Querido lector,
Querida lectora,
Aquí, desde Cuernavaca, este lugar soleado que se arropa de jacarandas y qué tanto abraza tus letras como el ser humano que eres y transita. Digo esto y pienso que me hablo también. Ahora quiero hablarte de Martha: una carta, la novela epistolar que escribí a los veinticuatro años y que mucho tiempo estuvo conmigo como parte de mi equipaje en cada cambio de casa en mi vida en esta ciudad de la eterna primavera que fui construyendo tras llegar proveniente de una muy pequeña llamada Cardel, del Estado de Veracruz. Vine a estudiar la licenciatura en derecho y con una pasión, primero escondida y luego visible por la escritura y las palabras. Así fue como comencé a escribir todo lo que venía a mi mente y a mi pulso, porque quizá concuerdes que la escritura también es pulso, temperatura.
Escribí Martha: Una carta, dividiéndola en tres partes, nombrando los días a manera de sensaciones, y en esa sintonía nació Martha, una mujer que no deseaba ser madre, sin embargo concibió una hija, Mariana, la misma a quien dejó un día en que sencillamente no quiso hablar más. Las razones del silencio de Martha Terrés y su deseo diez años más tarde de hablar con su hija Mariana, se convierten en parte de lo que llama necesidad de hablar con su hija sobre aquello que ocurrió antes que ella naciera. Al compás de esta situación entre madre e hija, hay otros personajes, en primer lugar la figura del padre, el de Mariana y único hombre para Martha, el Misha, que con este nombre busco la idea lúdica del extranjero; luego Arturo, su amigo y protector, pero también el secreto amante de Martha. Finalmente, está Beatriz Maderos, el alter ego de Martha, quien reúne estas cartas y devela las bisagras de cada una de las puertas y ventanas que se abrieron y cerraron para que Martha y Mariana estuvieran incluso frente a frente, sin verse.
Es una novela breve, y debo decir que esta característica se relaciona con el hecho de que su escritura no sea completamente en prosa, hay en ella poesía de manera natural, porque desde mi yo de entonces, concebía que la confrontación no podía sostenerse si no mediaba en ella el misterio de la palabra que sólo me daba la poesía, a través de sus imágenes, sí yo escribo poesía, lo hecho a la par de casi todo, y no he querido explicar que en una u otra área ambos lenguajes se toquen o se abracen.
¿Por qué escribir una novela en cartas, cuando hace ya décadas este estilo está en desuso? Porque la carta me produce intimidad, una sensación literaria de dirigir las palabras en un camino singular y personalísimo. Porque también sigo la tradición del linaje de escritoras que así comunicaron sus razonamientos, después del quehacer diario o al llegar la noche. Escribí dos páginas diarias por un período de tiempo con la idea de hacer significativo ese año en que imaginaba a esas dos mujeres tan cerca y sin verse. Me gustaba pensar que rendía homenaje a quien en ese (y en este) momento consistía mi mayor aspiración: Marguerite Yourcenar en Memorias de Adriano. Como ves, las referencias son importantes, y a los veinte y ahora mismo puedo mencionarte que Yourcenar, como después Virginia Woolf, Orlando, y el libro de Escribir de Marguerite Duras, se volvieron fundamentales para que yo entendiera que en el mundo se andaba erguida y con los pies bien puestos sobre la tierra.
Deseo que leas esta novela, y que encuentres en ella una idea que te lleve a responderme, que me cuentes si también tienes una historia que contar y cómo me la dirías en una carta. Escribe, lector, escribe lectora, porque escribir al menos a mí, me ha permitido entenderle a ese misterio llamado vida.
© All rights reserved Jasmín Cacheux
Jasmín Cacheux. Originaria de Xalapa, Veracruz; reside en Cuernavaca, Morelos. Licenciada en derecho y en ciencias de la comunicación; con estudios de maestría en Literatura y en Educación. Ha montado obras de teatro de su autoría, publicado ensayos literarios en revistas nacionales e internacionales. Premio Nacional de Cuento Flores Magón (1996); Mención Especial Alfonsina Storni, (2007) en el Festival de Mar de Plata, Argentina. Premio Nacional de Narrativa “Dolores Castro”, IMAC (2018), con su novela “Martha, Una carta”. Tiene los libros de poesía: Rocío de mar (2014),Creaturas cotidianas, poesía reunida (1998- 2018); Confieso_36 rostros de Mujer (Mención honorífica, FEDEM 2019), publicado en 2021 por la editorial Capítulo Siete. Ha participado en diversas antologías de poesía y de narrativa en el ámbito estatal, nacional e internacional. Desde 2020, dirige y produce el programa de entrevistas en streaming a personajes de la comunidad cultural locales, nacionales e internacionales, titulado Hablemos. Escribe como columnista para la Revista Literaria Monolito y tiene la columna Ciertos Libros en La Jornada Morelos.