DEPRESIÓN POSPARTO
La puérpera estaba inmóvil
como una figura de cera
en una sala clausurada.
La cadencia de su silla
se había desvanecido
hasta quedar estoica
cual muñeca de porcelana.
Sus ojos estaban más hundidos
que la madriguera de un topo.
Sus dedos estaban más crispados
que un espiral,
brillaban
igual que la sonrisa macabra de un asesino.
Los visillos de su cuarto hacían denso el ocaso.
Deseaba tomar las repulsiones del marido
por aspiraciones de un amante.
Quería tomar los bofetones
por acaricias endebles.
Sentía que la acechaban por su placenta
como buitre a la carroña.
Anhelaba que el arrurrú de un niño fuera alegría,
como cuando una madre espera a su hijo al salir de la cárcel.
DELIRIO DE PERSECUCIÓN
Escuché marchas.
Las fibras de los cordones
se deshebraban como el deshojar de margaritas.
El herrete se había manchado de polvo.
A la orilla del macadán afloraron guijarros,
se descarrilaron las hormigas
al trasladar sus despensas,
violaron la fila india,
se enmarañaron en la punta de mis tenis,
me murmuraron advertencia.
No iba sola.
Aceleré el paso,
chasqueó la suela en el agua,
miré en el retrovisor al caminante persecutor,
escuché su jadeo hostigoso,
giré lentamente
y nadie se avizoraba en el camino.
© All rights reserved Fiama Valerio
Fiama Valerio (Nicaragua) es médica, psicóloga, escritora, poeta y ensayista. Publicó Expediente Psicológico (2023) libro de poesía y patologías mentales, pionera de la psiquepoesía. Es natal de Nicaragua, pero radica en Fort Lauderdale, Florida.
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