Como si fuera un pentágono cerrado con un vértice final en el mar, el libro se divide en cuatro partes más, delimitadas por un sinónimo del término “acotación”, por elegir uno dentro del diccionario: orilla, margen, límite y confín. Y por último, aquella superficie que integra esta figura geométrica cerrada, símbolo de triunfo y faro resplandeciente: el océano.
La orilla de los nadie arranca con una cita de aquella mujer que quiso ser presa de su propio destino. Amante del poeta Rilke, perdición para el filósofo Nietzsche y admirada por Sigmund Freud. Su nombre Lou Andreas Salomé.
El mundo no te regalará nada, créeme
…si quieres tener una vida, róbala.
A partir de aquí una primera pregunta desde el binomio de la duda ¿Será una vida-vivida la que se expone en este libro… O es la que siente la voz poética como robada o no descubierta, la que reivindica en sus versos?
En mi opinión ambas son inherentes. Una existencia por una parte donde la reflexión del hoy es innegable, así como sus amargas consecuencias. Y otra, donde aparentemente, Montse Ordoñez descubre un fraude a su alrededor fruto de su experiencia como sujeto
…/nadie salva a nadie
nada está libre de expirar
La mentira es un credo y el desaliento oración/ …
Desespero
En la sección de margen el verso desaparece y entra la prosa poética. Aforismos muy personales, muchas veces desarrollados desde el hábito de rumiar la realidad y bien cuidados en la forma que se alude al pensamiento.
El tacto atormenta, el declive de los sentidos se apodera de los que piensan, …
Balada triste de poeta
Lo peor del tiempo no es que lo malgastes en cosas que te nutren, lo perverso es que te lo roben,..
Hurto
En la misma línea se encuentra el módulo de confin con respecto al estilo. Si bien parece que el aspecto religioso o espiritual toma su relevo a la hora de mostrar su poética. Textos donde el templo puede ser el propio espacio que ocupas.
Encender una vela, un incienso de limanta y observar la quietud de una imagen…adquiere la paz y reza por la esperanza
Remedios
Quien busque refugio, ha de inventar un confín o una aurora
Confin
Y qué pasa cuando llegamos a la playa y ponemos los pies en el agua. Qué sucede cuando el mar, último apartado, está entre nosotros y detenidos frente al horizonte hemos descubierto la verdad; perdón, nuestra verdad. El yo aquél que sabe que, sin ser dioses, deseamos imitar al Supremo que llevamos en nuestro interior. Sea desde el credo hacia alguna persona, o sea que esta “persona” se transforme en tu voz interior como un dios propio. Este camino no es longitudinal y a veces se encuentra en simples versos donde la metáfora del lugar lo dice todo.
…/solo se encuentra refugio en los acantilados
el estado de las cosas
es la patria de los geranios
y la frontera de la vanidad/…
Memoria
En esta sección, Montse Ordoñez adopta el papel sacerdotal o terapéutico. Y lo afirmo sin ironía o doble sentido. Lo ejerce desde el rol que adquiere la voz poética fruto de la costumbre habitada y sus enseñanzas al cabo de los años. Como corolario de unos hechos embebidos en su piel que dejan ríos como el de Heráclito. Heridas posibles. Pero sobre todo, una cultura del saber para transmitir al lector.
Como dice En los Ojos, el último poema del libro “del que observa”
Hay miradas en las que una noche no cabe. E.R.