Cuando el collage se convierte en una tesis.
Esta exposición la componen tres partes: una video-instalación, varias impresiones en tinta de inyección sobre acetato, y unos collages de su serie Guided Tour. Sin menoscabo de las dos anteriores, me he sentido muy identificado de poner atención es este último apartado, a mi entender, independiente y con discurso propio, aunque complementario en su puesta en escena final de Apply it to this side, curada con inteligencia y con gran conocimientos de los caminos de la artista, por José Antonio Navarrete.
Tomar un libro de historia del arte y omitir deliberadamente “el arte del otro” en casi su totalidad en la página donde se muestra es, en apariencia, la lectura que uno se pudiera forjarse a simple vista. Una lectura demasiado acomodada y fácil que escondería todo un trabajo de tesis serio sobre esta serie de collages. Angela Valella, deja “respirar” en sus obras, pequeños trazos que, a veces, se convierten en: Ventanas o quicios con formas geométricas. Retales de ropa añadidos a una superficie blanca. Cortes rectilíneos y estilizados de una imagen fotográfica. O persianas ciegas y níveas dónde solo se abre una de sus láminas horizontales para dejar entrever un pedazo de la obra que esconde un artista reconocido.
Jugar con los juegos – vaya aquí el énfasis por añadido- que quizás emprendieron otros y que la artista, de una forma nítida, utilizando el blanco del papel como protector de lo que no quiere que veamos, nos ofrece junto a otras propuestas en video, On being slightly suspicious, en Artmedia Gallery hasta el 1 de septiembre de 2013
Su trabajo nos lleva a varias preguntas a la hora de cómo aborda esta técnica. Y es que… no es lo mismo recortar un mondrian en varias partes y añadir algunas de ellas al libre albedrío en una superficie, que agarrar un mondrian y cubrirlo con una sábana blanca, en este caso una hoja de papel , y rajarla inteligentemente hasta intuir, en sus pequeños fragmentos abiertos, quién o qué se esconde tras ella.
En algunos casos por mucho que los “protega” uno percibe a Leger y a otros artistas memorables. Esta experimentación muy ligada a mi entender a la escuela Bauhaus que unió a Kandinsky y a Paul Klee en el aula, en busca de nuevos caminos en el lenguaje del arte, permite a Ángela no solo el disfrute plástico en su quehacer y en la búsqueda de nuevos discursos, sino también brindar un homenaje –crítico o no, lo desconozco- a los maestros que de alguna manera iniciaron el camino formal en el lienzo, la fotografía, el propio diseño industrial o la arquitectura . Sus piezas tienen este aire ligado a la “artesanía” y al mismo tiempo son un ejercicio de arte y ensayo muy… pero que muy interesantes.
Si como decían en la época de Walter Gropius en el ya clásico aforismo “ La forma sigue a la función”, el trabajo de Ángela Valella per-sigue la pregunta o la curiosidad de saber “qué pasa al final”. Búsqueda necesaria e indispensable que todo artista plástico debe plantearse si quiere dejar huella en la época y espacio que ha habitado antes que recrearse en la estética última. Los resultados que observo son dignos de estudio . ER