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Abril 2016

CUARENTENAS. Héctor Manuel Gutiérrez (1) Editorial authorhouse. 2011

Cuarentenas2Ontología desde la lírica de lo cotidiano

Voy a empezar con una estrofa de un poema que nos une a todos en este mundo. Razón por la cual hoy están los que nos atienden y leen esta reseña… y los otros: “Madre, sínónimo de entrega /traducida en mí, lengua viva/ que lleva al futuro”.

Tìtulo del poema. Estela.

Héctor pone directo en su página 1: la razón del ser. Y en su página 2, nos presenta, como si de una necesidad urgente se tratara, un manual que nos ayuda a detenernos ante la existencia con un tìtulo muy particular: En la clase de gramática. En medio de un diálogo posiblemente entre profesor y alumno o, sin ir más lejos, entre él y usted aparece  esta reflexiòn

– ¿Qué es el pasado?

– Una mariposa

disecada entre dos páginas.

¿Y presente?

-Un escaparate

con máscaras, trapecistas y payasos

¿Y el futuro?

-Una caja vacía

envuelta en papel de regalo

Siguen otros que hablan del paso del tiempo. El Tiempo es un elemento muy importante en la poesía de Héctor. Alguien podría asociarlo a la edad. Pero yo me inclino más por el homenaje al eterno recuerdo. Una memoria básica traducida a palabras. Imágenes que relacionan el encuentro familiar y que, desde el  tópico, mesura este sentimiento y lo compara. Un ejemplo aparece a lo largo de Es diferente  “En la verde y temprana astmófera/ te pregunto si me quieres…”. En la última estrofa, en cambio, la voz poética pone en un dilema a la amada “-¿Más que al niño? repito – /Tu voz no se oye”.

A veces desde la ironía habla sobre la antítesis del conocimiento como si se tratara de una pérdida cariñosa:la ignorancia; al fin y al cabo esta cualidad fue una “… vieja amiga de mis padres y de abuelos compañera”.  Sin renunciar a la filosofìa más existencial y, a mi entender, más cerca de Heidegger en Ser y Tiempo. Hay un verso magistral que lo define desde una óptica curiosa en su poema Miedo de ser : “Miedo de ser un punto en el disgusto”. Posteriormente, pasa por espacios más cercanos a Freud. Como el que aparece en la segunda estrofa: “nacer de nuevo entre las cárceles/ del hogar materno”.

Como ya es tradición entre los bardos de aquí y allende, también hace un homenaje a los suyos. Tanto a los más allegados, como a los precursores. De los primeros, uno dedicado a Eugenio Angulo en un título más que simbólico, Génesis: “Hace poco/ sucumbió el hombre/al dejar de ser impredecible”. Y otro a su maestra espiritual en el género de la palabra y que permitió tanto a él, al poeta citado anteriormente, como al que escribe, poder disfrutar de la lucidez de la Dr. Florence Yudin en la famosa tertulia literaria, “El Caballo Verde”. Sus palabras en la última estrofa son más que evocadoras de un ser que fue y dejo ser a sus discípulos.

 

Magister Plurimus.

Pozo de alcoras socráticas.

Sacerdotisa de perversidad.

Venero de altruismo,

Eros, Magia.

(Florence)

Tampoco puede prescindir del elogio a sus amadas -…¿amantes quizás?- en varios poemas, ni eludir un pronombre que es el propio deseo de su yo.

Vamos a intercambiar verdades

deja que mi recobre su vestido

 

(Tú, pronombre prohibido)

 

O haga mención a este mar que une -…o divide- a la isla de donde proviene

Tregua de Hipnos y Tánatos

refractas albores

que albergan mis ocasos.

En ti lloran mis ríos

(Glosa al mar)

Al final del libro, un pequeño compendio de relatos en forma de ensayo (Alma Máter, De corpus et animus..) me quedo con uno: el último. De Terra Brasilis quizás porque me enamoré de un territorio que dormí con él en mi juventud bajo la voz de uno de los grandes poetas vitales que la sucedieron en los años 60,  Vinicious da Moraes. Hombre que cantó como nadie a su patria, y que era capaza de esperar a ver la luna en la majestuosa playa de Itapoam con su amigo Antonio Carlos Jobim o bajo la guitarra de Toquinho.

Tristeza não tem fim felicidade, sim.

 

“En Pelourinho las angostas calles huelen a batido de marañón, dulce de jengibre y quimbombó que resbala en aceite dendë. Más abajo, como en milenios anteriores, la bahía, sonriente, se deja penetrar.”

Una hermosa manera de despedir un libro que me sugiere que es “la cuaresma” particular de un escritor que no tiene por ello intención de crucificarse ni por mucha Semana Santa que se acerque en estos momentos. ER

 

 

1 Es Doctor y Máster en Filosofía y Letras Hispánicas por la Universidad Internacional de la Florida (FIU) y cursó estudios de Lenguas romances y música en la City University of New York (CUNY)

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