El cine es como un gran cofre que guarda individuales obras de arte, es decir los films, que encierran en sí mismos un lenguaje fascinante pero desconocido por la mayoría, el cual va más allá del idioma y de la historia misma que se quiere contar en el film. El maravilloso lenguaje cinematográfico.
Para los cinéfilos, obviamente, no hay nada más placentero que gozar de una buena película de lo que la historia le ofrece, generalmente se vuelve el protagonista y sufre con él o ella el resto de la trama, todo esto es una consecuencia lógica de lo que nos sucede como espectadores o como lectores cuando leemos un libro. Sin embargo, hay otros elementos que la película ofrece a nuestros sentidos: la belleza de las imágenes, la música, la iluminación, el color, en fin, una serie de componentes que son parte del lenguaje cinematográfico.
Este lenguaje va más allá de lo que el espectador común cree, es un sinfín de significantes y significados que éste desconoce en teoría pero que percibe de manera casi inconsciente. Un film está compuesto por mentes creativas que cuidan cada detalle para que su producto sea una verdadera obra de arte, al menos eso sucede con las películas que por su calidad han pasado a formar parte de la historia del cine.
La cámara son los ojos que captan la realidad que se vive en el film. Pero estos ojos, pueden decir más que simples imágenes. Pueden ofrecernos – si hablamos de planos- una serie de significados dependiendo de lo que esté sucediendo en una escena o secuencia. Planos memorables hay miles. Incluso podemos encontrarlos desde antes que el cine comience a hablar, aunque imperfecto, ya daba sus primeros pasos buscando un lenguaje propio. En “The Circus” o “El Circo” de Charles Chaplin, (1928) -que tiene momentos inolvidables como por ejemplo las peripecias de Charlot en la jaula del león- presenta en sus últimas escenas planos generales, que muestran al protagonista al final de la película quedándose sólo cuando los carruajes del circo parten dejando alrededor de él la huella de la carpa marcada en la tierra. Solo… en medio del polvo que levantan los carruajes y este enorme círculo vacío que lo rodea, connotándose la soledad y la melancolía juntas. El tamaño del plano disminuye al personaje, pero a su vez agranda su soledad. Por supuesto la actuación de Chaplin, muestra siempre a un Charlot resignado que ya hizo callo del dolor, y que está listo, aunque sutilmente dolido, para seguir andando por la vida aferrado a su bastón.
Hablando de planos, como pasar por alto los planos medios y conjuntos de un Al Pacino invidente con Gabrielle Anwar bailando tango en “Scent of a Woman” o “Perfume de Mujer”, película de Martin Brest (1992). Aunque se mezclan con planos enteros y generales para ver la destreza de los bailarines, no se abusó de estos, pues hubiesen inmediatamente puesto en alerta al espectador sobre una posible caída del invidente bailarín cuando lo que deseaba el director era todo lo contrario. De esta manera los planos medios y conjuntos son vitales para sentir de cerca la seguridad, confianza y pleno disfrute del protagonista muy a pesar de su discapacidad, resaltando su magistral actuación que le valió a Al Pacino, su primer Oscar de la Academia.
Regresando en el tiempo, “Citizen Kane” o “El Ciudadano Kane” film de Orson Welles (1941) es una película que personalmente pienso destaca entre muchas otras cosas por sus ángulos picados y contrapicados. Los tiempos de bonanza en la historia del film, siempre muestran a un Orson Welles elevado, superior, casi intocable en ángulo contrapicado, de abajo hacia arriba produciéndose esa connotación. A esto se suma el porte corpulento del actor, haciendo que el efecto se vuelva irrefutable. Sin embargo, hay momentos en que el uso de un gran angular cambia la connotación y mas bien nos produce cierta angustia e inseguridad. Nos alerta que aquel imperio que Kane creó, tal vez no es tan sólido. Por el contrario la derrota, va de la mano con los ángulos picados, que llevan a Kane al piso, disminuyéndolo y humillándolo. No se puede pasar por alto el rico contraste que se logra con la actuación de Orson Welles en el momento que es consciente que el final de su imperio es inevitable y se lo ve en el piso como un pequeño animal rastrero.
Si hablamos de movimientos de cámara podemos destacar aquellos que se hicieron en “The Shinnig” o “El Resplandor”, film de Stanley Kubrick (1980) a pesar de las críticas que recibió el film, de incluso haber sido considerado por algunos el talón de Aquiles de Kubrick, hay muchísimos aspectos de su lenguaje cinematográfico que hacen que este siga siendo considerado un film digno de ser analizado. Uno de estos aspectos son los travellings del film incluyendo los de acompañamiento a Dany, hijo de Jack Nicholson en la historia y que son famosos por la manera en que se hicieron y por lo que connotan. The Shining comenzó a utilizar un sistema nuevo en aquel entonces, para lograr mejores y precisos movimientos de cámara, el steadicam, el cual crea estabilidad a través de un sistema de contrapeso. Pero los travellings al ras del piso para seguir el triciclo de Dany, se hicieron con un sillón con ruedas y el efecto fue extraordinario.
