Pusiste un canal en español y Adriana Fonseca explicaba por qué se murió su caballo. Te entraron ganas de llorar –más por el animal que por la dueña, pues ésta seguramente se encariñará con un nuevo potrillo. Te acordaste de tus amigos teósofos, que decían que a Santo Tomás se le fue la mano con la idea de que los animales no tienen alma. Pasando por encima del dominico, ellos profesan: “Sí que la tienen, pero se trata de un alma grupal”. Así que en realidad no le concedían mucho a las bestias del campo. Imaginaste un círculo de difuntos cangrejos aguantándose (entre sí) por las muelas (como esos tipos que hacen formación en el aire antes de abrir el paracaídas, aunque sin necesidad de una adrenalina grosera). Y cuando describiste tu visión a esos flacos, en lugar de reírse o recriminarte por la ignorancia, decían a coro que tal cosa es imposible y pasaban a explicar algo cuya conclusión era, más o menos, que la forma nunca sobrevive, que no hay muelas metafísicas. Un “¿Entonces, qué es esto?” los habría dejado en la luna. Eran vegetarianos de proteínas fuertes; habían perdido el sentido del humor. Pasaban más trabajo que un forro de catre en el plano físico (así llamaban al mundo tangible). Su disposición a “incorporar” un pollo entero se mantuvo intacta a pesar de la contención… y no los viste aceptar ni unas papitas, fritas en grasa de puerco… Querían entrar en la Escuela Esotérica (cenáculo de teósofos privilegiados que trataban de tú a tú a “Los Maestros” y donde uno de los requisitos era ausentarse de las parrilladas). Al menos uno de ellos no te envidiaba el que nunca te gustara la carne de forma natural. En fin, a cierta gente le gastas la cara de tanto recordarlas y a otra la pierdes de cuerpo entero sin haber concluído la impresión. A lo que iba: vas a cargar con la mirada triste de Adriana Fonseca. Ojalá te sirva de provecho en alguna parte. En cuanto al caballo, que Dios se apiade de su alma.
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Alcides Herrera. Nace en Sancti Spiritus, Cuba, 1974. En Cuba publicó en varias revistas y antologías poemas y cuentos cortos. En el exilio fundó el proyecto musical Los Bloomers con el que se ha presentado en Miami, México City y New York. Actualmente está presentando sus trabajos artísticos en el Mejunje, Miami. Ha colaborado anteriormente con Nagari y otras publicaciones importantes como el blog de Tumiami.