Labios quietos
No calles nunca, no dejes de hablarme con los labios quietos. Y no dejes de desnudarte con palabras.
Yo seguiré penetrándote en tus significados, como un experto amante, como un necesitado.
Las palabras, las banderas de tu desnudez.
En una sacudida puede leerse en el viento
toda la mitología en una espera,
la historia del amante y de una brújula enferma,
un manual de instrucciones contradictadas, autoaprendidas, memorizadas:
arrancarme la ropa, besar mis tatuajes, olvidar nuestros nombres
y escribir con celo sobre nuestros sexos un secreto que acabe en acantilado
en olor dulce y salado.
Ítaca lenta
Tiene una sirena amarrada a cada pierna
y empuja dulce, melodía estremecida, al acantilado
sin rocas afiladas
todo espuma y mar rompiendo
todo ola recogiéndose entre brazos
de sabor salado
y boca impronunciable.
Yo soy de ir atado a mástiles
soy de besar sirenas por los dientes
de hacerle coros al mar
de hacer espuma en la roca
y siento que Ítaca está lenta
poco más allá
de unos lazos verdes
que se desatan en mis dedos.
¿Quién querría no empaparse
en ese mar
perfecto
y puro?
Dentro del mar es el único lugar en el que el canto de la sirena nos pide cambiar el deseo por placer.
En otros lugares quedan los que temen la sal en la piel. Para ellos: nada.
Pentecostés
Camina sin lógica ni bisagra
una ventana por la fachada
bailando en una baldosa
yendo y viniendo montada en un chirrido
cometiendo el error de niño
de tenerle fe al viento.
Por primera vez se cierran y
se abren los párpados
escritos por un vaho de boca virgen
sobre el cristal mojado de niebla
y se convierte la palabra en un nuevo
descalabro, rojo, en la garganta, acantilado áspero, que retiene el nombre ácido del animal sacrificado.
Llega el error cuarto: confiarle las estrellas al astrónomo,
como si el firmamento cupiese en dos ojos
llenos cuervos
o en torsos tallados sobre el mármol al ritmo de un metrónomo
y con la melodía de cuerpos que no saben separarse sin consumirse
en un vacío cósmico.
Hace muchos años de aquellos errores primigenios
y esta es la noche ideal para terminar con una vida,
emplumada, cobarde, llena de heroína,
tras muchos cielos escuchados desde el suelo
en constelaciones a mitad de una misa susurrada en otro idioma
como si toda la mitología cupiese en los ojos de un carnero lechal decapitado
para la celebración del crimen último
y pentecostal .
Dentro de las venas todos tenemos un amo.
© All rights reserved Álvaro Hernando Freile
Álvaro Hernando Freile. (Madrid, 1971) Maestro y antropólogo, especializado en investigación del lenguaje. Autor de los poemarios «Ex-Clavo», publicado en España, en 2018 (Karima Editora), y «Mantras para bailar» (Ed. Pandora Lobo Estepario), publicado en Chicago, en 2016. Esta misma editorial prepara los volúmenes ya concluidos de poesía: «Chicago Express» (2017) y «Geografía del Alma». Recibió el premio Poesía en Abril 2018, dentro del Festival Internacional de Poesía de Chicago.
Durante su paso por el periodismo dirigió y presentó varios programas de radio en los que la literatura jugaba un papel especial («Cómo decirte, cómo contarte», «Este perro mundo»), colaborando además en diferentes medios, incluyéndose aquí la publicación de poemas y relatos en diferentes revistas. Ha participado en varias obras interdisciplinares, destacando la pieza musical contemporánea Leaving the confort zone, del compositor Enric Riu (Chicago, 2015) en la que se usa su poema «Gruta». Algunos de sus trabajos se han traducido al polaco, rumano, búlgaro, inglés y francés. En estos momentos continua ejerciendo su labor docente, trabajando para el distrito escolar de Harvard, en el Midwest de los Estados Unidos.