Teatro Artefactus Project. Autor. Matías Montes Huidobro. Director Eddy Souza. Elenco. Daisy Fontao, Belkis Proenza. Escenografía Carlos Artime. Fotografía Alfredo Armas.
Lo lóbrego en el ser humano, el papel del olvido, el hundimiento moral de una familia y un país, la represión contra el pueblo, la duplicidad de personalidades que te obliga el delirio, la rebeldía, o los propios secretos guardados que necesitan urgentemente un “Ahora las ventanas quedarán abiertas” dice la hija protagonista al final e la obra, son los temas fundamentales de Gas en los poros.
Obra profundamente política y universal del cubano Matías Montes Huidobro que con esta puesta en escena su director Eddy Souza quiere conmemorar su estreno en 1961, momentos antes que él partiera hacia el exilio.
La sinopsis
El recuerdo de lo que representó una noche de quebrantamiento y abuso a la población bajo la omertá pactada del ministro, el general, y el jefe de la policía del país enfrentan a una madre y una hija por el papel que la primera asumió en los hechos siendo ella una niña.
En una sala de comedor y bajo la luz tétrica de unas pocas velas, se ubicará una escena que recordará desde la alucinación aquel sótano donde ocurrieron los crímenes. Una infinidad de botellas de vino hablarán de la necesidad de abordar el recuerdo sin el dolor implícito del suceso. Un metrónomo agudizará la ansiedad del relato desde el diálogo. Un lavamanos permitirá a la madre fungir de Pilatos “yo solo les alquilé el local”. Un par de espejos de pared servirán para no ocultar los verdaderos rostros ante lo evidente. Y un cigarrillo… el desespero que la angustia produce el recordar aquellos crímenes bajo la ambivalencia de la culpa. Una muestra clara del dominio del oficio de Eddy Souza a la hora de mover los hilos de una magnífica puesta en escena junto a la mano inteligente y sigilosa de Carlos Artime en la escenografía.
Con la ascensión que necesita una narrativa como ésta, Daisy Fontao llega como madre a cotas sublimes en el drama mientras que Belkis la cerca excelentemente en su duelo con registros variados que van, desde el recuerdo de lo ocurrido hasta la escenificación de los propios asesinos que participaron en una orgía de horror y muerte en aquel subterráneo.
Los crímenes que se cometen desde cualquier poder abusivo sea desde una dictadura, como hizo Pablo Trapero en la película El Clan 2015 con el régimen militar argentino, Daría Fo en La muerte accidental de un anarquista, o el propio autor con esta obra con suceso en tiempos de la república de Cuba, son textos que, hoy más que nunca, hay que ponerlos en la palestra para que las generaciones de ahora no olviden el pasado de un continente que ha vivido el terror humano en cualquier lado ideológico del mapa político. ER