El otoño y su variedad de significados
Dirección Aki Kaurismäki. Año 2023. País. Finlandia. Duración 81 minutos. Guión. Aki Kaurismäki. Fotografía. Timo Salminen. Reparto Alma Poisty. Jussi Vatanen. Anna Karjalainen. Kaisa Karjalainen. Alina Tomnikov. Janne Hyytianinen.
Sinopsis. Ansa es soltera y vive en Helsinki. Trabaja con un contrato de cero horas en un supermercado, abasteciendo los estantes; luego clasifica el plástico reciclable. Una noche se encuentra accidentalmente con el igualmente solitario trabajador Holappa, un alcohólico. Contra todo pronóstico y malentendidos, intentan construir una relación. Como resultado, Holappa logra controlar su adicción al alcohol. (FILMAFFINITY) https://www.filmaffinity.com/es/film763381.html
Un supermercado, en un arranque fílmico donde una trabajadora – Ansa– ordena y recoge los productos caducados para depositarlos en un contenedor es una gran metáfora en su inicio, de lo que será el tema esencial de este film; el amor. Es decir, habrá que buscar un nuevo género amatorio entre dos infortunados proletarios; nunca mejor dicho.
Un afecto mútuo, detenido en un tiempo que tiene por nombre 2022. Aislado de los tópicos del piel a piel, la pasión desparramada o la estupidez de un “te quiero” labio a labio. Sin hacer un spoiler, aclarar que besos: no hay. ¿Lugar? Helsinki. Donde el aparente absentismo humano de sus calles mohosas, un club nocturno de viejos y viejas soñadoras, una sala clásica de cine, y el apartamento de ella, serán, mayoritariamente, los sets de la filmación.
El allanamiento de Ucrania y sus bombardeos por parte de Putin residirán como telón de fondo en la radio de su casa, junto al alcohol blanco de un obrero – Holappa– despedido de la empresa por su condición de alcohólico. Sin más casa, que la litera del lugar de trabajo donde acude a diario, mientras abre su botellita de wodka para poder seguir en el aquí-y-el ahora su quehacer con un nuevo amor.
Un cariño, sin más traducción simbólica, que lo que permite que dos iris se dirijan a las pupilas del otro en cualquier paraje urbano. Mientras en la mesa de su apartamento, cenan juntos cara a cara. O cuando aparecen sentados codo con codo, en un sofá, en el asiento de un cine de barrio.
“¿Te acuerdas cuando cantaste karaoke?” Le dice Holappa a su compañero en el club nocturno “Había dos mujeres. Luego, quedé con la más bajita. Y un poco más y nos casamos. ¿Y por qué no lo hiciste?” Le contesta el amigo. Detrás de su figura, le protege el póster de Rocco y sus hermanos de Luchino Visconti. “Porqué perdí su número de teléfono”.
Aviso: este diálogo no se produce bajo la ironía o el chiste pueril, sino desde la verdad natural de un sujeto que habla como siente.
Fallen Leaves es un homenaje, nunca mejor dicho, al otoño en todas sus variantes naturales, humanas, literarias y visuales. Una estación simbólica donde el viento hace viajar a las hojas en las aceras y regresar al amor. Una fotografía de una edad donde los sujetos anhelan cualquier substancia o emoción. El deseo y la pérdida, por poner un ejemplo. El otoño como ausencia o silencio previo. Infinitas miradas. Como distancia o reflexión en espera. Igual que un camino hacia un nosédonde, aunque sea con muletas para dirigirse a tu propio invierno.
Desde un grácil humor azabache y con diálogos bajo una aparente sentencia natural -…a veces, desde la seriedad- uno rompe al principio con una sonrisa. Y a medida que avanza la “tragedia”, con una carcajada que permite no retirarte de la trama por los guiños a la historia del cine y sus creadores.
En su última etapa, y con un final que poco importa que sea predecible en su intención, la poética del humor te traslada a uno de los grandes films que él admira: Luces de ciudad de Charles Chaplin.
Ustedes dirán.
Para mí, una de las piezas cinematográficas del año que le hemos dicho adiós. Y como dicen sus actores protagonistas Alma Pöysti y Jussi Vatanen en una pieza grabada antes que empiece la película: “ Si les gusta recomiéndesela a sus seres queridos. Muchas gracias” ER
Trailer. Fallen Leaves. https://dai.ly/x8px8eb