíficamente en Balmoral esta tarde. El rey y la reina consorte se mantendrán hoy aquí y regresarán mañana a Londres.

Todos los periódicos del mundo al día siguiente anuncian el suceso en primera portada. Perfecto. Y tal como decimos en espanglish en Miami: “Dats it”.

Foto. Casa Real Británica

Análisis

Empezaremos por la conclusión: Vergüenza.

Todo sujeto en este mundo, sea un dios terrestre, un tirano como Putin, un actor mundial en ascenso, una estrella de rock en su ocaso profesional, el salvador de un pueblo, un digno dirigente político, o en este caso, una monarca bajo su reinado… tiene todo el derecho que el día de su defunción el relato periodístico que haya creado a lo largo de su vida ocupe la primera plana.

Hasta aquí firmo.

Lo que es impensable ha sido que, periódicos de la talla democrática y bajo el rigor de la noticia de todo el mundo como The New York Times, The Washington Post, The Guardian, The Sun, El País, La Vanguardia, el Ara en Catalunya y una infinidad de soportes televisivos internacionales CNN, BBC, Fox News, TVE, hayan caído en la trampa de ofrecer lo nimio, lo ridículo, e incluso lo grotesco, de lo que representó esta mujer durante su administración como noticia. Once días sin parar. Tomen nota: doscientas ochenta y cuatro horas continuas sobre lo mismo. Sin apenas hechos más relevantes que el traspaso, supuestamente “democrático”, de la desaparición de las colonias del Imperio Británico bajo la Commonwealth durante su reinado.

Razones

Que la susodicha había dejado un protocolo para su propio funeral allá donde sucediera. Había que sacar a flote las intrigas que supuestamente las revistas del corazón escondían desde el lado amoroso o político con Blair. El protocolo en Westminster bajo el mayordomo real. Las reglas ceremoniales para dirigirse a ella desde el mismo momento que fenece. La concesión póstuma de honores a la realeza que estuvo bajo su custodia. La liturgia ciudadana con casi doce horas de espera para que la mayoría bajase su torso en señal de duelo. Todo, ante la pompa y boato de sus súbditos. Empezando por el rey Carlos III, la reina consorte y su descendencia como Príncipe de Gales, su nieto Guillermo. E incluso, hasta si había que disparar tantas salvas en un cañón, como años tuviere el cadáver. Amén

Preguntas

¿Cómo acabará la serie “The Crown”? se preguntan algunos televidentes ¿Por qué había tantas rencillas entre ella y Diana por el príncipe Carlos? dice algún titular en la TVE. ¿Qué papel jugarán Enrique y Meghan? ¿Qué clase de automóvil debe llevar el féretro desde Escocia a Londres? Nos informa Fox News ¿Qué pasará con los perros de la reina Isabel II?  decía Toyn Owoseje en CNN o ¿Qué será del negocio turístico, afectará al merchandising de Londres? se pregunta el País Semanal de hoy 25/9/22 después de casi veinte días de su muerte y con más de quince fotos de aquella efigie a lo largo de su existencia: “Guat a fock” (escrito en espanglish no suena tan duro y hasta tiene un tono reverencial y lúdico).

Foto. Casa Real Británica

Sepelio

Capilla de San Jorge. Palacio de Windsor. Mármol negro como sábana para cubrir la caja en la fosa. Coronas y flores a su alrededor. Dos mil invitados entre mandatarios y casas reales del planeta Tierra. (Por cierto, Biden llega tarde y el zar Putin no envía a nadie en su nombre). Hasta el emérito de mi país, Juan Carlos I, refugiado en Abu Dabi por evadir impuestos acude al funeral junto a su esposa la reina emérita Sofía (su amante Corinna le ha puesto una denuncia por acoso y apropiación de bienes en el mismo Londres y le pide los sesenta millones de euros que le robó) su hijo y la reina Letizia. Todos y todas ante el deán de Westminster y el Obispo de Canterbury regalando un día oficial de vacaciones para toda la ciudadanía británica.

¡Ven Espíritu Santo, llénanos con el bálsamo de tu amor sanador! Dicen en el santo oficio quien lo dirige.

Conclusión

Acostumbro a poner una frase o un diminuto párrafo en mis artículos para sellar un final. Hoy creo que este símbolo tan popular:

¿…?

lo dice todo. (1)

Eduard Reboll

1 Pdta. Independientemente —y con el máximo respeto— si uno es republicano o monárquico, laico o creyente: espero que se entienda que este artículo es una crítica mordaz a lo medios periodísticos en general y no tanto a la difunta. E intenta denunciar la desmedida extensión que tuvo en los medios la noticia en primera plana durante este período citado. Sabiendo que, uno, no vive en el país de la regente, para dedicarle tal “glorioso” tributo informativo. Agraciado de una liturgia obsoleta. Y sin sentido, en cualquier país occidental que se precie a día de hoy.

© All rights reserved Eduard Reboll

Eduard Reboll Barcelona,(Catalunya)