Omar Nieto es Maestro en Letras Latinoamericanas y estudia doctorado en Letras Mexicanas en la UNAM. Es autor de “Las Mujeres Matan Mejor” y “Teoría General de lo Fantástico”, “Mejor Primera Novela del 2013” y “Mejor Libro de Ensayo del 2015”, de acuerdo al periódico Reforma, así como “Fisiología del olvido” con el que obtuvo Mención Honorífica en la categoría de Cuento del Certamen Internacional de Literatura Sor Juana Inés de la Cruz 2017. Con “Las Mujeres Matan Mejor” resultó finalista del Premio Letras Nuevas de Novela de Editorial Planeta México y con “Teoría General de lo Fantástico” obtuvo el Premio Anual de Crítica Literaria Guillermo Rousset Banda.
Ha sido profesor del Claustro de Sor Juana, Escuela de Escritores de México, Escuela de Escritura Puebla y Tecnológico de Monterrey.
Ha sido antologado en Cuentos del Sótano I y Cuentos del Sótano II, Asesinos, músicos y otros personajes para recorrer México y en las revistas Rio Grande Review de Texas y Lichtüngen de Austria. Ha publicado también en la revista Treff3 de Alemania, y en México, en Confabulario, Revista Ciencia, Milenio Semanal, Laberinto, VICE, Variopinto, Leer Más de Librerías Gandhi, Círculo de Poesía, Horizontum, Cultura Urbana, Revista Universitaria, Cariátide, Suplemento de Libros, Hypher Animals, Posdata, La Jornada Aguascalientes, La Razón y Metrópoli Ficción.
Con motivo de la publicación de FISIOLOGÍA DEL OLVIDO el libro más reciente de Omar Nieto, es que entablamos esta conversación.
Nagari (OV): ¿Por qué abordar el olvido y al mismo tiempo hacerlo desde la ficción?
Omar Nieto. Tengo tres obsesiones literarias centrales: la violencia, el destino y lo fantástico. Y es posible que las tres lleven a un mismo camino: la pregunta de qué es en sí lo “real”. En “Fisiología del olvido” abordo la memoria y la imaginación que son dos formas de poner en entredicho el estatuto de realidad desde el lugar más objetivo y al mismo tiempo subjetivo posible, que es la capacidad del cerebro para olvidar y para crear lo que no existe. En éste, mi primer libro de cuentos, trabajo la idea de que todo el sentido humano depende de la memoria. Para mí, habría dos terrores humanos supremos: el no ser recordado por nadie tras nuestra inminente muerte y el que todos los recuerdos sobre lo que amamos (seres queridos, vivencias, familia, los libros leídos, la música escuchada a lo largo de la vida) pueden desaparecer el día menos pensado por enfermedades como la epilepsia, el alzheimer, o simplemente, porque fuimos olvidados por el flujo de la historia como en el caso de John Faust o Aracne, dos personajes del libro, en el que aventuro versiones alternativas sobre Mary Shelley, Romeo y Julieta o Clara Schumann. En resumen, “Fisiología del olvido” aborda el terror a olvidar lo vivido o a ser olvidado.
Nagari. En los primeros relatos veo ecos de “Hallucinations” de Oliver Sacks, ¿has tenido influencia de este autor cuando escribiste tu libro?
Omar Nieto. En realidad no. Creo que mi influencia principal es el miedo que tengo de sufrir también alzheimer, pues mi abuela murió de esa enfermedad y fui un testigo muy cercano de la progresión de su mal, en la que curiosamente ella recordaba con nitidez a las personas que amó más. Ese detalle, el que la conservación de la memoria dependa de la emoción selectiva, se volvió para mí una obsesión y un misterio, y sin duda, fue lo que animó la creación de este libro. Como explico en el cuento que da nombre al volumen, el alzheimer es una especie de varicela cerebral que se come físicamente pedazos de recuerdo, ocasionando algo así como hoyos negros en la corteza cerebral, a la manera de un queso gruyere. En otras palabras, olvidamos lo que no amamos. Lo que no nos causa emoción se convierte en materia desvanecida en el tiempo. Lo que sí emparenta a los dos primeros relatos son los muchos libros de neurología o neurolingüística que reseñé para una revista de la cual, por cierto, no me quiero acordar, pero que me ayudaron a entender mejor lo que le pasaba a mi abuela y a preparar este libro que contiene cuentos que escribí incluso hace más de 20 años, algunos escritos y corregidos durante talleres que tomé con Pablo Soler Frost, Daniel Sada y Luis Humberto Crosthwaite.
Nagari. Noto un profundo trabajo de investigación que apoya la construcción de tus relatos, ¿cuál fue el mismo y cómo lo abordaste?
Omar Nieto. Creo que más que una investigación en sí misma, el libro es un cúmulo de temores, obsesiones y anhelos que permitieron que a lo largo de los años se fuera construyendo a sí mismo. Cuando recopilé todos estos cuentos en un solo volumen me sorprendió el hilo que los unía: ese miedo profundo al olvido, tanto de los personajes como en la trama de las historias. También acumulé el anhelo de hacer aparecer lo mismo a Romeo, a Gutenberg, a las diosas Atenea y Hera, a Walter Scott y a Mary Shelley, como personajes que hubieran experimentado el temor a olvidar y a ser olvidados. En el cuento “Mary Shelley (Villa Diodati)” quería ir más allá de los relatos sobre la “noche de los monstruos” en que Frankenstein fue creado. Leí mucho sobre la vida de los padres de Mary Shelly, de Byron, de Polidori y del propio Percey B. Shelley, y me pregunté cuál habría sido el destino de esa joven talentosa, luego de que todos ellos murieran y ella se quedara sola, criando al único hijo que le había sobrevivido de ese amor juvenil entre el gran poeta inglés y la creadora de aquella novela portentosa escrita a los 18 años. En las respuestas que vierte Mary ante Walter Scott en esa entrevista que me inventé, creo, está el secreto de todo el libro y de la forma en que lo vislumbré.
