Desde Montpellier me llega un curioso documento, por cortesía del poeta argentino radicado en Francia desde hace décadas, José Muchnik. Se trata de un manifiesto de la poesía impurista, un “ismo” del que había oído hablar pero del que no tenía mayores referencias hasta la llegada de este material. El texto del manifiesto, fechado en París hace seis años, está reproducido completo en una carta que Muchnik le envía a su amigo Leónidas, refiriéndose a otro correo, enviado por Amílcar de la Serna.
La importancia del documento radica, a mi parecer, en que está fechado en una etapa caracterizada por muchos autores como el final mismo de la posmodernidad, la que para algunos comenzó en los ’70, cuando el discurso unívoco de la modernidad terminó de resquebrajarse y dio lugar a un modo diferente de concebir la realidad cultural, sostenido por algunos y vituperado por otros. Entre los textos que impulsaron la nueva propuesta, recordemos que en 1979 se editaba “La condición postmoderna” de Jean-François Lyotard; “El pensamiento débil” (1983) y “El fin de la modernidad” (1985), de Gianni Vattimo vinieron después. Ello, sin olvidar que otros pensadores dieron cuerpo a la concepción nueva de lo posmoderno, entre ellos, pero sin agotar la lista: Gilles Deleuze, Jean Baudrillard, Jacques Lacan, Michel Foucault, Jacques Derrida, Gilles Lipovetsky, Slavoj Zizek, Alain Badiou y Pierre-Félix Bourdieu.
Recordemos que el punto clave de la posmodernidad era cuestionar el proyecto de la modernidad, particularmente el aspecto relacionado con las vanguardias superadoras de los movimientos culturales anteriores, entendido como carente ya de toda eficacia. Esa suerte de “fin de la historia” propugnado por la óptica posmoderna, tiene su contrapartida en este documento fechado en París en 2007, como dijimos antes, en un período que para muchos consiste en el fin de lo posmoderno y la apertura hacia nuevas modificaciones de la concepción de la cultura, aún sin forma apreciable, pero que definen una crisis de la posmodernidad desde varias grietas que se han producido recientemente en esa concepción del mundo.
El documento en cuestión consta de dos partes: la primera, el texto de la carta de Muchnik a Leónidas, escrito en el castellano propio de la Argentina, y el texto de la carta de Leónidas, en cuyo marco se inserta al final el “Manifiesto Impurista”. Este resulta ser muy general a una primera mirada, pero constituye más que un programa orgánico un auténtico “síntoma” de ese quiebre de lo posmoderno, una suerte de retoma de posición por una vanguardia que podríamos definir como humanista, al tiempo que su valor se señala por la toma de posición respecto de propugnar una poesía de la mixtura, del mestizaje, a tono con otras corrientes hoy en boga, que parecen dirigirse al mismo objetivo: la necesidad de una poesía que vaya más allá de los márgenes trazados para el género, lo que se entronca con otro precepto de la posmodernidad, la ruptura de géneros, aunque se aprecia en este manifiesto un concepto más afín a lo vanguardista que lo explicitado por la posmodernidad.
Agradezco muy personalmente al poeta José Muchnik que me haya permitido conocer este documento y que haya dado su permiso para reproducirlo in extenso en esta columna.
Luis Benítez
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Vos habrás escuchado algo Leónidas, se habla de la existencia de una corriente “impurista”, los amigos me preguntan, dicen que el ruido viene de París. Cuando la semana pasada llegó el correo de Amílcar de la Serna ya casi me había olvidado de esta historia ¿cómo accedí a ese texto?, les cuento, también ayudé a traducirlo, aunque no vea mucho el interés.
