Max Ferrá Director de Actor´s Arena Studio MDC
Además del teatro, su pasión son las plantas, “Te sirven de terapia y hasta me fajo con ellas. Si se ponen feas las boto y me compro otras, you are no tallow to be ugly in my apartment”.
Después de salir de su clase de teatro en el Miami DadeCollege a las 10:30 de la noche, con una energía indetenible a sus 76 años, Max sale para ofrecernos una entrevista exclusiva para Nagari.
A los 30 años, Max Ferrá ya había viajado por todo el mundo y decidió dedicarse sólo al teatro: “Nos embullamos y alquilamos un local en Nueva York. Entre todos, pagamos la renta en la 6th Avenue…Y que conste que te estoy hablando de 1966 más o menos. Desde aquel mismo momento, empecé a dirigir”.
Dentro del teatro español en los EE.UU y América Latina, Max representa una pieza importante en este intrincado mundo de cortinas y bastidores. Por sus manos han pasado dramaturgos y literatos de la talla de Jorge Luis Borges, Gabriel García Márquez, Mario Vargas Llosa, Fernando Arrabal, Nilo Cruz y Mario Diament recientemente, entre otros.
Un ataque al corazón lo trajo a Miami en 2005. En 2013 dirigió dos obras en esta ciudad y otra en Bolivia. Max Ferrá fue director del teatro INTAR por más de 40 años en Nueva York. Durante un largo tiempo fungió como consejero del Departament of Cultural Affairs de la ciudad de Nueva York, del New York State Council ontheArts y del NationalEndowmentfortheArts, en Washington D.C..“Si tú de verdad sientes un deseo, tienes que perseverar hasta logralo. Esto es lo que yo he visto siempre en toda mi vida”.
Encarcelado en Cuba por su fashion
Uno de los sustantivos que mejor describe a este director de teatro es la elegancia y la exquisitez en todo lo que crea. Un crimen contra la moda revolucionaria de su país, Cuba, provocó su detención y encarcelamiento…“El día primero de 1959 gana Fidel y en las calles había gran entusiasmo. Aquello era la maravilla del siglo ¿Tú me entiendes? Entonces, fíjate bien: me paran y me llevan preso porque decían que me había puesto una camisa color verde oliva. Como sabes, ése es el color que viste el ejército y me dijeron que, yo, no podía usarlo. Al otro día, ya estaba pidiendo mi visa en la embajada americana para regresar acá. El 28 de enero de 1960 yo aterrizaba con mi equipaje en Nueva York”.
New York, NewYork
Cuando Max llegó a Nueva York, se dedicó a viajar por todo el mundo. Su trabajo durante diez años en la ya desaparecida línea aérea Transcaribean Airways, en el que vendía boletos de viaje le permitió tener descuentos para explorar muchos destinos, pero la jornada laboral no lo era todo para este artista.
“Después del trabajo, iba casi todas las noches al teatro y veía las obras más maravillosas que te puedas imaginar y también a los directores”, nos comenta aún extasiado y reviviendo sus memorias. Era el Nueva York de los años 60 con el movimiento hippie en el aire y la psicodelia iluminando las prendas de los jóvenes y las discotecas.
“Había varios puertorriqueños, cubanos, argentinos que trabajaban conmigo en la compañía de aviación ¿Y qué ocurrió?: a toda esta gente les gustaba el teatro y muchos querían ser actores”. Así que Max y sus compañeros se arriesgaron a rentar un teatro, “no había más nadie para dirigir el grupo y entonces decidí a hacerlo yo. Y así mismo fue. Al estrenar las obras, los periodistas del New York Times comenzaron a visitarnos y a hacernos unos reviews increíbles. Hasta que pasaron cuatro años y entonces se nos acabó el contrato de la renta y el propietario nos la cuadruplicó”.
Los caminos mágicos del teatro
Para muchos la historia hubiera acabado hasta el párrafo anterior. Pero no es así para Max Ferrá, quien recordó cómo un periodista: “un señor que se llamaba Alberto Alonso” le dijo “ yo conozco una señora portoriqueña que se llama Amalia Betanzos –fíjate, todavía me acuerdo del nombre. Ella estaba encargada del HousingDepartmentde Nueva York. En los años 60s, 70s habían muchos edificios viejos abandonados por los dueños porque no tenían suficiente dinero para pagar los taxes. La ciudad, entonces, los adquirió y empezó a donarlos a instituciones artísticas”.
De repente se le ilumina el rostro y comenta entre risas “¡Y nos dieron un edificio a nosotros…nos dieron un edificio para nosotros. El espacio estaba en total ruina, como te puedes imaginar, comenzamos a arreglarlo y lo pintamos todo. Le pusimos el nombre de INTAR y lo ocupamos diez años haciendo obras para mejorarlo constantemente”.
Dos millones de dólares al año
La perseverancia parecía estar dando resultados. En el año 79, la ciudad de Nueva York resuelve eliminar la calle 42 de prostíbulos y bares de mala muerte. En aquel momento, bautiza el área como Theatre Road y deciden otorgarle un inmueble mucho más grande. Ferrá empieza a trabajar con un presupuesto de más de $2 millones al año. Esto le permite explorar sus cualidades como productor y buscar a los más talentosos escritores latinoamericanos.
“En el año 83, yo hice un viaje por toda Sudamérica y me reuní con varios escritores hispanos. Uno de los que vi fue Mario Vargas Llosa… y le dije ¿Mario por qué tú no escribes una obra de teatro…Tienes idea de algún personaje que te gustaría hacer? Y Vargas Llosa me contesta: Hay un personaje en La casa verde, que se llama la Chunga. Y yo siempre pensé hacer una obra de teatro con ella. Luego yo le comisioné para que lo escribiera salió La Chunga”.
Más adelante dirigió una obra con un texto de Borges y quien hizo la música fue, nada más y nada menos, que Astor Piazzola.” Con Crónica de una muerte anunciada buscamos la productora más grande de Nueva York, el Lincoln Center. La obra se estrenó en Broadway y obtuvimos una nominación a los Tony Awards en 1995”. Con gran satisfacción y risas, Ferrá reconoce “…entonces que te puedo decir, no en vano, ¡me dio un ataque al corazón!”.
Miami y Actor´s Arena
Ahora Max Ferrá, está feliz en Miami. Dirige el taller de teatro Actor´s Arena en MDC, y ha presentado obras como La Casa de los Espíritus, A la Diestra de Dios Padre, Bodas de Sangre, El Libro de Ruth…entre otras. “Antes me sentía artista buscador de dinero, productor, director de todo. Ahora como no tengo que buscar plata ni hacer más nada que mi teatro, me encanta porque es lo que siempre soñé: nada más que hacer teatro, hacer lo que estoy haciendo”.
Cordovita.
Lilia Córdova /Cordovita Licenciada en Comunicación Social, especializada en periodismo económico, egresada de la Universidad de Los Andes, Venezuela y de la Universidad Autónoma de Barcelona donde realizó el Master en escritura de guiones para Cine y Televisión.
Email: liliancordova@gmail.com
Blog: http://www.conticuentos.blogspot.com/