La primera –y única– vez que fui a una corrida de toros quedé impactada. Aquellos momentos en la plaza fueron interminables y todavía me conmociona el recuerdo por ambos: el torero y el toro. Luego, tampoco olvido al público que vitoreaba el espectáculo destacando aquí, la osadía de todo lo que rodea esta exhibición.
La primera semana del mes decembrino estuvo colmada de ferias de arte en Miami. La época más importante de la ciudad a la hora de mostrarnos el acontecer nacional e internacional, en cuanto a esta industria y quienes tuvimos oportunidad de acercarnos, pues no lo dudamos. Pero, las verdades esenciales solo las manejan los más involucrados: galeristas, vendedores, coleccionistas, artistas y otros más. Nosotros, los visitantes solo pudimos ver cierta arista de la feria y aquí dejaré tan solo algunos rasgos que atraparon mi atención, sin mencionar a todos los creadores, pues tendría que disponer más espacio del que puedo en esta reseña.
Momentos de triunfo, quietud o resignación, son acciones vitales que pudimos percibir en algunas obras y en la feria. Obras que sublimando lo mundano, el absurdo, las pasiones y hasta la concientización ambiental, se presentaron dentro de espacios delimitados o superficies seleccionadas, para que cada creador pudiera exteriorizar su punto de vista, utilizando libremente los materiales que tenía a su disposición. La vibrante escena artística invadió estos espacios para dar a conocer pensamientos acerca de cualquier tema o intercambio de ideas. Cubismo, abstracción, realismo, hiperrealismo, arte pop, fotografía, conceptualismo, instalaciones, escultura, textiles, arte textual, arte efímero y otras corrientes artísticas, estuvieron representadas en estas ferias.
En estas pocas letras transmito lo que llamó mi atención en la mayoría de las ferias de este año 2024, lo que percibí y/o pude darme cuenta en mi recorrido, aunque confieso: fue una semana tan extenuante que al final de la faena, la embriaguez me inundó hasta el punto de querer llegar a casa y ver sólo paredes blancas.
Hilados sobre pintura. Tejidos figurativos, hebras y encajes. Fibra natural y acrílicos. Las obras textiles empiezan a devenirse en collages más elaborados, con apropiaciones de otros componentes, incluso obras tejidas con elementos no textiles, dando la sensación de querer abrirse paso hacia fronteras diversas en cuanto a estructuras, dimensiones y referencia material. El algodón y telas que anteriormente fueron vestimentas, ahora se apoderan del concepto creador, convirtiéndose en capas y estolas que dan otro sentido en cada combinación.
Sagrarios. Aunque no nos percatemos de ello, los seres humanos tenemos tendencia a glorificar de una u otra manera nuestros deseos y preferencias sobre antepasados, familia incluso objetos cotidianos y acciones. Pues bien, esta necesidad de pertenencia se ha dado cita en las ferias con altares de diferentes formatos, idealizando la veneración como parte de la idiosincrasia del ser humano. Pude observar piezas de collage e instalaciones con este concepto, ampliando así la visión de cuán diversos podemos ser al reverenciar ciertos hechos o ideas.
Figuración humana. Mas que la figura animal –sin obviarla– la forma femenina está más presente y esto a mi parecer, por muchos motivos, como por ejemplo los movimientos feministas, el empoderamiento de la mujer y su presencia en estratos sociales donde antes era completamente ignorada. La mujer es presentada al público, no sólo como la figura hermosa e idealizada, ahora tiende a comunicar pensamientos mediante poses, referencias, incluso ciertos elementos que la rodean deciden el rol que desempeña frente al espectador que la esté observando, sin olvidar la sutileza de sus rasgos.
Por otro lado, la figura humana también es deshumanizada y distorsionada hasta convertirla en hombre-objeto, hombre-animal, logrando representarse incluso en estado catastrófico y hasta esquelética, cuando no alcanzamos a descifrar más allá de un cuerpo en acción. En algunas de estas piezas aparece nuevamente el collage, haciendo alarde de cuánto se logra al combinar los elementos.
Poesía visual y arte textual. Aunque son conceptos diferentes, pude observar en muchos espacios que las obras con unidades escritas en cualquier idioma, incluso simples abecedarios hicieron el eco de las ideas de sus creadores. Es imprescindible reconocer que la comunicación es la base de toda creación. El artista ahora rompe esquemas y no solo se limita a la obra pictórica, se defiende y la sustenta con palabras para no dejar dudas acerca de lo que desea expresar. Lo mismo ocurre cuando observamos la poesía visual que también es escultura, donde el espacio toma formas y las formas se pueden interpretar en sentidos diferentes, y en estas interpretaciones debemos mencionar el uso de materiales descartables convertidos ahora en un episodio destinado al arte. Pero ¡ojo!, con esto el artista debe tener cuidado puesto que hemos de suponer que una pieza de arte debería ser perdurable o dejar constancia de que existió.
En todo este mar de arte y creatividad, no podemos dejar de mencionar el performance de algunos asistentes que como todos los años nos distraen con un desfile de colores, posturas y creatividad a la hora de caminar por los pasillos de las ferias. Creo que mi amigo Eduard Reboll debió darse gusto tomando fotos, aunque solo fueran en blanco y negro.
Dejo aquí algunas tomas, desde mi celular de obras que llamaron mi atención y que podrían argumentar esta reseña, no sin antes aclarar que fueron muchas obras de creadores, en su mayoría de Europa y Estados Unidos, sin olvidar otros continentes. También confieso que no todo lo que vi fue de mi agrado, pero admito íntegramente que cada creador visual u de otra forma de expresión artística que se enfrenta al público, merece y tiene todo mi respeto. Nada más difícil que salir al ruedo y enfrentar al toro y viceversa salir al ruedo y enfrentar al torero.
Gloria MiládelaRoca