Los movimientos de cámara nos convierten en cómplices de situaciones, descubrimos crímenes, somos participes de alguna conversación, perseguimos al personaje o simplemente lo acompañamos, como en el caso del travelling de seguimiento a Dany, el cual es de mucha tensión, el director nos toma de la solapa y parece decir “sígueme” y ahí vamos tras el triciclo, el sonido de la llantas en la madera que desaparece al tocar las alfombras – presente en este travelling y en uno anterior -junto con la música de la película que ya nos acompaña suavemente- nos van creando una atmósfera tensa y, de pronto, ya en el pasadizo del fatídico cuarto 237, la música cada vez se hace más presente, incrementando nuestro miedo. Luego a través de un paneo Dany intenta abrir la puerta del cuarto y al no poder, lo acompañamos nuevamente al triciclo y se va pedaleando rápidamente. Quedamos parados junto a la habitación sin movernos pero aun tensos, nos dejaron solos, al lado de la habitación 237.
El color es otro elemento importante del lenguaje cinematográfico. El espectador común no sabe que no basta que el film que está viendo este presentado a color o en blanco y negro. El color va más allá y presenta una gama de significados muy variada que agrega valor al lenguaje cinematográfico del film. Cabe mencionar que es importante tener en cuenta que los significados de los colores para la cinematografía de occidente no tienen necesariamente los mismos significados que la de oriente. Por ejemplo, en occidente el negro simboliza luto, en oriente el blanco; si en occidente el verde es esperanza en oriente será traición.
Sin embargo, centrándonos en occidente para no crear confusión tomemos el ejemplo de un genial uso del color en “The Schindler’s list” de Steven Spielberg (1993). La película está presentada toda en blanco y negro, lo cual nos marca una atmosfera histórica, pero en el film aparece una niña con un abrigo rojo. En una escena Schindler protagonizado por Liam Neeson, la ve en el gueto desde lo alto de una colina, caminando confundida entre la multitud y el caos. Mientras camina, ocurren a su alrededor asesinatos por parte de los soldados nazis. Schindler la contempla impotente sin poder hacer nada por ella, hasta que la ve entrar a un conjunto de departamentos abandonados, donde, ya a solas, la veremos como una indefensa sobreviviente escondiéndose debajo de una cama. Schindler la va a volver a ver tiempo después tendida sobre una carreta ya sin vida, cuando es llevada a una fosa común para ser incinerada.
Esta niña que destaca por el rojo de su abrigo, es un símbolo de la película, es el fantasma de la inocencia, la confusión, el desamparo, el horror y la muerte que deambula por el film recordándonos a los millones de judíos muertos y entre estos a por lo menos al millón de niños que perdieron la vida en el holocausto nazi, tal vez me atrevo a señalar, su pequeño abrigo rojo encierra un simbolismo de la sangre derramada por los judíos.
Otro ejemplo de color podría ser, “Wall Street” film de Oliver Stone (1987) donde los azules acero de las computadoras, la bolsa e incluso la ropa de Gordon Gekko, interpretado por Michael Douglas, connotan opulencia, frialdad y falta de valores. Lo mismo sucede en “Wolf of Wall Street” film de Martin Scorsese (2013) donde por la temática, los azules se comportan de manera similar.
La iluminación es otro de los elementos del lenguaje cinematográfico, es un recurso expresivo muy importante. La calidad de la luz, su dirección, el ángulo en el que se coloque puede agregarle mucho significado al film. En el cine antiguo la inicial guerra entre la luz como elemento positivo y la oscuridad como símbolo de la maldad se ha desarrollado y dimensionado en el cine con el paso del tiempo. Un ejemplo de este enfrentamiento entre la luz y la oscuridad se muestra claramente en el film “Sunrise” o “Amanecer” de Murnau (1927) donde la esposa del protagonista está representada por la luz del día, y la amante por la maléfica noche. La oscuridad perversa iluminada con trastornadas escenografías pintadas en “The Cabinet of Dr. Caligari” o “El Gabinete del Doctor Cagliari” de Robert Wiene (1920) o el impresionismo con sus sombras malévolas en “Nosferatu” también de Murnau (1922) quedan guardadas como piezas de arte de la historia del cine. La iluminación ya ha ido más allá y de un tiempo a esta parte, podemos ver films donde está por sí misma como obra de arte. Entre algunas que caben mencionar “The Godfather” o “El Padrino” de Francis Ford Coppola (1972). Film lúgubre por momentos y que ilumina difusamente los ojos de un corrupto y oscuro Marlon Brando, que le valió el apodo de “Príncipe de las tinieblas”.
No se pueden mencionar ni a todos los films, ni a todos su directores y artífices, estos son demasiados y muchos de ellos de una talla invaluable. Aquí solo presenté un breve paseo por los significados del séptimo arte. Tal vez usted ya no lo vuelva a ver con los mismos ojos porque cuando esté disfrutando de la historia de un film… sabrá que tras ésta, está el maravilloso lenguaje cinematográfico.
© All rights reserved Dotty Vásquez Mantero
Dotty Vásquez Mantero nace en Lima, Perú en 1967. Estudió Ciencias de la Comunicación en la Universidad de Lima y fue profesora de Lenguaje Cinematográfico y Guión. En la actualidad ejerce como formadora, periodista y escritora de literatura infantil en la ciudad de Miami.