Autor Daniel Busquets
Editorial Desbordes
Colección El Productor de vértigos
País Chile
Año 2015
La primera pregunta que uno se hace ante el poemario El Clímax es la siguiente: ¿Estás seguro que Daniel Busquets escribió estos versos? Su imagen exterior más ligada al de un intelectual serio. De cierta edad. Donde su oficio es clasificar y la investigación de obras dentro de la prestigiosa Biblioteca de Catalunya. Hombre sencillo y juicioso en su aparente haber. Buen conversador. Prudente…
Velocidad
En veladas perezosas,
ágiles metanfetaminas
nos aceleraban muy bien.
Aquel verano preferimos
las fiestas con piscina,
y las pastilla al amor
Por momentos, uno cree que El Clímax” rememora desde su posible propia experiencia juvenil -no confirmada por el que escribe- a la generación de Kerouac, Allan Ginsberg o de William S. Burroghs conocida popularmente por la beat generation.
I
Vi las mejores mentes de mi generación destruidas por la locura,
hambrientas histéricas desnudas,
arrastrándose por las calles de los negros al amanecer
en busca de un colérico pinchazo,
Aullido. Allen Ginsberg. Traducción Carl Salomón
El autor expone al consumidor de clímaxs ante la pluralidad de un sinfín de espacios. Un sofá frente al televisor. Un fábrica abandonada donde se intercambian “sombras chinescas” o “aros de humo entre finos pilares de hierro colado” ( Sincronías). A veces ubica la acción en un bar o una planta de residuos. Junto a un estanque donde reposan los lotos. En un “ falso prostíbulo/ cerca del muelle” ( De Gira)
Mezcla en las subidas de sus protagonistas tanto el anís, el wodka, el whisky, la absenta como la química que surge entre las píldoras y el delirio.
Elixir
Cierto elixir pudre
amoníaco, vitriolo
y género de primera.
Amarga la ambrosía
del dios incoherente.
El placer no es una denuncia; es un hecho sin juicio en el poema. La consecuencia moral la elude. El lector es quien decide el orgasmo o el desfile hacia la muerte a través del exceso. Sin duda hay una estética en estos ascensos del individuo o los individuos. Una dosis que a veces incluso se aliena en su deliberada y formal métrica de versos cortos de una única estrofa. Los títulos son, en sí, una representación de un vocabulario del submundo en su mayoría. Píldoras breves sin especificar grado alcohólico o gramaje alguno: Evocación, Chute, Laberintos, Los Códigos, Sortilegio, Timba, El Ritual, Adicción, Como el Cielo…El Clímax.
El Clímax
Conmueve la brisa,
y el reciente clímax.
“Ahora todo se afloja
y también se estira.
Se está abriendo todo.
y todo se adormecerá”.
Posiblemente el autor de este libro al escribir este poema final… “…se inyectaría lluvia/ barro o detergente” al componerlo. A lo mejor sólo le quedaba “..whisky/ munición de plata/ y tal vez puntería/” .
En fin…”Tal vez”. Así se llama el poema que recoge estos versos bajo el entrecomillado. Un libro sin duda para las nuevas generaciones del siglo XXI que restan en cualquier urbe del mundo occidental esperando que el mito del placer aparezca entre la atmósfera a cualquier precio.
“Adicciones contemporáneas que revelan muchas cosas” dice el autor en su prólogo.
Eduard Reboll
Daniel Busquets (Barcelona, 1953) es poeta y bibliotecario en Barcelona. Su primer libro en catalán es La trama perfecta (Barcelona, LaBreu Edicions, 2008). Aparece posteriormente El Clímax (Barcelona, LaBreu, 2013) en su lengua vernácula y en la actualidad está trabajando en un tercer libro de poemas y una novela.