Ignorar la noche es imposible
mirarse en dirección a su apetito
no mirar
decirle en las fisuras de la voz
que triture su pulpa en los excesos
a cambio
entregarle el sueño
como resuelto cuchillo
sin respirar su eterno
y humano
cráneo de animal
imposible no tragar
hasta el espanto de su sombra
dominar la náusea de su huésped
construirle el lecho en un puñado de paja
una mentira
una losa de luz
someter su alma a mi cuerpo por un hilo
no pronunciar su destierro
donde todo se apaga
y se ilumina
Me pregunto
si esta posición peligrosa
esta prueba del infierno
lo ha disuelto todo
Quizá deba apresurarme
al cruzar una calle
pueda girarme en la puerta
con el impulso circular
ante el bullicio del Metro
La hora cierra las vitrinas
de esta ciudad sin aire
La noche abre su sexo
como el suicidio ante el amor
Esquivo apenas la mirada
que me acusa
mísera, ridícula, lamentable
¿Acaso he prolongado esta muerte
como un disco que gira
con demasiada rapidez?
Hoy es noche para morir
quedarse en vela por las plazas
Ver pasar los ojos ciegos
de los otros
en sus caminos anegados
Merodear las miserias
como ciudad ajena que nos mira
Hoy es tiempo para encerrarse en el azoro
arrastrar ventanas o fantasmas
liquidar el pan el grito
las heridas
Palpar la espesura de los árboles
-fulgor de ceniza en sus adentros-
Buscar lejanías en la cruenta llovizna
Hoy es noche para morir
calaré su brisa agonizante
La oscuridad permanecerá
como vientre afilado
en este frío sol que me padece
Arrastro las antiguas derrotas
y las alineo al borde de la mesa
escribo
decanto en mis papeles
aúlla el frío en las fronteras de mis ojos
ya no creo en la virtud de los profetas
sus columpios de tinta
sus vestidos
un país huye de mis manos
sigue a la noche
ardiendo en sus continuas señales
vuelvo al sueño
siempre al sueño
y mi padre esconde
-en sus bolsillos macerados-
las astillas de su aroma
Vierte luz
tu claridad en mi respuesta
que la salvación exista
que me celebre y agite
como celebra mi sangre
que tiriten mis uñas
en tu vientre, tus costillas
que me agite el silencio
en el nombre embriagado
afuera el sol enfermo
oculta sus frutos
sus insectos
y gusanos
le invade la malicia
y la maleza
yo prefiero mis nostalgias
el canto de los mirlos
Vierte noche
y desata la fuga de mis ojos
furia de mis muertos
Aún conozco el mediodía
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De Papeles nocturnos. (2016). Publicación Colección 2alas. El Ángel Editor. Quito, Ecuador
© All rights reserved Liyanis Gonzáelz Padrón
LIYANIS GONZÁLEZ PADRÓN. Nació en Pinar del Río, Cuba en 1971 y reside en Ecuador por veinte años. Actualmente es profesora de Literatura en el Colegio Americano de Quito, y se desempeña como autora de textos editoriales y examinadora académica del Programa de Diploma para el Bachillerato Internacional. Ha colaborado con periódicos de poesía y editoriales de Ecuador y Cuba. Ha participado en eventos poéticos: Poesía entre mujeres, Biblioteca FLACSO (Ecuador 2011), Recital Internacional de jóvenes poetas, Universidad Salesiana de Guayaquil (Ecuador 2012); entre otros. Hasta el momento tiene publicados los poemarios: Estaciones de sombra (2005), Cofre de alquimias (2008), Cambios de nombre (2012) y Papeles nocturnos (2016). Algunos de sus textos aparecen en revistas culturales en Cuba, Chile, Ecuador, Estados Unidos, México y España. Poemas suyos han sido publicados en las antologías extranjeras: Cascada de Flores, poetas hispanoamericanos, Chile 2008, V Festival Internacional de Poesía Joven Ileana Espinel Cedeño, Ecuador 2012, Poesía en Paralelo Cero, Ecuador 2013, y Nueva Poesía Hispanoamericana del Siglo XXI, España 2016.