B.I. Para conocerte mejor: en pocas palabras ¿Cómo te defines?
N.S. Desde mi microscópico punto de vista, no hay mejor forma de transcurrir por el mundo que alejándose de las etiquetas y de los códigos de barras que nos quieren imponer para entrar al mercado de la vida. “Soy tal, soy cual, me dedico a… ” tonterías. Creo que es muy aburrido saber quién es uno. Creo que fue Cioran quien dijo que “la vida es etérea y fúnebre como el suicidio de una mariposa”. No hay tiempo para buscar definiciones, prefiero militar en cada instante de manera “indefinida” que perder mi vida buscando definirme.
B.I. Mucho se ha discutido sobre el “talento”, si es innato o es adquirido. Nilton Santiago, ¿Nació poeta, o se hizo poeta?
N.S. Ni lo uno ni lo otro. Creo que para escribir poesía se necesitan los mismos ingredientes que para vivir de manera “consciente”: el inconformismo y la curiosidad. Quizás vivir poéticamente es vivir queriendo asombrarte y eso ya es un talento.
B.I. El primer libro que publicaste fue “El libro de los espejos” en el 2005. ¿Recuerdas cuál fue el primer poema que escribiste?
N.S. Te confieso que no recuerdo el primer verso que escribí y mucho menos el último. Es una sensación algo extraña, pero siento que cada vez que escribo lo hago por primera y última vez.
B.I. Eres un poeta laureado, por así decirlo. Tu poesía ha recibido importantes reconocimientos, como el Premio Internacional de Poesía Joven Fundación Centro de Poesía José Hierro, el XXVII Premio Tiflos de Poesía, el XV Premio Casa de América de Poesía Americana, entre otros. Eso te sirvió –tal vez– de motivación, o, ¿Qué significa un premio literario para ti?
N.S. Los premios no significan nada para la poesía, ella pasa de largo de los trofeos y arroja a las papeleras las medallas. Y ello sucede, precisamente, porque nos enseña que hay otras formas más conscientes de estar en el mundo “oficial” del poder, donde los reconocimientos sí que valen para ponerlos en tu currículum o para que te aplaudan las gracias. A los poetas no les suben el sueldo por ganar un premio. Incluso, si eres un tonto, te pueden volver aún más tonto si se te suben a la cabeza.
B.I. Julio Ramón Ribeyro decía: Hay tres formas de relacionarse con la literatura: vivir de la literatura, vivir con la literatura o vivir para la literatura… En ese sentido, ¿Cuál es tu relación con la poesía?
N.S. Una relación abierta, nos enrollamos con otros sin rencor.
B.I. Vivir tanto tiempo en España; primero en Mallorca y después en Barcelona… ¿Qué tanto ha influenciado esa vivencia en tu obra?
N.S. Creo que no se habita una ciudad, sino la soledad de sus gentes… así que, quizás, más bien poco. O mucho, no sé.
B.I. Si hubieras decidido quedarte a vivir en el Perú ¿Crees que hubieras alcanzado todo lo que has logrado hasta hoy?
N.S. Creo que la poesía no tiene nada que ver con acumular reconocimientos, así que me es imposible pensar en logros que se alcanzan aquí o allá, creo que eso es más para los futbolistas ¿no?
B.I. En estos tiempos tan difíciles, dónde el arte y la cultura parecen ser privilegios y dónde la ciencia, la tecnología y el consumismo feroz están invadiendo –de una forma beligerante– a la humanidad, ¿para qué escribir poesía? o, en todo caso ¿en qué ayuda la poesía a la humanidad?
N.S. Más que la ciencia o la tecnología, es la sociedad de consumo la que nos ha secuestrado.
Ahora; la cultura no es ningún privilegio, es un derecho al que nos enseñan a renunciar desde niños para deshumanizarnos: cualquier biblioteca tiene un ejemplar del Don Quijote que puedes pedir prestado gratis. Pero los mercados nos quieren alejados de las bibliotecas porque no quieren que tengamos espíritu crítico, porque entonces empezamos a pensar y cuando pensamos somos peligrosos, simplemente porque dejamos de consumir lo que ellos quieren. Créeme que están más que felices cuando ven que nos han reducido a ser simples artefactos que tenemos que recurrir a nuestros teléfonos móviles para intentar entender la vida y sus misterios.
Para esos poderes económicos, la poesía no sirve para nada y ahí radica su trascendencia y especial valor: no se pone de rodillas ante el mercado… aunque ellos la quieran embolsar para que se pueda consumir como unas papas fritas, les es imposible, porque la poesía nos enseña a desobedecer la normalidad, a rebelarnos para ser más humanos y más libres.
B.I. Leí por ahí que estudiaste Derecho y Ciencias Políticas. Y me es inevitable preguntarte algo al respecto ¿Qué afinidad encuentras entre poesía y política?
N.S. La misma afinidad que tienen los pingüinos de Humboldt con el sindicalismo.
B.I. No sé con qué frecuencia visitas el país, creo que estuviste hace unos meses. ¿Cómo viste al Perú después de tiempo?
N.S. El Perú, más que un país, es una emoción indescriptible. Ese lugar real maravilloso donde toda lógica es superada ampliamente por la vida y lo inverosímil. Para mí siempre será ese lugar mágico y nefasto, caótico y maravilloso al que siempre vuelvo. Y, de hecho, voy con mucha frecuencia: cada noche cuando me meto a la cama y cierro los ojos.
B.I. Por último: ¿Qué proyectos vienes desarrollando actualmente?
N.S. ¿Literario? Ninguno. Primero quiero sacarme de una vez por todas el bendito carné de conducir y luego aprender a bucear.