Hace unos meses, mientras acontecía Art Basel Miami, una de las más importantes ferias de arte, tuve el placer de encontrarme frente a la obra de una creadora multidisciplinaria, a quien ya había advertido anteriormente en las redes sociales, no solamente porque su obra es notoria, también el mensaje en sus diferentes puntos me es afín y su vanguardia hace que una sienta esa aproximación con su propuesta.
No solo es un trabajo al que en estas líneas me dedico por la artista, también es por muchas de nosotras las mujeres, a quienes en un mismo espacio puedo identificar con el proyecto de Ángeles Agrela.
Para esta reseña me he fijado en sus lienzos que, sin importar las dimensiones del formato y utilizando técnicas mixtas que incluyen los acrílicos y lápices, emprende la creadora el esbozo de miradas claras y rostros maquillados delicadamente, los cuales entrarán en conjunción con cada uno de los elementos plasmados en el desplegado blanco que estaría frente a la artista, resaltando las cabelleras de forma exagerada.
En estas piezas, cada personaje —que siempre son sujetos femeninos— permanece anudado, atrapado en la red de su propia melena, aunque esta se denote como algo decorativo.
Y es, en esta apariencia exaltada de lucir las cabelleras, donde encuentro el significado que da la creadora, a cada fémina que ella presenta. Cada estilo aunado a las facciones, produce ciertas percepciones acerca de cómo serían los sentimientos o las sensaciones de cada modelo, en el instante que ha representado.
Trenzas, moños y peinados extravagantes. Vestuario psicodélico y un fondo que actúa de forma plana son los elementos que soportarán cada una de las apacibles facciones femeninas, y darán carácter a la composición, conquistando el enfoque del espectador y su concentración en la brillantez de la paleta utilizada por la artista, con una descarga fosforescente en cada uno de sus trazos.
Los peinados que rodean estos rostros, resultan en un pesado recuadro. La expresión restringida de la modelo es ciertamente elocuente, aunque nuestra primera impresión será la de percibir una joven con mirada apacible. Detenerse y buscar mas allá de lo modesto, será el compromiso del espectador con cada pieza observada dentro estos sofocantes peinados, que serán la clave para descifrar el mensaje que realmente sobreviene. En estas mujeres, la sonrisa esta ausente. A cambio de las mismas, encontramos algunas miradas de tristeza, angustia, reclamo u opresión y labios que no responden a la palabra.
Aparte de estas gloriosas facciones, podemos advertir la meticulosa vestimenta dibujada en cada pieza. La artista se ha esmerado en detallar todo el ropaje. El cuello alto de la blusa de cada prenda queda resaltado, que igualmente confirma una formalidad y decoro desmedidos, en contraste con los estampados ostentosos de la blusa o vestido. Mas allá de una porción del rostro, es casi imposible encontrar una muestra del resto corporal.
También es un elemento de importancia el fondo en que se desarrolla cada pieza, que a mi parecer es lo que decide el tiempo que envuelve la escena y, tratando de predecir, intuyo que en algunas es de noche, una fiesta o reunión o tiene la dama delante de sí, algún superior o simplemente se ha visto obligada a servir el té.
Nosotras, en nuestra vida diaria también nos hemos sentido coaccionadas. En muchas ocasiones, esa retención de no poder expresarnos y/o expresar lo que verdaderamente deseamos, dificulta el empoderamiento femenino en un mundo utópicamente igualitario. Todavía vemos cómo la sociedad actual veta actuaciones y actitudes que no siempre aportan al crecimiento emocional ni social de la mujer.
Por otro lado, y apreciando a la creadora en su fascinación por las cabelleras, me pregunto: ¿alguna vez tomará en cuenta personajes de cabellera blanca o a tonos de negro y blanco? ¿en estas piezas, cuál es un autorretrato?
Gloria MiládelaRoca
Contacto con la artista:
Ángeles Agrela
https://studioap.es/angelesagrela
Instagram: @angelesagrela
angelesagrela@gmail.com