Este Verano tuve la fortuna de asistir (gracias a la invitación de Alberto Chimal) a la presentación del libro “El último espejo” de Erika Mergruen.
Este libro pertenece a la colección de microrrelatos “Hormiga Iracunda” que edita Posdata Editores.
En Nagari siempre hemos sido entusiastas del microrrelato y este libro de Erika Mergruen es sin duda una lectura obligada para los amantes del género.
Cada texto es una pequeña joya que se contiene en si misma y el libro puede leerse como ejercicio bibliomántico (tal como lo sugirió Alberto Chimal durante la presentación) o bien en la secuencia tradicional.
Los relatos toman como base los libros de Alicia en el País de las Maravillas y A través del espejo de Lewis Carroll, así como elementos del Tarot.
Mi segunda lectura (porque claro este libro es para leerse y releerse como toda buena literatura que se precie de serlo) la realicé alternando el primer texto y el último. Cada relato es una carta del Tarot por lo cual cada uno tiene su posición invertida.
Este juego que realiza Erika Mergruen nos muestra otro rostro, acaso el que pretendemos ocultar detrás de la imagen que reflejan los espejos.
Comparto dos (de tantos textos) que captaron mi atención, en este caso invirtiendo la secuencia de mi segunda lectura.
“El Mago (carta invertida)”
“El mago invertido no es otro sino el mismísimo demonio. Quién más desconectaría la tierra del cielo; quién desperdiciaría los dones. El mago invertido corta el arcoiris como si se tratara de un listón.
Así ocurrió esa tarde de verano. El calor del estío lo llevó al límite. Repetía su nombre en la cocina, en la sala, al viento, al fuego de aquél sol de verano. Nadie sabe qué le susurró la Ondina. El horror sobrevino.
Al día siguiente, la niña apareció flotando, azul, en el río. Algunos Lugareños cuentan que ese día vieron a la más dulce de las Ofelias.”
“El Mago”
“Por la tierra han caminado personas que logran abrir portales a otros mundos mediante las palabras más sencillas. Preparan sus escritorios: sobre ellos despliegan el papel, el tintero, las plumas, Llenan con aceite los vientres de las lámparas, y escriben noche y día. Trazan “Árbol”, y un estruendo surge de debajo de la tierra y estalla en verde follaje y ramas que mecen sus frutos coloridos. Trazan “Conejo”, y de un sombrero imaginario, salta el animal, sube y baja, desordena los escritos y sale por la puerta en busca de una niña que se llama Alicia.
Algunos le llaman prestidigitadores del lenguaje, otros los nombran engatusadores de lo irreal. Los iniciados les dicen magos, como aquellos de las historias antiguas que conocían el nombre verdadero de las cosas. Ellos son los hacedora de mundos, los que subliman sus deseos para llegar a ser los amos y señores del País de las Maravillas.”
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