Cuando salimos de nuestro entorno, bien sea el país o ciudad de donde venimos, iniciamos un recorrido a través del recuerdo para lograr alguna continuidad, manteniendo cierta permanencia desde un ahora hacia nuestro pasado.
En esta oportunidad, cuando tomo como referencia mis propias memorias y lo que transité años atrás en mi ciudad natal, alegóricamente me detengo ante la creación visual que realiza desde su interior y sus recuerdos el artista Juan González Bolívar.
En las piezas que despliega este creador, nacen la memoria y el pensamiento desde el abandono de la forma figurativa hacia la abstracción, logrando un efecto simple, aun cuando la pieza se galardone en sí misma con el cúmulo minucioso de sutilezas, variaciones de textura y combinaciones inesperadas, todas enmarcadas por una luminosidad que entretiene la mirada nostálgica del espectador.
En la superficie de sus lienzos encontramos que la delicadeza del trazo sugiere ciertos elementos orgánicos y, que superpuestos a lo largo del plano —bien sean sinuosidades o líneas rectas—, el equilibrio sobre lo etéreo navega sobrepasando cierta luz que viaja por la mano del artista.
Estos paisajes del imaginario del creador, incluyen en primer plano ciertos recuerdos de su primer acontecer familiar, a través de la fantasía en la distancia, elementos que se dan en cualquier lugar o tiempo ya vividos por él.
Este diálogo que se plantea el creador, entre sus tradiciones y la novedad de su existencia representada en la abstracción, lleva inmersa su experiencia respecto a los cambios psicológicos, sociales y políticos, por los que él ha transitado a lo largo de su carrera artística. Los encuentros con él mismo y su entorno y los temas urbanos prosperan en su obra, como tratados experimentales de la figura, el paisaje y el hogar, donde resaltan las formas sublimes y a su vez extravagantes.
Tonos de agua y figuras vegetales en un solo plano. Hogares a la distancia. Una añoranza que le persigue en cada pieza creada tanto en los lienzos como en sus esculturas y que abarcan el espectáculo que lo identifica como un creador sumergido en territorios abiertos. Su mente crea figuras ante el recuerdo moldeado y pulido hasta que su refinación luce como espejos de su imaginación creativa.
Trazos y texturas que se encuentran en esquemas de apariencia lúdica, capturan la manera en que el artista cambia ciertas tradiciones históricas de su entorno, para centrarse en las figuras vaporosas e investigar conceptos del abstraccionismo, centrándose en su fascinación por los temas extraídos de la vida cotidiana y las composiciones que exploran el límite entre el color y la forma.
Del artista brota un lenguaje nacido un día de grises transparentes y siluetas que nadan en la nada de su espacio interior, para luego disiparse en la realidad de un motivo que dominará el soporte elegido, bien sea un pedestal o un bastidor.
Podemos mantener abierto el umbral de la memoria y acceder a lo que hemos adquirido durante nuestro tránsito en el tiempo. Podemos enriquecer nuestro presente con aquellas gotas refrescantes de nuestro ayer y sondear los instantes vividos, que es realmente lo que nos define como seres humanos capacitados para emprender la continuación de nuestras vidas y la toma de decisiones bien sean buenas o malas. Lo que no debemos es mantener una conexión que impida nuestro crecimiento ni la capacidad que necesitamos para decidir.
Gloria MiládelaRoca
Contacto con el artista:
Juan González Bolívar
https://www.instagram.com/juangonzalezbolivar/