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Octubre 2020

HALLARSE EN EL BOSQUE. Obra plástica de Merlina Acevedo. Gloria MiládelaRoca

Llegó la hora de plasmar en papel esta reseña y recordé, según me dicen, que no debo escribir acerca de mí; no obstante, cierta afinidad con la obra o su creador, será siempre el punto de partida y encuentro de estas u otras reseñas.

Una tarde de lluvia, en la soledad de mi jardín, que también es mi santuario, encontré unos bosques.  Al ver estas imágenes, me embargó cierta sensación de soledad, pero también de sosiego; y me alegré por eso y por la esperanza de que la artista sintiera lo mismo a la hora de la ejecución de estas obras. Desde hace un tiempo, casualmente he visto el talento de la autora de estas obras y sé de su éxito tanto en fotografía como en otras disciplinas, así la asombrosa facilidad que tiene con los palíndromos.

Me cautivó la expresión y los pensamientos, que podría tener ella, y la imaginé justo al momento de lanzar sus trazos, todos o casi todos extremadamente coloridos, sobre la virginidad de una tela blanca cuidadosamente colocada a sus pies o frente a sí. Las florestas de Merlina Acevedo.

Cada una de las piezas es una invitación a recorrer visualmente un entramado de juncos, casi impenetrables y un buscar la sombra que proyecten sus ramas. La tonalidad repetitiva en las hojas va hermanada, de manera casi convulsa, una a la otra y de un tallo al siguiente, dentro de un abstraccionismo que enciende la mirada del espectador por su elocuencia en la coloración.

Poniendo atención, encontramos en cada tela el eco de sus versos, de sus soledades y su forma de pensar. Percibimos el roce de los dedos de la artista en aquellas hojas de sangre viva, orgánica, moviéndose sobre el lienzo, una y otra vez por los bordes vegetales que allí se van formando, en esa naturaleza cambiante ante nuestros ojos. Indudablemente, podemos reconocer que cada pétalo y cada hoja, resumidos allí, son parte de un mismo ser poético viviendo inmerso en su mundo muy particular.

Alas y aves. Las sombras de la luna, del sol. Una dama o una niña, escondida y protegida, en su refugio secreto. Manglares bañados de sal. Todas estas imágenes, que nacen en su obra poética, están plasmadas de forma certera, aunque no evidente, en cada una de estas piezas y las historias que en ellas describe la artista, vienen inundadas de este imaginario. Seguramente, florecen desde su interior, cuando le sobreviene algún evento, que la afecta en su crecimiento emocional y espiritual.

¿Por qué esta creadora escribe, dibuja y compone y, en nuestro interés primordial, que es su acción visual, realiza su trabajo sensorial con un estilo palpitante, que llega a sentirse incluso turbulento? La respuesta solo puede hallarse, cuando asimilamos las propuestas que la artista nos ofrece desde su amplio repertorio: cuando descubrimos cada una de las capas de color en las que ella misma se ha envuelto, desde su santuario.

La obra de Merlina Acevedo, es como un acertijo. Pudiera ser que ella nos esté invitando a interpretarla, en estos espacios tan suyos, a entrar en esas arboledas y buscar en ellas el refugio de su niña perdida, o precisar el punto cardinal donde nace el sol o se esconde la luna. En estos parajes ella deja su propio testimonio a color, de cada uno de sus palíndromos y aforismos, como este, escrito en uno de sus momentos de creación pictórica:

¿Son amor o manos?

 

Gloria MiládelaRoca

Contacto con la artista:

Merlina Acevedo

merlina.adams.mx@gmail.com

https://www.instagram.com/merlinaacevedo/

"Cada una de las piezas es una invitación a recorrer visualmente un entramado de juncos, casi impenetrables y un buscar la sombra que proyecten sus ramas" . Buena observación donde coincido ...I miss you.

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