a Zingonia Zingone
Uno puede nacer bajo una raíz específica y al cabo de unos años crecer en otro jardín. Cambiar su lengua materna y adoptar la que el nuevo país te ofrece. Pues bien, éstos son los inicios de Neni Salvini. Nació en Carrara 1924 (Italia) y al cabo de tres años se traslada a Río de Janeiro por razones familiares. Crece en Brasil, ejerce de profesora de Literatura en la universidad de Santa Úrsula y escribe sus dos primeros poemarios: Del mar lejano (1951) y Campanas de Arena (1956). Su relación con el paisajista Fernando Tabora la traslada en 1962 hacia Venezuela y allá convive con su familia y “sus poemas guardados en la gaveta de su escritorio”. Desde 2013 está viviendo en Barcelona con su hija Carla. Un día, el poeta y editor colombiano Juan Pablo Roa, decide rescatar su lírica y publicar en su editorial, animal sospechoso, aquellos “años de silencio” según palabras de la autora.
Ante nosotros… eran sólo para lo oculto de la ausencia.
Un libro que surge a partir del segundo poemario, Campanas de Arena, y que se suman a esta edición, los poemas no publicados hasta hoy.
En verdad me arrancaría
así de fácil la piel me dejaría
en carne viva, tiene sonido de ardor
este gesto, pero sería solo así la comprensión
de la ausencia en el diario acontecer
/… /
Este inicio del verso en la sección de “Últimos poemas”, muestra la tónica y fortaleza que puede tener la voz poética. Un silencio guardado que hace un recorrido por los recovecos de su niñez sin olvidar la naturaleza como espejo.
La metáfora del espejo en su reflexión existencial o en busca de identidad. La pérdida de la imagen inicial a través del tiempo; el cambio que deja el rostro o el modo de pensar. Todo un pequeño resumen que guarda en esta sección un compendio más cercano a lo vivido “en carne viva” que a la anécdota bajo la memoria. Un honor a la “palabra”, término a menudo frecuente en sus versos.
Infancia es brazo abierto
en el horizonte mar
en el ir y venir de la ola
pasos de concha partida
Infancia es perfume
verde gris de alga
camino encontrado
canto de estrella
En su libro Campanas de arena 1956, el paisaje, posiblemente debido a la profesión de su esposo como diseñador del mismo en su profesión de arquitecto, es un elemento clave en sus versos. Entre ellos el que ofrece el mar y su fauna marina. La arena y su pie enterrado en ella. La lágrima. El brío que da la ola mientras contempla el burbujeo de su espuma. La relación que establece con su silencio. La luna como reflejo de sí. La necesidad del agua como cuerpo en su cuerpo. El tacto del líquido en su figura. La lluvia…la muerte como entrega a un océano.
Nadie fue a mi entierro
no se supo
que mi alma había muerto
en una noche de luna
junto al mar
/… /
Como muy bien dice el subtítulo del libro… “Poesía reencontrada”. ER