Autora Andrea Bauab. Dirección. Osvaldo Strongoli. Elenco Pilar Brú, Hannah Ghelman y Osvaldo Strongoli.. Producción. Strong

Sinopsis

Ha muerto Roberto el padre de Martina (Pilar Brú), una ingeniera agrónoma en Argentina que se siente sola y abatida por la noticia. Salomón, un abogado judío y amigo íntimo de Roberto y la familia, es quien va a leer el testamento a la hija en su despacho. Sin embargo, un personaje inesperado aparecerá en escena durante su lectura. Es Yael, la hermanastra desconocida para Martina que viene de Jerusalén junto a su marido y sus hijos. Una sorpresa incómoda y no deseada para ella y un escollo para sus planes de futuro.

Si bien el libreto carece de un final donde el ascenso de la obra se justifique con un un simple abrazo entre hermanas y desde el llanto, el texto es denotativo en los hechos, distinto en el planteamiento de la historia, e interesante y humanista en sus diálogos. Andrea Bauab, dramaturga, profesora y guionista argentina (Desde la Cuna, A punto de Irnos…Tres hombres de bien) aborda en La Herencia distintos temas relacionados con la sorpresa ante los embates de la vida, la amistad duradera, el reconocimiento del “otro”, la pérdida del padre, o algo tan sencillo y cotidiano como es la aceptación de la realidad una vez conocida o la envidia fraternal. Pero hay algo que unifica todas esta problemática expuesta en la oración anterior: el mito y los tópicos sobre el papel de la comunidad judía en el mundo.

Con una atmósfera poco conceptualizada desde el vestuario, la escenografía o la misma iluminación para transmitirnos el luto, la sorpresa, el dolor o la importancia de los hechos allí acontecidos -no basta solo con decir que “es una puesta realista”, a mi entender. Soy de los que piensa que con una ropa más contrastada entre los personajes, un mobiliario más acorde al simbolismo, o una iluminación indirecta a partir de distintas lámparas…habrían reforzado el significado de la obra y hubieran dado intimidad al lugar de se sucede la acción: el buffet de un abogado.

Quiero resaltar, a pesar de todo, la manera de abordar la interpretación del equipo y señalar aspectos tan bien actuados como la muestra de soltura  y seriedad-justiciera del abogado Salomón a cargo Osvaldo Strongoli – disfruto sin duda de la naturalidad en tus papeles dramáticos, Osvaldo. La entereza en las formas y las ganas de piedad al mismo tiempo que demanda Yael (Hannah Ghelman) o el llanto incontenido y abierto, así como su potencia como mujer determinada y sufrida de Martina (Pilar Brú).

Valorar también el riesgo de poner en circulación por parte de su director obras que hablan de la vida cotidiana y que cuentan nuestro hoy. Hacerlo además desde lo posible y abordando los problemas que una sociedad global como la nuestra dan de sí. Mencionar que esta obra ha sido seleccionada a los premios de Teatro Hispano del Comisionado de Nueva York 2016 en seis nominaciones para este 8 de septiembre. Les deseo lo mejor en la Gran Manzana…cuna y “herencia” del buen teatro americano. E.R.