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El flaco vociferaba (1), sus crenchas sembradas con restos de colores acrílicos como cagaditas de pájaros del paraíso. La pureza del arte es un invento de incapaces vociferaba, los grandes, los creadores, fueron siempre transgresores, Picasso, Van Gogh, Goya… casi se pudrió la época negra de Goya, nadie daba un duro por esas pinturas sombrías, Caravaggio también fue transgresor, buscaba la perfección, no la pureza, prostitutas posaban como damas de nobleza, borrachos como Cristo, ¿y Da Vinci?, aún no sabemos si la Gioconda fue hembra o macho, ni por qué esa sonrisa nos persigue, se incrusta en los sueños, se desprende… No existen colores puros, no luz pura, no vírgenes, todo espejismo, todos resultamos de la gran batidora, ¡pureza del blanco! , ¡mi culo! (2), blanco, ilusión, pelad la cáscara blanca y descubriréis santos gusanos, negros, ¡black beauty!, algunas se lo creen, ahora son top models, gracias a Mandela pueden ser mannequins, ¡viva la impureza! ¡viva la… Ya cállate brother, lo cortó el enano mestizo con acento francés del Caribe, ahora hablan los poetas, y tomó la palabra, el poeta era él, no cabían dudas. Bienvenida la diversidad de la poesía, poemas breves, kilométricos, rimados, sin rimel, coloreados, sin coloretes, flacos, obesos… la divisoria de aguas, la línea que divide valles, la gran fractura de huesos y besos se sitúa entre las márgenes del aburrimiento, entre poesía que aburre y… ¿Y qué carajo? Palabra grosera, grosella, frambuesa, volvamos a la pulpa. Platón se equivocó en un detalle, no eran los poetas que debían ser expulsados de la ciudad ideal, sí la poesía que aburre, cargada de mermelada, molduras doradas, metáforas tan evidentes que aplastan la sesera… ¿La qué? La imaginación boluda, la… El cachetazo de la pelirroja puso en órbita el chop de cerveza que el enano estaba llevando a su boca y aterrizó en el traje azul marino del único asistente bien vestido, ¡putain de merde! gritó con acento inglés, fack you, le contestó la pelirroja en versión original, fue en ese momento, cuando vio que me estaba por ir, que me siguió y me dijo con un acento que hasta hoy no pude reconocer, no quería que todos vieran, esto debe quedar entre muy pocos, el enano está en la movida pero el flaco no, tengo la intuición que vos podrías ser de los nuestros, hay de todo, pintores, poetas, escultores, filósofos… también hay algunos SDF (3)y borrachos, sencillamente borrachos, hay que mezclar todo, los artistas no debemos aislarnos, si nos juntamos sólo entre nosotros es la muerte por endogamia, como los Habsburgo, ¿entendés?, terminaremos todos tarados, chorreando narcisos, babeando discursos, arañando la mesa de billar para saber cuál es el más genial de los tarados, ¿y vos qué hacés? Yo nada interesante, dentista contesté, ¡genial! exclamó la pelirroja, no tenemos ningún dentista, bocas, caries, emplomaduras, implantes, dentaduras postizas ¡genial! volvió a exclamar, la impureza en todo su esplendor, creo en los signos, nuestros karmas se encuentran, fue en ese momento, segura, como cumpliendo un mandato divino, que me entregó el pedazo de papel, mitad de una hoja A4, nos vemos el viernes que viene a las siete de la tarde en el bar que está a la salida del metro Belleville, los bares del barrio latino están muy quemados, y desapareció.
Entre muelas, torno y tratamientos de conducto no me acordé el viernes a esa hora, ni en los viernes sucesivos hasta el día de hoy a seis años de distancia, con lo cual fue mayor mi sorpresa cuando recibí el correo de Amílcar. ¿Leónidas escuchaste alguna vez eso del impurismo? Digamos que fue algo más que sorpresa, la escena del bar y la pelirroja irrumpieron vivas ¿cómo carajo llegó a Argentina esta locura? ¿lo había tirado? ¿o no?, busqué, busqué, busqué… algo me empujaba a buscar, finalmente encontré el pedazo de papel, mitad de una hoja A4, que acá entrego traducido.