Nagari. Tú has escrito el libro “Teoría general de lo fantástico”, ¿de qué manera te benefició (si acaso así lo fue) el haber abordado con anterioridad teoría literaria para escribir esta colección de relatos?
Omar Nieto. Prácticamente en nada. La gran mayoría de estos relatos son previos a la escritura de “Teoría general de lo fantástico”. Para mí, en principio, la teoría y la praxis son dos territorios distintos. Literalmente, dos territorios opuestos del cerebro, el lógico y el creativo, operando sobre el mismo tema. El mismo material desde dos puntos de vista que se supone deben estar equidistantes, pero que quizá sean imposibles de ser separarlos del todo. Ya varios colegas me han observado el impulso ensayístico de “Fisiología del olvido”, incluso desde el título, ya que al final, según me dicen, se consigue una especie de tratado de lo que para mí podría ser el camino a seguir de la escritura fantástica, es decir, una continuación del legado borgiano, pero menos adusta, más cercana. Al final, “Fisiología del olvido” es mi versión de lo que yo llamo en “Teoría general de lo fantástico” lo fantástico posmoderno. Es decir, quizá sí es un tratado, pero desde el arte del cuento. Insisto, un tratado sobre el terror a ser olvidados.
Nagari ¿Por qué empleas personajes históricos, así como de la tradición literaria, en lugar de crearlos de cero a partir de la ficción?
Omar Nieto. Porque como lector no siempre estuve de acuerdo con sus autores sobre cómo terminaron sus historias. No estuve de acuerdo con Shakespeare, con Ovidio, con Walter Scott y su crítica a Mary Shelley. Tampoco con el mito faústico o con el mito de la bruja; tampoco con el lugar que se le ha dado al drama de perder la metafísica del movimiento en el caso de la epilepsia o de que se haya olvidado por completo que Alois Alzheimer, quien tipificó por primera vez la enfermedad que lleva su nombre, haya muerto de… alzheimer. Leyendo durante toda mi vida estos relatos, sentía que Romeo y Julieta para nada eran almas gemelas y me preguntaba qué pasaría si el celebrado Johannes Gutenberg no fuera más que un plagiario de un invento creado por un alquimista. ¿Y si en lugar de la Biblia se hubiera reproducido las “Profecías”, qué habría pasado? Esas preguntas pueblan el libro. Procuré no reescribir, en el concepto derridiano, sino crear mis propios cuentos con los personajes de otros, que por otra parte resultaron relatos híbridos de lo que consideramos “cuento” y “ensayo”. El siglo XXI permite muchas cosas. Sólo me aproveché de ello.
Nagari. ¿Por qué en esta Fisiología no hay referencias al continente americano? ¿Es que acaso estamos destinados al olvido?
Omar Nieto. Tienes razón, aunque la trama de “Fisiología de la epilepsia” transcurre en la Trinity Church de Toronto, Canadá, inspirado en el extraordinario disco que Cowboy Junkies grabó en 2007 con Ryan Adams y Natalie Merchant. Los vitrales me dieron la historia. También aparece Washington Irving, el famoso escritor americano que quiere conquistar a Mary Shelley. Pero en efecto, no aparece en el libro el continente latinoamericano. Quizá es porque nuestra memoria literaria de índole fantástica está poseída en gran medida por el eurocentrismo. En mi novela “Las mujeres matan mejor”, por el contrario, no hay nada que no sea lo estrictamente latinoamericano y mexicano. Sin duda me has emplazado a escribir otra “Fisiología” de la memoria fantástica latinoamericana.
Nagari. ¿Cuáles consideras tú son las formas del olvido? ¿Cuál es para ti el olvido más doloroso o al que más temes?
Omar Nieto. A pasar desapercibido en este mundo. Creo en las vidas pasadas y en las futuras, pero tengo planeado que en estas últimas no seré escritor. De ahí mi urgencia de antes de morir dejar escrito todo lo que me obsesiona, todo lo que me importa. Sin duda, y no creo ser el único autor en sentirlo, mi mayor miedo es a no ser recordado. De que el mundo se olvide de mí. A que el universo continué sin mi huella.
Nagari ¿Consideras que la literatura es la cura contra el olvido?
Omar Nieto. Absolutamente. Al igual que la música, la literatura, la arquitectura. La literatura es una de las pocas formas existentes para sortear el olvido. Podemos morir pero los libros quedarán, quizá escondidos en un estante o en una biblioteca, pero siempre capturando la memoria humana. Y eso ya representa una clase de certeza. La literatura nos hace infinitos porque remedia el olvido.
Nagari ¿Cuál es el próximo proyecto que viene en camino?
Omar Nieto. Una novela que no logro terminar, sobre la región en la que nacieron mis padres, relacionada con la violencia. También tengo otros tres libros de cuentos que no he publicado todavía y llevo años corrigiendo. Espero que antes de que los lectores se olviden de mí, pueda publicarlos. Siempre me he preguntado cuál será el último destello de memoria que tendremos un segundo antes de morir. Yo estoy seguro que en el mío estarán todos los libros que habré logrado publicar. Esa es mi máxima ambición. Como cualquier escritor, aspiro a no ser olvidado.
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