Título original: Don’t Worry Darling
Año: 2022
País: Estados Unidos
Dirección: Olivia Wilde
Guion: Katie Silberman, Carey Van Dyke, Shane Van Dyke
Fotografia: Matthew Libatique
Reparto: Florence Pugh, Harry Styles, Olivia Wilde, Chris Pine, Gemma Chan, KiKi Layne, Nick Kroll, Douglas Smith, Kate Berlant, Asif Ali, Dita Von Teese, Timothy Simons, Sydney Chandler.
Alice (Pugh) y Jack (Styles) tienen la suerte de vivir en la comunidad idealizada de Victoria, una ciudad experimental creada por una compañía en donde los hombres que trabajan para el “Proyecto Victoria”, de alto secreto, viven con sus familias. Pero cuando empiezan a aparecer grietas en su idílica vida, exponiendo destellos de algo mucho más siniestro que se esconde bajo la atractiva fachada, Alice no puede evitar cuestionarse exactamente qué están haciendo en Victoria, y por qué. (FILMAFFINITY)
Interesante propuesta la que nos presenta Olivia Wilde. Este es un film que no ha gustado a muchos, tal vez por tener un trasfondo un tanto feminista. Sin embargo, he preferido llevarlo más allá de temas de moda o contenidos controversiales. Lo cierto es que las críticas que ha generado hasta el momento si son controversiales y muy desiguales.
El film está protagonizado por los jóvenes británicos Florence Pugh, y Harry Styles, en su primer protagónico para el cine. Florence Pugh lleva el peso de la cinta, su actuación es bastante convincente, pero no podemos negar que el joven cantante está también bastante aceptable en este papel, derrochando carisma y encanto, sin embargo hay algo de superficial en esta interpretación que no se llega a definir si es por la falta de experiencia del joven actor o por haberle acertado a una de las características de su personaje que choca con la vitalidad desenfrenada de Pugh. Una primera impresión de la pareja nos puede llevar a recordar a esas parejas perfectas de las series televisivas de aquellos años. Algo así como los encantadores Darrin y Samantha Stevens de “Bewitched”, solo que en este caso la magia de la historia nos juega una mala pasada y nos lleva a ser los espectadores de la radical transformación que sufre una idílica y deslumbrante vida de pareja, convirtiéndose en una oscura y aterradora pesadilla.
La película es visualmente cautivadora, presenta una fotografía bien trabajada que nos traslada a una pequeña sociedad ideal ambientada a fines de los años 50 en donde todo parece perfecto, las casas son perfectas, la ropa es perfecta, los carros son perfectos y coloridos, y es que los colores en sus diferentes matices contribuyen a lo visual para resaltar esa perfección sobre todo en el cool de sac donde viven Alice y Jack y dar ciertos significados.
La banda sonora estuvo a cargo de John Powell, contiene mucho de lo creado por el mismo y presenta piezas pequeñas como“Beginners Ballet Class” y “”Breakfast of Champignons” , piezas un tanto perturbadoras que encajan con la temática de este thriller psicológico. Melodías que muestran procesos musicales que van de lo suave a lo estridente y a la mismísima distorsión. Creando el ambiente de la época y algunos casos dandole ese toque distinguido y glamoroso, el sountrack de la película incluye temas de otros músicos como por ejemplo: Los Platters, Ray Charles, Paul Anka, Elvis Presley, entre otros.
A pesar de la crítica variada y controversial, hay mucho de reflexión en este film. Tal vez es cierto que la trama se tambalea en determinados momentos, pero no deja de ser una propuesta interesante por la manera como nos presentan los mensajes dentro de la trama y como se tocan temas que a veces no queremos mencionar.
El feminismo de la película está presente en un grupo de mujeres que viven en una época de mujeres serviles con hombres proveedores. Había que tenerlo todo listo para la hora que él llegara a descansar a casa, la comida, la casa limpia y perfecta y por supuesto la mujer lista, espectacular y perfumada para la hora del sexo, del cual hablaré más adelante. Mujeres que viven una vida superficial, sin expectativas, sueños o desarrollo personal, pues carecen de derechos y menos del derecho de reclamar y, por otro lado, la sociedad machista a la cual ellas deben estar agradecidas. Me llamo la atención la manera de presentar imágenes que parecen querer decirnos algo y que juegan un papel de metáforas al puro estilo del cine antiguo. Pupilas agigantadas que nos trasladan al interior del personaje de Alice para entender un poco que lo que le está sucediendo solo está en su mente. La estética de estas imágenes, de las pupilas y de las coreografías sincronizadas nos hacen conectar con el cine de suspenso de los cincuenta; nos recuerda a un Albert Hitchcock que jugaba con una estética cinematográfica singular, de espirales, ojos e imágenes recortadas que evocaban sueños, angustias o pesadillas. En este caso, un recurso algo pretencioso, pero que creo que funciona y sigue dentro del patrón de propuesta interesante. El film parece crear desesperadamente un ambiente perturbador usando muchos recursos y tal vez en alguno momento parece usar sus recursos de manera poco elegante y más bien demasiado obvia.
Los espejos también juegan un papel clave, son mudos reflejos de la realidad que se vive. Al mismo tiempo, parecen ser paredes de cristal que quieren aprisionar a estas mujeres en su propia realidad, como bien se muestra en la escena en que Alice es casi aplastada por una de las paredes de su casa, estos vidrios y espejos parecen querer que solo se miren a ellas mismas y a lo que les rodea dentro de esta sociedad de fantasía con el fin de evitar ver la verdad. Estas mujeres solo pueden ver esta sociedad utópica en la que viven y que está delimitada por una zona árida que parece representar lo que la separa de su vida real. Es por eso que el ballet, pasatiempo favorito de estas monótonas mujeres, encaja perfecto con el esquema de vida, manteniéndolas de cara al espejo, estructuradas y constantemente observadas.
Y dentro de los instrumentos de control de la utópica ciudad de Victoria, el sexo y el alcohol parecen adormecer a estas mujeres que caen rendidas a ambos placeres, olvidándolo todo en brazos de sus perfectos esposos.
La última reflexión es casi un tema existencial. Viviremos una realidad ? o como en el caso de Alice, estaremos envueltos en una fantasía?, Una sociedad que nos vende belleza, sexo, vicios e internet, la cual nos adormece para poder controlarnos. Tal vez nada de esto es cierto y así nos lo hacen creer. ¿Qué cree usted? No pretendo profundizar en estos temas, pero creo que el film claramente deja este hilo suelto.
Espero que esta reseña lo haya intrigado y vea este film, el cual aún está exhibiéndose en algunas salas de cine y que seguro pronto usted podrá disfrutar en Netflix. Pero recuerde que el sentarse en frente de una pantalla de cine no tiene precio, haga un esfuerzo y disfrute como lo hago yo, desde mi butaca.
Trailer: Don’t Worry Darling | Official Trailer
© All rights reserved Dotty Vásquez Mantero
Dotty Vásquez Mantero nace en Lima, Perú en 1967. Estudió Ciencias de la Comunicación en la Universidad de Lima y fue profesora de Lenguaje Cinematográfico y Guión. En la actualidad ejerce como formadora, periodista y escritora de literatura infantil en la ciudad de Miami.