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Diciembre 2013

MESÍAS. Antología Álvaro Bisama, Luciano Lamberti, Giovanna Rivero, Carlos Yushimito, Liliana Colanzi (curadora). Traviesa

 

MesíasSe dice que no debemos juzgar un libro por su portada, ¿pero qué decir acerca de su título?

Cuando leí la palabra Mesías en la antología de Liliana Colanzi publicado por Traviesa vino a mi mente la imagen de caudillos redentores de nuestra Latinoamérica.

Al leer el primer párrafo del prólogo inmediatamente di cuenta de mi error.

Aunque tal vez mi confusión no era del todo gratuita pues la misma Colanzi hace un paralelismo entre los caudillos mesiánicos, la cultura popular y lo que a fin de cuentas es la etimología de la palabra religión (ligāre), los vínculos que formamos con las diversas manifestaciones de la divinidad.

“Arena Negra” de Álvaro Bisama, que abre esta selección, nos muestra una secta en el Chile marginal la cual me evocó los sucesos de la década de los noventa en Waco Texas con David Koresh, uno de tantos movimientos apocalípticos que culminó en tragedia.

Luciano Lamberti en su relato “Cómo conocí a los Sefraditas” retoma la antigua tradición de unir la locura, con el llamado divino. Su protagonista Jeremías Golik con una extraña vocación patriótica decide enrolarse en la Guerra de las Malvinas. El texto no está exento de ciertos toques fantásticos y acaso humor negro.

En “La piedra y la flauta” Giovanna Rivero nos ofrece  algo más que una relectura del flautista de Hamelín. Un grupo de indigentes cuyas profecías les son reveladas por las ratas nos señalan que lo escatología es otra manera de acercarse a “la verdad”.

Este relato me sorprendió por su honestidad, pues la protagonista no hace distinción entre los indigentes alienados y la familia de clase media que no admite que en ellos también pueden germinar la demencia y el fanatismo.

La antología cierra con el cuento de Carlos Yushimito “Tatuado”, aunque la historia transcurre en las favelas asoladas por el narcotráfico del Brasil, me fue imposible no relacionarlo con culto a la Santa Muerte de la que son devotos algunos grupos criminales en México, nada como la muerte para hermanar a los hombres.

Si bien es cierto que continuamente se proclama el deceso de Dios, nunca faltan los destellos de fundamentalismo que nos recuerdan que el anhelo por las promesas del Todopoderoso (sea la forma que éste pueda tomar) siguen vigentes.

Foto bio Omar VillasanaOmar Villasana. México (1972)

twitter @arboldetuolvido

Blog de Omar Villasana

 

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