“Yo soy una vaca loca”
A Abdel Albert Perpignan.
Doscientas obras de una mujer ignorada por la vanguardia europea que, si bien desconocía las técnicas artísticas académicas, está hoy en día en la palestra por su singularidad y su visión de lo interior. El análisis de sus obras, va a permitir una nueva lectura de lo que ahora entendemos por corrientes vanguardistas en el siglo XX.
Nacida en 1918 en Turín dentro de una familia ligada a la burguesía industrial de la ciudad y con una tragedia inherente, como el internamiento de su madre en un centro psiquiátrico y el suicidio de su mentor, fue perseguida por el fascismo de Mussolini y estuvo en contacto con figuras tan dispares como Man Ray u Orson Welles, el activista homosexual Corrado Levi o el mismo Gianni Vattimo.
Teresa Grandas, Beatriz Preciado y Anne Dressen han sido las autoras curatoriales de esta excepcional muestra, nunca mejor dicho por el rescate que han hecho. Si bien no es una antológica ni de una retrospectiva, como muy bien afirman en su introducción divulgativa, sí ofrece una visión selectiva, temática y cronológica de la obra de esta rubia (sean inteligentes y hagan una lectura hermosa y no condicionada de este adjetivo) maravillosamente carnal y excéntrica genio. Rama, gracias a estas comisarias y el soporte institucional del Macba, hoy está más cerca de la Naturaleza: la suya propia y la que concibió con su obra interpretando el entorno. Más que nunca, decir que es cita obligada si alguien se encuentra hoy en Barcelona… finaliza cuando el Carnaval de 2015 cierre su ciclo.
A destacar las piezas donde los animales sienten sus instintos más genuinos, las Appasionates y Dorinas. Desconozco si están basados en autorretratos o no, aunque me inclino a creerlo. Un interesante documental donde ella, junto a otros críticos e historiadores del arte italiano hablan sobre su obra, toman varios primeros planos en la entrevista y confirma su pornografía deslenguada y viperina –término nunca mejor dicho- donde salen serpientes y heces de sus partes, en pequeños dibujos a papel y acuarelas. También citar sus piezas ligadas a lo que las curadoras llaman Art Queer Povera para distinguirlo de lo que fue el arte povera en sí, liderado en su época por Boeto, Pascali, Merz o Pistolletto. Unas obras unidas al collage con miles de ojos azules cristalinos incrustados al lado de garras de ave, pelos, sangre o semen o ruedas de caucho de bicicleta sacadas del la fábrica de su padre, donde forman parte de sus materiales.
Desde que en 1980 la curadora italiana Lea Vergine “descubre” sus piezas en su exposición colectiva L´altra metà dell´avanguarda 1910-1940. “El feminismo de Carla Rama es humanista y afirma la universalidad y preeminencia de lo animal, lo femenino, la enfermedad y la muerte encarnada en la figura moribunda de la vaca. El feminismo de Carol Rama es un feminismo expandido y no antropocéntrico” dicen las responsables de la exposición. ER