Bautizado con el nombre de Inocencio Menguado, a veces él no sabía si vagaba en mundo real o por el contrario se encontraba sumido en uno virtual debido a la difusión de los límites que separaban a ambos, a su interrelación e influencia mutua. Cada día se apoyaba más y más en la virtualidad para subsistir en su realidad. La posibilidad de ser en potencia le aliviaba, lo compensaba, aunque no fuera real.
El mundo virtual, significaba un reto a su capacidad creativa, a la meditación de quién era y a dónde había llegado al interactuar con su entorno. La búsqueda de lo deseado, la curiosidad intelectual estimulaba su inventiva, su pensamiento original. De esta forma se eliminaba la frontera entre lo real e irreal, estableciéndose una nueva relación entre las coordenadas de espacio y de tiempo, mediante la realidad virtual. Al superar las barreras espaciotemporales la virtualidad permitía un entorno en que el volumen y posibilidades de la información y la comunicación presentaban perspectivas incalculables para él.
Se adentró gradualmente en los diferentes niveles de virtualidad en su relación con la dimensión bidimensional/tridimensional y su relación de semejanza con la realidad, a partir de aspectos imaginarios. Sin darse cuenta se fue asumiendo como un ser puramente virtual aislándose de lo real para modificar sus imperfecciones tanto físicas como mentales, la irrealidad lo absorbió por completo.
Creó una inmensa red de múltiples amistades y personalidades virtuales a nivel internacional, incluso con civilizaciones anteriores; viajó a países y planetas desconocidos como piloto y astronauta virtual; realizó estudios en universidades élites mediante la enseñanza a distancia en las distintas disciplinas del conocimiento. Fue protagonista de importantes eventos, aventuras, deportes y producción artística mediante los videos juegos masivos, reconstruyendo su propia identidad.
Se obsesionó en lograr una armonía, erradicar la injusticia y las miserias humanas en el mundo real y murió de inanición espiritual alimentándose de un entorno artificial.
Rolando Lorié Rodríguez. Nacido en La Habana Cuba, el 23 de marzo de 1950, casado y con dos hijos, reside en Miami Florida desde 1994, graduado de Licenciado en Psicología en la Universidad de La Habana en 1974 y de Asociado en Enfermería en la Universidad del Sagrado Corazón en San Juan Puerto Rico en 2011. Publicó los libros “La Solución está en tú Mente” en mayo/2011 mediante www lulu.com y “La Sangre Llama” junio/2013 por la editorial Voces de Hoy, en este libro se incluye el cuento “Fonso el de Jarubí” que fue finalista en el I Concurso Internacional de Cuento Breve “Cada loco con su tema” convocado por Grupo Editorial Benma, S.A. de C.V. (junio de 2012- febrero de 2013) México y forma parte de la Antología publicada en julio/2013. Colabora con las revistas Entre Líneas (Miami,Fl) y Cuba Nuestra (Suecia)
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