Justificación de la lluvia
Llueve porque el agua se ha orquestado para llover
Llueve por complicidad
Llueve hasta que nada ponga resistencia
y el agua encuentre su camino hacia a la mar
Llueve por necesidad de la lluvia
por complicidad de los elementos
Llueve por complacer a los que venían pidiendo que lloviera
Llueve porque hemos deseado abiertamente y en secreto el fin del mundo
Llueve por incontinencia divina
Llueve porque la lluvia quizás tenga algo que decir
Llueve hasta la desnudez
Llueve por la urgencia de llover
Llueve por oficio evolutivo
Llueve de una manera irresistible
Llueve con o sin palabras
Llueve para probar la santidad de la lluvia
Llueve por ejemplo
Por castigo
Llueve hasta el cansancio y el aburrimiento
la locura y el suicidio
Llueve por tristeza y pesadumbre
Llueve por que el dios de la lluvia ha muerto
y su cadáver llora sobre la Tierra
Llueve por arrepentimiento, por pesar
por liberar el agua de las presas
Llueve por complicidad elemental
Llueve a toda hora y sin pausa
Llueve por equilibrio
Llueve porque el agua es ley
Entonces llueve por obediencia
por expiación de culpa
para acallar voces
para ablandar la brea y agrietar el pavimento
y abrirle paso a la simiente
Llueve porque el origen de la vida está en la lluvia
Llueve por cerrar el ciclo del agua
Llueve por una sinceridad manifiesta
para igualar posiciones
ya que la lluvia es apocalíptica
monárquica y divina.
Reloj de arena
El tiempo es agua que se recoge con las manos
es un rio invisible que desemboca en la sangre
es una flecha que nos atraviesa en silencio.
el tiempo es sístole y diástole de estrellas
es un camino del trópico en las noches sin luna
el tiempo es una figura retórica que pertenece al pasado
epifanía de nubes en las tardes sin nombre.
el tiempo es el turista que asiste a la extinción de la lengua
es la ola que rompe en la arena, ahí donde cada gota, cada liquen
cuenta en el rosario de la vida.
De vuelta al gallinero
El corral no tiene quien le escriba
Nadie encuentra la puerta de salida
Los agnósticos forjan cigarrillos con los salmos bíblicos
Los creyentes se arrojan por la borda, buscando el perdón apocalíptico
Leonardo DiCaprio lee Los Premios de Cortázar
Mientras sopla el velamen de la muerte
Un cristo redentor, camina sobra las aguas cloradas de una alberca cuneiforme
Los marineros se entregan al saqueo, al chantaje
Las lenguas se confunden
En tierra esperan los cadáveres que nunca arribarán
Los muertos en el mar son “enterrados” en el mar mismo
Nadie llora a sus muertos
La diversión es prioritaria
Los viajes continúan, llevando de un lado a otro la malaria
Se oye un disparo
El capitán se suicida
Flota como una ola de espuma blanca sobre el mar
Las noticias echan leña en el caldero de la desesperación.
Piedad, piedad, piedad para los aburridos
Piedad para los impíos, piedad con los desesperados
Piedad para aquellos que obtuvieron el éxito efímero
Las acciones al sube y baja
Para qué seguir buscando en el mar falsas ilusiones
colmenas turísticas
Alimentos congelados desde la primera salida
© All rights reserved Camilo Barquett.
Camilo Barquett. De abuelo cubano y padres mexicanos, nació en la península de Yucatán. En los años ochenta fue socio fundador de la librería Allegro Books.