“Manifiesto Impurista
La pureza es peligroso canto de sirenas, palabra noble en nombre de la cual se han cometido los peores crímenes de la humanidad y se han avasallado los más elementales derechos humanos. Mucha buena gente creyendo en ella se echó a la mar atraída por sus encantos y terminó destrozada contra dogmas y arrecifes. La raza aria pura pregonaba el loco Hitler y planificó el asesinato en masa de los impuros: judíos, gitanos, homosexuales, discapacitados físicos o mentales… Stalin combatió las desviaciones burguesas, pobló gulags, liquidó millones de campesinos, intelectuales o artistas contaminados… Mucho antes la Santa Inquisición condenaba a la hoguera a los que atentaban contra la pureza de la fe y mucho mucho antes arrasaron las bíblicas Sodoma y Gomorra por estar plagadas de lujuriosos e impuros. En nuestros días, en la segunda mitad del siglo veinte, khmer rojos masacraban en Camboya dos millones de compatriotas por alejarse del “ser khmer puro”, serbios violaban masivamente prisioneras bosníacas para purificar la raza y… Siete años ya del tercer milenio, predicadores de pureza siguen golpeando costillas y escolleras. Mujeres lapidadas, exposiciones prohibidas, libros censurados, poetas condenados… la ley o el silencio hacen su obra.
Por ello, los humanos aquí reunidos, mujeres y hombres con preferencias sexuales diferentes, borrachos, SDF, artistas y otros impuros, proclamamos nuestra voluntad de transgresión, de abrir las compuertas de la vida, del lenguaje, de las formas y las luces. Al cabo de largos debates damos a conocer cuatro postulados elementales, que consecuentemente con nuestra postura no detallamos, cada uno los interpretará según su locura y deseos.
1er. postulado impurista: perseguir la pureza conduce a la deshumanización
2do. postulado impurista: los mestizajes abren horizontes.
3er. postulado impurista: buscar la pureza afloja la imaginación.
4to. postulado impurista: la impureza no impide buscar la perfección.
Invitamos a todos los amigos y simpatizantes impuristas a difundir, corregir, ensuciar, sigilosamente este manifiesto, aclaramos que no constituimos corriente o movimiento alguno, simplemente una voluntad difusa de reconquistar el centro de la vida.
Los humanos aquí reunidos, SDF, borrachos, artistas y otros
París 20 de septiembre 2007”
Extraño traducir este texto seis años después, tal vez ya lo hayan traducido en inglés, en chino… tal vez no sea esta la primera traducción en castellano. Me pregunto qué hago yo, un dentista, en esta historia.
Leónidas Delaquin
Traducción Leónidas Delaquin, Amílcar de la Serna.
NOTAS DE JOSE MUCHNIK
(1) Transcurría el año 2007, Barrio Latino de París, bar La Palette, paradero de pintores y artistas, un pintor negro, exageradamente flaco y alto, arengaba una veintena de habitués.
(2) Traducción literal del francés “mon cul” en castellano de Argentina podríamos traducirlo por “¡las pelotas!”.
(3) SDF: sin domicilio fijo, sin techo, los que viven en la calle, homeless en inglés.
Luis Benítez nació en Buenos Aires el 10 de noviembre de 1956. Es miembro de la Academia Iberoamericana de Poesía, Capítulo de New York, (EE.UU.) con sede en la Columbia University, de la World Poetry Society (EE.UU.); de World Poets (Grecia) y del Advisory Board de Poetry Press (La India). Ha recibido numerosos reconocimientos tanto locales como internacionales, entre ellos, el Primer Premio Internacional de Poesía La Porte des Poètes (París, 1991); el Segundo Premio Bienal de la Poesía Argentina (Buenos Aires, 1992); Primer Premio Joven Literatura (Poesía) de la Fundación Amalia Lacroze de Fortabat (Buenos Aires, 1996); Primer Premio del Concurso Internacional de Ficción (Montevideo, 1996); Primo Premio Tuscolorum Di Poesia (Sicilia, Italia, 1996); Primer Premio de Novela Letras de Oro (Buenos Aires, 2003); Accesit 10éme. Concours International de Poésie (París, 2003) y el Premio Internacional para Obra Publicada “Macedonio Palomino” (México, 2008). Ha recibido el título de Compagnon de la Poèsie de la Association La Porte des Poètes, con sede en la Université de La Sorbonne, París, Francia. Miembro de la Sociedad de Escritoras y Escritores de la República Argentina. Sus 36 libros de poesía, ensayo, narrativa y teatro fueron publicados en Argentina, Chile, España, EE.UU., Italia, México, Suecia, Venezuela y Uruguay.