Cuando se piensa en Miami desde el extranjero, mentalmente se “sobrevuela” la ciudad, creyendo que es una gran plaza llena de propuestas, desarrollos y oportunidades teatrales …pero no es así.
La verdad es que sólo es un espejismo que esconde otra realidad. A pesar que es una de las urbes de mayor población hispanohablante de Estados Unidos, no es la misma la que acude a las salas a ver teatro.
Una de las causas de esta falta de respuesta es la diversidad cultural latinoamericana que coexiste. Otra son los planeamientos en los temas o contenidos de las obras que no son de interés general y que están dirigidas a cierta comunidad hispana, muchas de los cuales, no responden a esas propuestas de interés en escena. También hay que tener en cuenta, que no existe una verdadera cultura teatral y una larga historia de este arte en Miami como tradición en general, sin negar el esfuerzo que muchos hicieron por ello en el pasado. El público aun no tiene apego y amor por el teatro como sucede en otras capitales en el mundo en donde se viven y se trabaja para él.
Aquí, los artistas, y principalmente los dedicados al teatro, adoptan una “doble vida”: por el día trabajan en diversas ocupaciones, y por las noches, y sobretodo los fines de semana, actúan en lo que más les apasiona: subirse a un escenario.
Al leer la cartelera teatral de Miami, se descubre que éste es un archipiélago compuesto de pequeñas islas. Diminutos centros de producción teatral privados, y/o apoyados por recursos públicos o independientes. Que se sostienen como pueden: sea en solitario desde la taquilla, o en alianzas estratégicas estatales o locales que les permiten hacer teatro en esta ciudad; pero la tarea no es fácil.
Los principales hacedores teatrales en esta plaza son de origen cubano, pero hay excepciones. Las comunidad venezolana, española, puertorriqueña o de otras nacionalidades, tratan de ofrecer propuestas variadas en escena con sus propios recursos económicos, y en espacios, desafortunadamente, no siempre en condiciones adecuadas.
A pesar de ello, se han establecido a lo largo de los últimos 25 años varios centros de producción teatral. En estas “islas”, dentro de este “archipiélago imaginario” se destacan: La Sociedad Pro Arte Grateli, el Teatro Prometeo, Teatro Avante y Arca Images, entre otras.
Desde hace un lustro, el teatro independiente ha estado presente en “islas” como El Ingenio Teatro, Antihéroes Project, Martí Productions, La Casa del Teatro y Akuara. (teatro que lamentablemente ahora ha cerrado sus puertas). Y en la actualidad, se mantienen aun al pie del cañón, instituciones como ArtSpoken Performing Arts Center, Artefactus Cultural Project, y ahora de vuelta, Miami Factory Theater en complicidad con Akuara Teatro.
En los que se refiere a las propuestas variadas y musicales es la Sociedad Actoral Hispanoamericana (SAH), la que ha hecho una labor titánica en los últimos 10 años. Recientemente, entró en contexto “Mundo Aparte”; con un intento de presentar producciones musicales en español.
Asimismo las “islas” de producción de “comedia ligera o de corte popular”, la han conformado los últimos años, compañías como 727 Productions. Al mando de Jesús Rafael o Manuel Mendoza, producciones con varios éxitos en cartelera. O las escritas, actuadas y dirigidas por Alexis Valdés en el Teatro Trail. Añadamos también, las de Big Sur Entertainment y Cirko Teatro que han sido presentadas en la “isla” de Teatro 8.
Renglón aparte, se manejan las “islas teatrales” de Microteatro Miami y El Paseo de las Artes del Doral, que ofrecen un menú de obras cortas, y de todos los géneros.
Las actrices, actores, directores, productores y demás partícipes en las producciones teatrales deambulan de un lado a otro en estas “islas”, buscando trabajo y con su creatividad hacer de Miami una capital teatral en español en Estados Unidos, pero aun faltan muchos estirones más.
Repetidas veces, se escucha que el teatro en Miami está en crisis. Que está a punto de colapsar. Qué está por desaparecer. Pero no, está más vivo que nunca. Lo importante de estas sacudidas teatrales en las “islas” de este archipiélago es entender que tienen que haber cambios de formato, de temas en las obras, de análisis en las necesidades de la audiencia y ofrecer un “menú” variado para que el público se interese y acuda al teatro.
No tiene sentido aferrarse a “viejos esquemas” que ya se gastaron o en “mono-temas” de un comunidad concreta que, cada vez, interesan menos al público en general y que ya no captan más la atención dentro de ellos mismos. Hay que apostar por textos de dramaturgos universales, pero haciendo nuevas propuestas de montaje. Abrir el abanico a autores contemporáneos actuales que ofrezcan obras vanguardistas de buen gusto y serias. O crear obras que hablen de la realidad imperante en Miami o Estados Unidos con el mundo hispano.
Miami puede vivir tranquilamente como una ciudad mar-mall gracias al Caribe, la discoteca, el deporte, los grandes conciertos y las compras (el “shopping-mall”). Pero será una metrópoli sin cultura como bandera. Y hay que procurar que ésta se extienda y que el teatro hispano, sea un elemento representativo del sur de la Florida. Por consiguiente, hay que seguir apostando por el teatro y por la lengua que nos une. Dos herencias legadas a las que tenemos que decir “sí”.
Se escribe fácil…lo sé, pero no es una misión imposible.
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Jorge Herrera-Monroy Periodista, Blogger, Productor, presentador y locutor de TV/Radio. Nacido en Mérida, Yucatán, México, y residente en Miami, Florida. Con más de 30 años de experiencia en medios de comunicación en México, Estados Unidos, Chile y Guatemala. Egresado de Ciencias de la Comunicación en la Universidad Anahuac Norte, en la Ciudad de México. herreramonroy@hotmail.com