Este era un hombre tranquilo que disfrutaba la lectura siempre que llegaba de trabajar. Las noches se le iban en permanecer despierto leyendo, entretenido y en paz.
El cansancio de su cuerpo comenzó a pasarle factura. Pero él no claudicaba. Había siempre algo bueno para leer en sus libreros.
Las noches eran ese espacio necesario para llevarlo al éxtasis.
Supo que su mente habitaba un cuerpo por las mañanas para volverse social y tener que convivir, e incluso trabajar rodeado de gente.
Pero al llegar junto a sus libros, sentía la libertad.
Hasta que un día que el sol lo alcanzó antes de cerrar uno de sus libros, pudo ver que aquel cuerpo flaco y envejecido ya no tenía energía para integrarse a la sociedad, y como el pensamiento, se dedicó a vagar de libro en libro por siempre.
A veces, cuando toda calla en mi hogar, escucho sus murmullos en mis libreros. El hombre está ahí leyendo.
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Adán Echeverría. Mérida, Yucatán, (1975). Premio Estatal de Literatura Infantil Elvia Rodríguez Cirerol (2011), Nacional de Literatura y Artes Plásticas El Búho 2008 en poesía, Nacional de Poesía Tintanueva (2008), Nacional de Poesía Rosario Castellanos, (2007). Becario del FONCA, Jóvenes Creadores, en Novela (2005-2006). Algunos de sus libros son La confusión creciente de la alcantarilla, En espera de la noche; libros de cuentos Fuga de memorias (2006) y Compañeros todos (2015) y las novelas Arena (2009) y Seremos tumba (2011). En literatura infantil ha publicado Las sombras de Fabián (2014).