El Poder del Encuentro
La digitalización de los medios, de la comunicación, y de los procesos de intercambio nos ha traido a una nueva dimensión en donde hemos dejado de compartir y de interactuar con otros individuos, aislándonos del verdadero significado de la felicidad: el compartir.
Los encuentros con otros son los que nos transforman. Rodearnos de otros individuos con ideas, costumbres, y aptitudes distintas a las nuestras nos hacen abrir las barreras de nuestro conocimiento y descubir nuevas cosas incluso de nosotros mismos que desconociamos.
Por esto es importante no dejarnos aislar. Fomentar los encuentros es fomentar el arte, la escritura y naturaleza. Ser receptivos a los cambios y a las sensibilidades en otros nos hace crecer. Ir, por ejemplo, a puntos de encuentro como lo son las bibliotecas, los museos y las obras de teatro son una buena forma de cultivar nuestra creatividad.
Los años que estuve viviendo en Buenos Aires solía pasarme los fines de semana andando por los museos y parques. Un recorrido común era ir por toda la Avenida Libertador, con la parada habitual en el MALBA. Ahora que vivo en República Dominicana y viajo con cierta frecuencia a Estados Unidos, puedo dar fé de lo adelantados que están en términos de curaduría en el MALBA. Recuerdo que allá vi la exposición de Yayoi Kusama cuando aun no se escuchaba hablar tanto de ella entre la juventud. Que feliz y armónico es ver las personas en los museos descubriendo colores, desafiando su intelecto con nuevas formas y llevando a sus niños a que conozcan obras. Luego del MALBA paseaba en bicileta por los Bosques de Palermo y regresaba hasta la Feria de Recoleta, en donde se me hizo costumbre comprar un libro cada sábado y leer durante ese día y el siguiente.
Debemos apoyar y fomentar la cultura y las reuniones. Es importante que la juventud se interese en pertenecer a círculos de estudio, en ir a museos y a autodescubrir su verdadera vocación exponiendose a cosas que no hayan experimentado antes.
Recomendación del mes: Investigar sobre la obra de Johnny Bonelly.
The Power in Encounters
The digitalization of media, communication, and exchange processes has brought to a new dimension in which we have stopped interacting with other individuals, depriving ourselves from the true meaning of happiness: sharing.
Spending time with other individuals is what transforms us. Surrounding ourselves with other individuals with ideas, customs, and aptitudes different to ours is what make us open our knowledge barriers and discover new things even about ourselves.
This is why it is important not to isolate ourselves from society. Encouraging encounters is promoting art, writing and nature. Being sensitive to the changes in others makes us grow. Going, for instance, to meeting points such as libraries, museums and plays are a good way to foster our creativity.
The years I spent living in Buenos Aires I would spend the weekends walking through museums and parks. A common route riding my bike down Ave. Libertador, with the usual stop at the MALBA. Now that I live in the Dominican Republic and travel with a certain frequency to the United States, I can attest to the excellent curatorial work of this museum. I remember seeing Yayoi Kusama’s exhibit there far before everyone in Miami and New York was going crazy about the colored dots. How pleasant and harmonious it is to see people in museums discovering colors, defying their intellect with new forms and taking their children to see paintings. After walking through MALBA I would ride for hourse through the Palermo Woods and return to the Recoleta fair, where it became a habbit to buy a book every Saturday and read during that day and the next.
We must support and encourage culture and meetings. It is important for youth to be interested in belonging to study circles, to go to museums and to discover their true calling by exposing themselves to experiences they did not know before before.
Monthly Suggestion: Research the work of Johnny Bonelly.
© All rights reserved Dominique Selman
Dominique Selman es dominicana. Tras haber crecido entre Estados Unidos, Argentina y República Dominicana, regresó a Santo Domingo a trabajar en diversos sectores culturales, de manufactura y exportación en su país. Actualmente dirige su propia empresa de consultoría y manejo de proyectos enfocada al fomento de la creatividad en los negocios a través del uso de colores, fragancias y arte.